Lo que nadie te dice sobre los auriculares con cancelación de ruido

La cancelación frecuente de ruido puede alterar el cerebro y, en consecuencia, modificar la capacidad auditiva. ¿Por qué?

La cancelación de ruido podría provocar problemas de concentración en los adolescentes, porque el cerebro no aprende a lidiar con el ruido de fondo.

La cancelación de ruido podría provocar problemas de concentración en los adolescentes, porque el cerebro no aprende a lidiar con el ruido de fondo. Crédito: Channel Partners/Zoonar/picture allian | Wikimedia Commons

Si no se quiere oír ruidos de fondo molestos se pueden utilizar los llamados auriculares con cancelación de ruido. Sin embargo, esto podría ser contraproducente, ya que se sospecha que pueden causan graves problemas de audición.

Los más jóvenes, sobre todo, podrían desarrollar el llamado Trastorno del Procesamiento Auditivo (TPA) si utilizan auriculares con cancelación de ruido con mucha frecuencia y durante largos periodos de tiempo.

¿Qué pasa si se tiene un TPA?

Cuando se sufre de un TPA, el oído funciona, se pueden oír incluso ruidos y sonidos suaves, pero no se comprende adecuadamente lo que se escucha y se dice.

La confusión de voces es especialmente grave y se produce cuando muchas personas hablan al mismo tiempo o hay mucho ruido de fondo. Una alteración de la conexión sináptica provoca que el cerebro no pueda procesar correctamente la información acústica, explica la Dra. Christine Schmitz-Salue, especialista en Foniatría y Audiología Pediátrica.

Para que alguien desarolle un TPA influyen diversos factores: el desarrollo insuficiente e inadecuado para la edad de las conexiones sinápticas en el cerebro para la audición y el procesamiento del habla, según Schmitz-Salue, presidenta de la Asociación Alemana de Especialistas en Foniatría y Audiología Pediátrica.

Los posibles retrasos en el desarrollo pueden ser de origen genético. Pero también los provocan las infecciones frecuentes del oído medio, la sobreestimulación, o la insuficiencia de oportunidades de aprendizaje acústico.

El ruido de fondo puede ser molesto, pero el cerebro se adecúa y lo filtra; solo hay que permitirle que aprenda a hacerlo.
Crédito: Phongthorn Hiranlikhit/Zoonar/picture alliance | Cortesía

Hay que aprender a escuchar

Para nuestro cerebro es un gran desafío distinguir entre sonidos relevantes y ruidos de fondo molestos. Este proceso comienza alrededor de los 5 años de edad; en los varones un poco más tarde. Según la fonoaudióloga Schmitz-Salue, el proceso se complete al final de la pubertad. “Si durante esta fase faltan los estímulos acústicos que hacen necesaria la distinción entre sonidos molestos y útiles, nuestro cerebro no puede aprenderlo”, advierte.

Esto puede provocar problemas de concentración, sobre todo, en los adolescentes. “Los afectados se vuelven distraídos, hacen payasadas, pierden la concentración y se distraen constantemente. Algunos niños se agitan y muestran signos de agobio”, afirma Schmitz-Salue, quien también trabaja como psicoterapeuta.

Pérdida de audición durante el confinamiento

Como consecuencia tardía de los confinamientos durante la pandemia de COVID-19, muchos jóvenes reaccionan con estrés ante el ruido. Si los niños solo estuvieron en el ambiente tranquilo del hogar durante ese período, sus cerebros no tuvieron nada nuevo que aprender. De regreso a la escuela, ya no estaban acostumbrados al ruido, porque sus cerebros no han aprendido a bloquear los sonidos que los distraen, afirma Schmitz-Salue.

Lo que el cerebro aprende con la cancelación del ruido es que solo puede concentrarse si hay silencio y tranquilidad. Y si hay ruido de fondo, hay que bloquearlo, pero eso en la vida cotidiana no siempre es posible, explica la experta.

Para los niños es muy importante poder aprender a filtrar los ruidos y a concentrarse, dice la experta Schmitz-Salue.
Para los niños es muy importante poder aprender a filtrar los ruidos y a concentrarse, dice la experta Schmitz-Salue.
Crédito: Shotshop/IMAGO | Cortesía

Cancelación de ruido puede ser contraproducente

La cancelación activa de ruido que ofrecen los auriculares con cancelación de sonido es, en particular, más efectiva que los tapones para los oídos o auriculares simples. Pero si se filtra todo el ruido de fondo durante un largo período de tiempo, el cerebro solo tiene que procesar una fuente acústica, por ejemplo, la música. Eso no es un problema. Pero, a la larga, el cerebro no debe perder la capacidad de filtrar los sonidos relevantes del ruido de fondo.

Aunque aún no se dispone de pruebas definitivas de la conexión entre la cancelación de ruido y el TPA, la fonoaudióloga Schmitz-Salue cree “que es completamente comprensible. La cancelación de ruido priva al cerebro prácticamente de cualquier oportunidad de aprender a oír en ruido. Si el cerebro no tiene la necesidad de desarrollarlo, simplemente no lo hará”.

Aprendiendo a afrontar el ruido

Schmitz-Salue considera que no sirve de mucho que los niños, o incluso toda la familia, eviten por completo acontecimientos ruidosos: “Esto, en esencia, refuerza al niño exactamente en la dirección equivocada”.

“En cualquier caso, sería más sensato acostumbrar al niño con cariño y delicadeza a que el mundo es simplemente ruidoso y a que hay otros sonidos”, aconseja la especialista.

La cancelación de ruido no puede estar siempre activada. Schmitz-Salue aconseja utilizar auriculares con cancelación de ruido “en situaciones en las que resulta realmente molesto, como cuando uno está sentado en el metro” o “simplemente, prescindir conscientemente de la cancelación de ruido en situaciones en las que se querría usar esos auriculares porque uno necesita concentrarse”.

(rmr/cp)

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