Realizan con éxito el primer trasplante de hígado de cerdo a un paciente humano

Un hígado de cerdo modificado genéticamente trasplantado a un paciente con muerte cerebral funcionó correctamente durante 10 días, sin signos de rechazo

Realizan con éxito el primer trasplante de hígado de cerdo a un paciente humano

Es el primer caso documentado en el que se emplea un hígado de cerdo modificado genéticamente para un ser humano. Crédito: Shutterstock

Un avance revolucionario en el campo de los trasplantes ha sido reportado por un equipo de científicos chinos que realizaron con éxito un trasplante de hígado de cerdo modificado genéticamente a un paciente con muerte cerebral.

El procedimiento, que se llevó a cabo en la Cuarta Universidad Médica Militar de China, ha abierto nuevas posibilidades para aquellos que sufren de enfermedades hepáticas avanzadas y para quienes un trasplante es a menudo la única opción viable.

Este trasplante, que se mantuvo funcional durante 10 días, marcó un hito significativo en la ciencia médica, pues es el primer caso documentado en el que se emplea un hígado de cerdo modificado genéticamente para un ser humano.

Los órganos de cerdo, previamente considerados poco viables para el trasplante en seres humanos, ahora parecen ofrecer una alternativa prometedora, al menos en términos de ser un puente temporal hasta que se logre un trasplante humano adecuado.

El proceso comenzó cuando el equipo liderado por los médicos Kai-Shan Tao, Zhao-Xu Yang, Xuan Zhang y Hong-Tao Zhang, decidió probar el xenotrasplante como solución temporal. Este método, que implica el uso de órganos animales modificados genéticamente, ha sido objeto de numerosas investigaciones en años recientes.

La idea central detrás de esta técnica es que podría ofrecer una solución viable en situaciones de emergencia, cuando la escasez de órganos humanos disponibles pone en peligro la vida de los pacientes.

No reemplazó al órgano original

El hígado trasplantado en el paciente con muerte cerebral no reemplazó al órgano original, sino que se colocó en una ubicación diferente dentro de la cavidad abdominal. En lugar de ser una sustitución completa, el trasplante fue auxiliar, lo que permitió al órgano porcino realizar sus funciones metabólicas sin interferir directamente con el funcionamiento del hígado original del paciente.

Este enfoque permitió evaluar cómo el órgano animal interactuaba con el cuerpo humano y cómo podía apoyar las funciones hepáticas hasta que se pudiera obtener un trasplante humano definitivo.

Para hacer el órgano lo más compatible posible con el cuerpo humano, los investigadores llevaron a cabo varias modificaciones genéticas en el hígado de cerdo. En total, se realizaron seis modificaciones, incluidas la eliminación de genes responsables del rechazo hiperagudo, un tipo de rechazo extremadamente rápido que ocurre cuando un organismo extraño es trasplantado, y la inserción de genes humanos para facilitar la integración del órgano animal en el cuerpo humano.

Gracias a estas modificaciones, el hígado porcino no fue rechazado por el sistema inmunológico del paciente, que estuvo protegido por el uso de inmunosupresores.

Durante el transcurso de los 10 días del experimento, el hígado porcino mostró un comportamiento prometedor: produjo bilis y albúmina, dos de los principales productos del hígado, y se mantuvo funcional, lo que sugiere que este tipo de xenotrasplante podría ser viable para pacientes que necesitan un trasplante hepático urgente, pero no tienen acceso inmediato a un órgano humano.

Aunque el estudio fue suspendido a petición de la familia del paciente y solo se evaluaron algunos de los indicadores más básicos de la función hepática, como la producción de bilis, los resultados abren un abanico de posibilidades.

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