Descubren nueva variante de mpox en Inglaterra
Reino Unido detecta un nuevo caso de mpox clado lb sin conexión conocida; expertos advierten posible transmisión local no identificada

Es posible controlar y detener los brotes de mpox, incluso en regiones gravemente afectadas como la República Democrática del Congo. Crédito: Tai Dundua | Shutterstock
Las autoridades sanitarias del Reino Unido han confirmado un nuevo caso del virus mpox clado lb en Inglaterra, lo que ha generado inquietud entre los expertos por tratarse de un contagio que no puede vincularse a viajes recientes al extranjero ni a contactos directos con otros casos previamente identificados en el país.
El diagnóstico se realizó en marzo y, según informó la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA, por sus siglas en inglés), se activaron de inmediato los protocolos de rastreo de contactos, sin que hasta la fecha se hayan identificado más personas contagiadas.

La situación ha sido calificada por Jonas Albarnaz, investigador del Instituto Pirbright, quien explicó que los casos anteriores de esta variante estaban asociados con personas que habían viajado a países donde el virus es endémico, o que habían tenido contacto directo con alguien que sí lo había hecho.
“El hecho de que este paciente no tenga ningún vínculo evidente con otros casos conocidos sugiere que la transmisión podría estar ocurriendo de forma más discreta dentro de la comunidad”, advirtió Albarnaz.
La variante mpox clado lb, una forma más reciente del virus, está relacionada con la emergencia de salud pública internacional declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en agosto pasado.
Esta cepa ha sido motivo de especial vigilancia por su capacidad de diseminarse rápidamente y por presentar desafíos adicionales en cuanto a su rastreo, dado que puede transmitirse no solo por contacto directo con lesiones de la piel, sino también a través de superficies contaminadas u objetos de uso común.
Aunque no se han reportado más casos vinculados al paciente recientemente diagnosticado, las autoridades sanitarias continúan en alerta, conscientes de que la ausencia de síntomas visibles o la similitud con otras afecciones cutáneas podría estar dificultando la identificación temprana de nuevos casos.
Complicaciones en personas inmunosuprimidad
En este sentido, se ha insistido en la necesidad de mantener protocolos estrictos de higiene y de consultar con profesionales de salud ante la aparición de síntomas inusuales, especialmente lesiones cutáneas.

La Agencia de Seguridad Sanitaria ha reiterado que la situación está bajo control y que no existe, por ahora, una amenaza generalizada para la población. Sin embargo, este nuevo caso plantea preguntas sobre una posible circulación no detectada del virus a nivel comunitario.
Esto podría significar que hay portadores asintomáticos o personas con síntomas leves que no han sido diagnosticadas, lo que complica los esfuerzos por contener el avance del brote.
El mpox, anteriormente conocido como viruela del mono, ha experimentado una reaparición en los últimos años con brotes fuera de las regiones africanas donde históricamente se ha presentado.
Desde 2022, se han documentado miles de casos en diferentes partes del mundo, lo que llevó a la OMS a declarar la situación como una emergencia internacional en su momento. A pesar de que en muchos países la curva de contagios ha disminuido, la aparición de nuevas variantes como el clado lb obliga a los sistemas de salud a permanecer vigilantes.
Los especialistas subrayan que el virus no es altamente transmisible en comparación con otros patógenos respiratorios, pero puede causar complicaciones en personas inmunosuprimidas o con afecciones médicas preexistentes.
La prevención sigue siendo la mejor herramienta disponible, basada en el conocimiento de los modos de transmisión, el aislamiento temprano de los casos sospechosos y el uso responsable de medidas de protección personal.
Mientras tanto, los científicos continúan investigando el comportamiento de esta variante y su posible adaptación al entorno humano. Lo que este caso deja claro es que la vigilancia epidemiológica y la cooperación internacional son claves para anticiparse a nuevas olas de contagio y para evitar que brotes aislados se transformen en emergencias sanitarias de mayor escala.
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