Nissan reestructura Infiniti en EE.UU. ante nuevos aranceles

Nissan decidió suspender los envíos de los modelos Infiniti QX50 y QX55 desde México a Estados Unidos, en respuesta a la reciente imposición de aranceles

INFINITI QX55

INFINITI QX55. Crédito: Infiniti. Crédito: Cortesía

La industria automotriz global enfrenta desafíos constantes, y las recientes decisiones de Nissan respecto a su marca de lujo, Infiniti, son un claro ejemplo de cómo las políticas comerciales pueden influir en las estrategias corporativas.

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La compañía japonesa ha anunciado la suspensión inmediata de los envíos de los modelos Infiniti QX50 y QX55, fabricados en México, hacia el mercado estadounidense. Esta decisión surge como respuesta a la imposición de nuevos aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos.​

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Inicialmente, Infiniti tenía previsto retirar los modelos QX50 y QX55 de su portafolio global al cierre de 2025. Sin embargo, la entrada en vigor de las nuevas tarifas comerciales ha acelerado este proceso en Estados Unidos.

“Estamos pausando cualquier pedido adicional en Estados Unidos de los SUV Infiniti QX50 y QX55 ensamblados en nuestra planta conjunta COMPAS en México”, confirmó Nissan en un comunicado. Aunque la producción de estos modelos continuará para mercados fuera de Norteamérica, los pedidos estadounidenses se detendrán de inmediato. ​

Impacto en las ventas y en la planta COMPAS

La decisión de detener las exportaciones desde México coincide con un período complicado para Infiniti en Estados Unidos.

En 2024, las ventas de la marca cayeron un 10.2%, y aunque el QX50 se mantuvo como su segundo modelo más vendido con 10,722 unidades, su salida anticipada del mercado estadounidense deja un vacío en el segmento de SUV de entrada de la firma. ​

La planta COMPAS, ubicada en Aguascalientes y resultado de una alianza entre Nissan y Daimler, fue inaugurada en 2017 con la promesa de ensamblar vehículos premium de ambas marcas.

Diseñada con una capacidad instalada de hasta 150,000 unidades anuales, su futuro ahora es incierto. Con el fin de la producción de Infiniti y considerando los volúmenes actuales de Mercedes-Benz, se estima que operará a solo el 38% de su capacidad. ​

Planta Compas de Aguascalientes
Planta Compas de Aguascalientes. Crédito: Infiniti.
Crédito: Cortesía

Además, la planta ya había comenzado a reducir su operación. En junio de 2024, se implementó un plan de separación para trabajadores como parte del ajuste ante la salida de Infiniti.

Aunque la producción del modelo GLB de Mercedes-Benz continúa, esta también ha sufrido una baja del 15% entre 2023 y 2024, lo que agrava la subutilización del complejo.

En paralelo, Nissan ha decidido mantener dos turnos de producción de su SUV Rogue en la planta de Smyrna, Tennessee, revirtiendo planes anteriores de recortar un turno este mes.

Este cambio evidencia una estrategia para priorizar la manufactura en Estados Unidos y evitar costos adicionales asociados a los aranceles fronterizos. ​

La compañía también está evaluando trasladar parte de su producción desde México a Estados Unidos si el gobierno estadounidense aprueba un arancel del 25% a los vehículos importados desde el país vecino. “Estamos evaluando diversas alternativas” para mantener la competitividad frente a los desafíos que un aumento de tarifas podría implicar, señaló Makoto Uchida, CEO de Nissan. ​

Futuro incierto para COMPAS y la industria automotriz mexicana

La planta COMPAS enfrenta un panorama incierto. Diseñada para ensamblar hasta 150,000 unidades anuales, operará al 38% de su capacidad total una vez que concluya la producción de los modelos de Infiniti, asumiendo que Mercedes-Benz mantenga sus actuales niveles de producción.

La marca alemana reportó una caída del 15% en la producción de su modelo GLB entre 2023 y 2024, según datos del INEGI. ​

Hasta ahora, ni Daimler ni Nissan han emitido declaraciones sobre el futuro de la planta. Una posible salida sería vender el complejo a una automotriz china, como ha sucedido en Brasil, donde BYD adquirió una planta de Ford y Great Wall Motors compró instalaciones de Mercedes-Benz. ​

La decisión de Nissan de retirar anticipadamente los modelos Infiniti QX50 y QX55 del mercado estadounidense y de suspender su exportación desde México refleja cómo las políticas comerciales y arancelarias pueden tener un impacto significativo en las estrategias de producción y ventas de las automotrices.

La compañía se ve obligada a adaptarse rápidamente a un entorno cambiante, buscando minimizar pérdidas y mantener su competitividad en el mercado norteamericano.​

Este escenario también subraya la interconexión de las economías y cómo decisiones políticas pueden repercutir en industrias y empleos más allá de las fronteras donde se implementan.

La planta COMPAS, que simbolizaba la colaboración internacional y la eficiencia en la producción, ahora enfrenta desafíos que podrían redefinir su papel en la industria automotriz global.

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