80 años del fin de la II Guerra Mundial: ¿da EE.UU. la espalda a Europa?
Desde el fin de la II Guerra Mundial, EE.UU. ha velado por la seguridad europea, pero ahora Donald Trump pone esa protección en entredicho

Cuartel general de las Fuerzas Armadas estadounidenses en Europa. Ahora, Europa ya no puede confiar plenamente en la protección de EE.UU. Crédito: Deutsche Welle
El 8 de mayo de 1945 capituló Alemania. La II Guerra Mundial, que comenzó el 1 de septiembre de 1939, con la invasión alemana de Polonia, llegó así a su fin en Europa. En Asia continuó unos meses más, hasta la capitulación de Japón.
El balance de las atrocidades de la guerra superó todo lo visto hasta entonces: cerca de 60 millones de muertos a nivel mundial, seis millones de judíos asesinados por los nacionalsocialistas, amplias zonas de Europa destruidas, millones de personas desaparecidas o desplazadas.
Con el derrumbe de la Alemania nazi, surgió en 1945 un nuevo orden bipolar en Europa y más allá de sus fronteras, que se mantuvo cerca de cuatro décadas. Ya antes del fin de la guerra, hubo tensiones entre los aliados occidentales -EE.UU., Gran Bretaña y Francia- y la Unión soviética, que lucharon juntos contra Hitler. Las potencias occidentales abrazaban la democracia y aspiraban a una alianza voluntaria con los países derrotados, mientras que Moscú sometió al sistema comunista a todos los países que había ocupado militarmente.
En 1947, el presidente estadounidense Harry Truman proclamó la doctrina que luego se conocería con su nombre. Consistía en respaldar a “los pueblos libres que resisten los intentos de subyugación por minorías armadas o presiones exteriores”. El objetivo era frenar la expansión de la Unión Soviética. Europa fue dividida en una esfera occidental, dominada por Estados Unidos, y una oriental, bajo dominio soviético.

Harry S. Truman. Imagen: U.I.G./Bildagentur-online/picture alliance
Protección confiable
Alemania se convirtió en un punto neurálgico. Una frontera atravesó al poco tiempo el país y Berlín. Era la época de la Guerra Fría. La disuasión recíproca de los bloques militares configurados por la OTAN y el Pacto de Varsovia, con sus respectivos arsenales nucleares, evitó una confrontación abierta, pero el mundo estuvo más de una vez al borde de una guerra atómica.
La República Federal de Alemania, la parte occidental del país que se mantuvo dividido hasta 1990, se integró a la OTAN y pudo fiarse de la protección estadounidense.
Eso siguió siendo así tras la reunificación alemana y la desintegración de la Unión Soviética. Durante algunos años, pareció que todo el continente, incluyendo Rusia, se desarrollaría pacífica y democráticamente. Cada vez más países del este se incorporaron a la OTAN y también a Ucrania se le abrió la perspectiva de pertenecer algún día a la alianza.
Trump cambia de bando
Pero las ilusiones se desvanecieron a más tardar cuando Rusia invadió Ucrania, en febrero de 2022, violando uno de los principios fundamentales del orden internacional, consistente en que las fronteras solo pueden modificarse de manera pacífica.
Por el otro lado, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha puesto en tela de juicio la protección de la OTAN a sus miembros: “Si no pagan, no los defenderé”, reiteró Trump, expresamente, en marzo.
Estamos en medio de un vuelco histórico, comparable a las grandes cesuras del siglo XX”, indica a DW el historiador Norbert Frei, de la Universidad de Jena. “Se está desvaneciendo ante nuestros ojos el orden transatlántico instaurado tras la II Guerra Mundial, sobre todo por Estados Unidos, del que Alemania se benefició especialmente, primero en el marco de la integración europea occidental y luego con el término del conflicto Este-Oeste y la integración de Europa oriental”.
Según el historiador Manfred Görtemaker, de Potsdam, el Gobierno de Trump ha dejado patente que los europeos han “descuidado su defensa”. Trump no es el primer presidente estadounidense que demanda mayores gastos militares a los países europeos, pero sí es el que ha ido más lejos. En la guerra de Ucrania, Estados Unidos prácticamente se ha puesto del lado de Rusia, y defiende que, en un acuerdo de paz, Ucrania no habría de recuperar todo su territorio, ni podría ingresar en la OTAN.
Merz quiere “independencia” de Washington
En Alemania, algunos tienen la esperanza de que, después de Trump, se regrese al antiguo orden transatlántico. ¿Es eso realista? Norbert Frei se muestra escéptico: “Alemania debería hacer todo lo posible para garantizar que la Unión Europea pueda sobrevivir política, económica y militarmente sin Estados Unidos si fuera necesario”.
El nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, también lo ve así. Tras ganar las elecciones, dijo que Europa debe independizarse de Estados Unidos en materia de seguridad. Una idea que no convence del todo a Manfred Görtemaker: “La independencia de Estados Unidos es una completa ilusión”.
A su juicio, los europeos no podrán seguir su propio camino, “porque la disuasión nuclear debe seguir estando garantizada por los estadounidenses. Por lo tanto, tiene sentido volver a una estrecha cooperación entre EE.UU. y Europa sobre la base de un nuevo cálculo basado en la realpolitik”.
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