Perimenopausia: qué es y cuándo se debe buscar ayuda
La perimenopausia afecta con síntomas diversos y confusos. Mujeres entre 40 y 50 años buscan romper el tabú y acceder a diagnósticos y tratamientos

Aproximadamente el 80% de las mujeres experimentan síntomas neuropsiquiátricos durante la perimenopausia. Crédito: SpeedKingz | Shutterstock
Durante años, la transición hormonal que viven muchas mujeres antes de la menopausia ha sido una etapa marcada por el silencio, el desconocimiento médico y la frustración personal.
La perimenopausia, ese período que puede extenderse hasta por una década antes del cese definitivo de la menstruación, se manifiesta con síntomas que van mucho más allá de los sofocos comúnmente conocidos, fatiga persistente, irritabilidad, ansiedad, insomnio, pérdida de memoria, disminución del deseo sexual, aumento de peso, caída del cabello, cambios de humor extremos, sudores nocturnos, dolores articulares e incluso picazón en los oídos. Sin embargo, muchos de estos signos aún se descartan como “estrés” o “cosas de la edad”.

Hoy, un número creciente de mujeres de la Generación X y los millennials, al acercarse a los 40 y 50 años, están desafiando la idea de que deben sobrellevar estos cambios en silencio. Con el apoyo de comunidades en redes sociales, influencers que comparten experiencias y especialistas más conscientes del tema, están abriendo camino a una conversación más honesta y empática sobre el impacto real de la perimenopausia en la salud mental y física.
Michelle Rockwell, de 40 años, es una de esas mujeres. Trabajaba como científica forense, criaba a su hija y entrenaba en levantamiento de pesas. Cuando comenzó a sufrir insomnio severo, pensó que simplemente estaba agotada. Su médico coincidió. “Me dijeron que era muy joven para que fuera algo hormonal”, recuerda. Pero con el tiempo, los síntomas escalaron y Rockwell llegó a sentir que había perdido el control de su identidad. Consultó a varios profesionales antes de encontrar un especialista en menopausia que le diagnosticó perimenopausia. Hoy, gracias a una terapia hormonal personalizada, se siente mucho mejor.
Casos como el de Rockwell son comunes. Para muchas mujeres, obtener un diagnóstico correcto implica una ruta llena de obstáculos. La perimenopausia no tiene una prueba única que la confirme, y sus síntomas suelen confundirse con otras condiciones como trastornos de tiroides, diabetes tipo 2, ansiedad, depresión o enfermedades autoinmunes, todas comunes también en esta etapa de la vida. Según la Dra. Nanette Santoro, especialista en menopausia, muchas veces se prioriza descartar estas patologías antes de considerar el origen hormonal. Las pruebas hormonales tampoco resultan siempre fiables, pues los niveles de estrógeno pueden variar significativamente de un mes a otro.

A pesar de estas dificultades, existen opciones de tratamiento. La terapia hormonal ha sido una herramienta efectiva para muchas mujeres, especialmente aquellas que comienzan la perimenopausia a una edad temprana. Sin embargo, el tratamiento no es universal ni libre de riesgos. Algunas pacientes experimentan efectos secundarios o no encuentran alivio con las hormonas. Además, aún persiste cierto recelo por estudios pasados que vincularon este tipo de terapia con un mayor riesgo de cáncer o problemas cardiovasculares. Aunque investigaciones recientes han matizado esos hallazgos, los médicos siguen considerando factores de riesgo individuales antes de prescribirla.
La Dra. Monica Christmas, de la Menopause Society, señala que una parte clave del abordaje es reconocer y validar los síntomas de las pacientes. “A veces lo más importante es decirles que no están imaginando nada, que esto es real”, afirma. Para quienes presentan síntomas específicos como sangrados intensos, insomnio o ansiedad, existen otros tratamientos no hormonales, como anticonceptivos, dispositivos intrauterinos, terapia cognitivo-conductual o cambios en el estilo de vida.
Y es que, más allá de las pastillas, los expertos insisten en la importancia de reforzar hábitos saludables. El envejecimiento trae consigo una disminución del metabolismo y la masa muscular, por lo que se recomienda una dieta balanceada, ejercicios de fuerza, descanso adecuado y evitar el alcohol en exceso. Aunque la perimenopausia pueda parecer una etapa incierta y desgastante, para muchas mujeres también puede representar un punto de inflexión, el momento en que se priorizan a sí mismas, sus cuerpos y su bienestar con más claridad que nunca.
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