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Volkswagen resiste la presión y congela precios hasta junio

En plena escalada de precios en el sector por los nuevos aranceles de importación en Estados Unidos, Volkswagen ha decidido mantener sin cambios sus tarifas

El espectacular modelo Volkswagen Teramont Pro

El espectacular modelo Volkswagen Teramont Pro. Crédito: Volkswagen. Crédito: Cortesía

Mientras el mercado automotor estadounidense se sacude con el impacto de las medidas comerciales del presidente Donald Trump, una de las marcas más relevantes del panorama internacional ha tomado una decisión que contrasta con la tendencia general: Volkswagen mantendrá estables los precios de sus vehículos hasta finales de junio.

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En un entorno donde otros fabricantes ya comenzaron a ajustar sus tarifas, la firma alemana busca ganar tiempo y preservar competitividad.

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Los nuevos aranceles del 25% aplicados a la importación de vehículos y piezas desde abril han obligado a la mayoría de las marcas a replantear sus estructuras de precios.

Esta postura sitúa a la automotriz alemana en una posición singular dentro de un mercado que se está reajustando de forma acelerada.

Marcas como BMW, Audi y Subaru ya comenzaron a ajustar precios al alza en sus modelos más vendidos, y otras como Jaguar, Mitsubishi, Land Rover y Lotus han optado por frenar temporalmente las importaciones para reorganizar sus inventarios.

El Volkswagen ID.3
El Volkswagen ID.3. Crédito: Volkswagen.
Crédito: Cortesía

Una decisión estratégica por parte de Volkswagen

La congelación de precios anunciada por Volkswagen aplica a toda su línea de modelos disponibles en el país, desde el compacto Golf hasta el SUV Atlas, incluyendo también el eléctrico ID. Buzz.

Esa estrategia no solo responde a una lógica comercial inmediata, sino que también pretende aprovechar la ventana que ofrece el mes de junio para incrementar el volumen de ventas.

Según estimaciones internas y de concesionarios, los incrementos que podrían entrar en vigor a partir de julio variarían dependiendo del modelo y su nivel de equipamiento, con promedios que oscilan entre $2,000 dólares y $6,000 dólares para las versiones de entrada.

Ventaja frente a la competencia

Mientras otras marcas ya hacen sentir el impacto de los nuevos aranceles en los bolsillos de los consumidores, Volkswagen busca capitalizar su decisión de mantener precios. En algunos concesionarios, esta postura ya está generando un efecto inmediato.

El contexto general es complejo. Ford, por ejemplo, ha aplicado aumentos en varios modelos, pero ofrece descuentos especiales dirigidos a trabajadores para compensar.

Subaru también modificó sus precios, aunque de forma más leve, con incrementos entre $800 dólares y $2,000 dólares, dependiendo de la versión. Estas variaciones han obligado a los compradores a tomar decisiones más rápidas o a posponer sus compras en espera de cambios en la política comercial.

Así es el Volkswagen Jetta GLI 2025
Así es el Volkswagen Jetta GLI 2025. Crédito: Volkswagen.
Crédito: Cortesía

Los efectos del nuevo escenario arancelario

La medida implementada por el gobierno de Donald Trump responde, según voceros oficiales, a la necesidad de equilibrar la balanza comercial y proteger la producción nacional. Aunque algunos sectores han celebrado la medida, la industria automotriz ha mostrado una mezcla de preocupación y pragmatismo.

La afectación no es menor. La cadena de suministro global de fabricantes como Volkswagen depende en gran parte de componentes importados. Aun cuando parte de la producción está localizada en América del Norte, el ensamblaje y los insumos continúan dependiendo del flujo internacional.

En paralelo, marcas alemanas como BMW y Mercedes-Benz mantienen conversaciones con funcionarios estadounidenses para renegociar los niveles de aranceles. Se espera que puedan alcanzar un acuerdo similar al logrado por firmas británicas, que lograron reducir los impuestos a un 10% tras varias rondas de diálogo.

En busca de acuerdos bilaterales

La posibilidad de lograr un entendimiento más favorable entre Alemania y Estados Unidos podría cambiar el panorama para Volkswagen y otras automotrices europeas. Si bien por ahora no hay un consenso definitivo, las conversaciones avanzan.

Desde la oficina comercial alemana han señalado que se están explorando mecanismos para mitigar el impacto de las medidas sin comprometer el equilibrio económico entre ambos países.

Lo que viene en julio

De no producirse un cambio de política en las próximas semanas, julio será un punto de inflexión para la industria. Como ha ocurrido en otros ciclos económicos, los consumidores podrían experimentar una ola de aumentos en cadena.

En algunos casos, los incrementos no serán solo consecuencia de los aranceles, sino también del encarecimiento de los costos logísticos, de los seguros de importación y de los tiempos de entrega.

Volkswagen, por ahora, sigue comprometida con su estrategia de contención. Pero puertas adentro reconocen que no será posible sostener esa política de forma indefinida. El equilibrio entre competitividad y rentabilidad se vuelve cada vez más delicado.

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