El hábito que debes evitar al usar un baño público: es muy peligroso
Aunque parezca una forma de protegerse, este acto puede tener consecuencias médicas serias, advierten expertos en salud

Cuando los baños públicos no están en condiciones favorables de higiene, la decisión inmediata es "no tocar nada". Crédito: Galina-Photo | Shutterstock
Evitar el contacto directo con el asiento del inodoro parece lógico, especialmente en un baño público. Sin embargo, uno de los hábitos más extendidos, sobre todo entre mujeres, podría estar dañando silenciosamente tu salud pélvica.
Se trata de orinar sin apoyar completamente el cuerpo sobre el inodoro, flotando en el aire, con los músculos tensos.
Aunque parezca una forma de protegerse, este acto puede tener consecuencias médicas serias, advierten expertos en salud.
¿Qué pasa con tu cuerpo al orinar sin apoyarte en el inodoro?
La doctora Samantha Pulliam, uroginecóloga y directora médica de Axena Health, es clara al respecto:
“Estar flotando sobre el inodoro puede dificultar la micción (acción de orinar), porque no puedes relajar por completo todos los músculos del suelo pélvico en esta posición”, afirma.
El suelo pélvico no solo permite orinar con normalidad; también sostiene varios órganos y colabora en funciones como la postura y hasta la actividad sexual. Si fuerzas a esos músculos a trabajar cada vez que usas el baño público, el impacto es acumulativo.
“Cuando orinas, estos se contraen y se relajan para facilitar el paso de la orina o las heces, pero los estás poniendo a trabajar cada vez que vas al baño público”, añade la especialista.
El problema se agrava cuando no logras vaciar la vejiga por completo. Según la doctora Kathleen Kobashi, uroginecóloga del Houston Methodist, esto incrementa el riesgo de infecciones urinarias.
“Permanecer suspendido sobre el suelo evita que algunos de estos músculos se relajen, impidiendo que vacíes la vejiga por completo”, advierte.
Y no solo ocurre en centros comerciales o restaurantes: los baños públicos también incluyen aquellos que compartes en la oficina o en casa, si vives con otras personas.
¿Qué alternativas tienes?
La doctora Pulliam ofrece dos consejos prácticos:
- Apoya el cuerpo si el baño está limpio: Si el inodoro está en condiciones razonables, sentarse es más seguro de lo que parece.
- Usa protección si lo necesitas: Puedes colocar una funda desechable, papel higiénico o usar toallitas desinfectantes para limpiar antes de sentarte.
En caso de no poder hacerlo, la clave está en el tipo de esfuerzo que haces al mantenerte en cuclillas.
“Concentra el esfuerzo en los músculos cuádriceps femoral, en lugar de usar los glúteos. Así evitarás un esfuerzo mayor del suelo pélvico”, aconseja Pulliam, cómo último recurso.
