‘No es una zona de guerra’
Miles de angelinos se reúnen en una vigilia para pedir por los indocumentados
Asistentes levantan la mano durante un rezo durante la vigilia liderada por líderes interreligiosos en el parque Gloria Molina en Los Angeles. Crédito: Fotos: Isaac Ceja | Impremedia
Yurien Contreras es hija de Mario Romo, uno de los trabajadores detenidos por ICE durante la ola de redadas el fin de semana y lo sucedido impactó a toda su familia que incluye a sus hermanos que tienen entre cuatro meses de edad y 20 años.
“Lo que pasó ese día fue una experiencia muy traumática ver a mi padre siendo llevado y encadenado de manos, pies y cintura sin poder hacer nada”, dijo Contreras anoche durante la vigilia celebrada en el centro de Los Ángeles para pedir por los indocumentados y el fin a los operativos migratorios en Los Ángeles.
Desde ese día, la familia no ha podido contactar a Romo y lo que Contreras más quiere es que su padre y los demás trabajadores regresen con sus familias. La joven exige que la participación de los líderes locales se intensifique y que las personas vayan a los centros de detención para poner más presión.


Después de los gases lacrimógenos y las balas de goma disparadas por las fuerzas del orden en el centro de Los Ángeles, líderes interreligiosos de todo el condado de Los Ángeles realizaron una vigilia y una procesión para pedir el fin de la violencia de las redadas de inmigración y la protección de las familias inmigrantes en el condado de Los Ángeles.
“Ustedes son nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestra familia y estamos con ustedes”, dijo Sharon Brous que es la Rabina senior y fundadora de IKAR.
La vigilia es la respuesta de la comunidad religiosa a una serie de redadas migratorias coordinadas llevadas a cabo desde el pasado viernes en todo el condado de Los Ángeles por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), con el apoyo de la Patrulla Fronteriza de EEUU (CBP) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI).
En videos y fotos difundidas en redes sociales, se puede ver a agentes federales con uniformes militares lanzando granadas y gases lacrimógenos contra la multitud de manifestantes.
El presidente Donald Trump autorizó el despliegue de un total de 4,000 efectivos de la Guardia Nacional y 700 infantes de marina en Los Ángeles, lo cual, según los líderes religiosos del condado, solo sirve para incitar a más violencia.
A partir del martes por la tarde varias personas que formaron parte de las manifestaciones en contra de ICE fueron detenidas.
El LAPD compartió que hubo un total de 163 arrestos desde el sábado y la mayoría de los cargos, por lo menos 125, fueron por falta de dispersión.
Los demás cargos van desde intento de asesinato con un cóctel molotov, agresión con un arma letal a un oficial de policía y saqueo.
El martes por la tarde algunos restaurantes y negocios comenzaron a tapar sus ventanas, aunque varias calles del centro de Los Ángeles permanecían intactas con personas paseando sus perros, coches esperando en el tráfico y restaurantes abiertos.
Durante la vigilia, decenas de personas se unieron pacíficamente para rezar para la comunidad migrante y enseñar su solidaridad.
Kristina Ortega es hija de migrantes de México y fue a la vigilia para expresar su apoyo a la comunidad de la forma que ella siente es más impactante para ella: a través del rezo.



“Soy católica y mi fe me llama profundamente a defender a quienes están siendo oprimidos y soy parte de la gran comunidad latina de Los Ángeles y con mi privilegio como ciudadana estadounidense es mi deber estar donde pueda entre aquellos que no tienen ese privilegio y los que están en el poder”, dijo Ortega.
Su abuelo, en realidad, nació en Estados Unidos, pero fue repatriado, y ella dice que esta idea de que su familia fuera y viniera a través de la frontera, sin su propia voluntad, es parte de la línea familiar.
Para Ortega ver la unidad entre personas de diferentes creencias subraya que el tema de los migrantes es una cuestión de humanidad y se sentía feliz en el ambiente acogedor.
“La gente está reunida, tocando tambores, cantando y coreando. No es una zona de guerra. La gente se defiende cuando se la provoca, pero casi el 98 % de nosotros deseamos que esto sea pacífico y significativo, y que se desarrolle a nivel espiritual”, dijo la latina.
Juan Reynoso asistió a la vigilia con una bandera del estado de California atada a su espalda y tenía el objetivo de centrar la paz y el amor ante todo lo que está ocurriendo.


“Es realmente devastador ver a tantos de nuestros vecinos inmigrantes, familiares y amigos siendo separados de sus familias, de sus comunidades y de sus lugares de trabajo”, dijo el latino. “Y estamos aquí esta noche para mostrarle al mundo que hay otra parte de Los Ángeles que lucha por nuestros vecinos y que estamos emocionados de estar aquí y apoyarlos”.
Al final de la vigilia los líderes religiosos invitaron a los asistentes de ir al centro de detención con la meta de traer paz y tranquilidad a la zona que ha sido parte de mucha violencia y temor durante los últimos días.