Columna: Por qué escribí Gente de Los Ángeles
Gente de Los Ángeles. Por los 100,00 deportados en 100 días y los millones aterrorizados. Por los que se oponen

El ciudadano hispano fue arrestado durante una redada en su lugar de trabajo, en Montebello. Crédito: Rick Bowmer | AP
En mayo, me llegaron desde la editorial Universo de Letras, del grupo Planeta en España, los primeros ejemplares de Gente de Los Ángeles. El libro de 660 páginas contiene una recopilación de unas 200 columnas que bajo el mismo nombre publiqué en La Opinión, el Huffington Post e Hispanic L.A. entre 2006 y 2025, medios que dirigía en aquellos días. Y algunas columnas nuevas y textos de explicación de los diferentes capítulos.
Son crónicas periodísticas integradas con la primera persona.
Un reflejo de 20 años de vida de la comunidad latina. De la gente de Los Angeles.

Si bien mi labor principal es la escritura periodística – editoriales, comentarios, análisis – mis otros libros fueron de poesía, cuentos, una novela breve. Gente de Los Ángeles es diferente. ¿Por qué?
En 1971, una noviecita me regaló un libro de poemas de Armando Tejada Gómez, el autor de “Canción con todos”, que se llamaba “Tonadas para usar”. Sin hacerlo explícito, eran poemas que evocaban momentos en la vida práctica, llevados a su lirismo característico y honesto.
“Ahora voy a hablar del horizonte
no importa que sea lejos
importa saber adónde”.
Sin compararme con el gran poeta, o bien copiándolo, concibo esta recopilación que es Gente de Los Ángeles como un libro de textos para usar a partir del conocimiento de la vida de la comunidad.
El libro es un manifiesto de amor, ternura por la gente de los ángeles con minúsculas.
Especialmente en este momento en el que la comunidad latina de Los Ángeles, de California, de todo Estados Unidos, pasa por una amenaza existencial, una ocupación militar, una avalancha de redadas en las que desaparecen a inmigrantes indocumentados sin pasado criminal y sin dejar rastros.
Gente de Los Ángeles es también el testimonio en la vida de un tipo, yo, periodista. Me muestra como un mirón de la realidad. Un voyeur del periodismo. Porque los periodistas comprometidos somos eso, cuando gozamos o sufrimos mirando y hurgando en lo que pasa. Somos, como le dijo Libertad a Susanita en esa tira de Mafalda de Quino, somos correveidiles.
Porque corremos con una libretita luego una grabadora ahora un celular antes de que se nos olvide todo, para reportar. En inglés sería, to file a story. Eso somos, y es bueno.
Gente de Los Ángeles, el libro de 660 palabras publicado por Universo de Letras, muestra cuadros de una exposición de Los Ángeles.
Por eso lo recopilé, edité, busqué editorial, editores, diseñadores, publiqué. Por los cien mil deportados en cien días y los millones que están en peligro. Por los cien millones de estadounidenses que se oponen a que eso suceda. Por eso.
Y la decisión de recopilarlos y publicarlos vino de una observación de que este mundo latino, de ciudadanos estadounidenses, del que se decía que era un gigante, aunque dormido, este mundo hispano que crecía, luchaba, se manifestaba, tenía líderes por todas partes, se hacía poderoso, está desapareciendo. Se está muriendo. Gigante, ya no es, ni despierto ni dormido. Gigante nunca fue, excepto en nuestra imaginación y esperanza en cada ciclo electoral.
En su lugar se impone la imagen de agentes de ICE, de la Guardia Nacional, de los chicos en los Marines, en un lugar que no les corresponde, que arrestan a un niño de nueve años.
El gigante dormido nunca se despertó.
Gente de Los Ángeles es el testimonio de un mundo que tiene los años contados. Por eso lo detuve en el tiempo. Las últimas columnas son de febrero, pero como las sigo escribiendo, se puede encontrar las nuevas en el sitio gentedelosangeles.com que estoy creando para eso.
En el libro están tantas vidas agraciadas, disfrutadas y luego olvidadas.
Las historias en muchos casos son individuales. Breves relatos de vidas que no terminan.
Historias que no concluyen sino que se interrumpen. Historias individuales como representación de la experiencia migratoria.
Escribo en el epílogo que las historias : “…podrían reorganizarse de manera diferente: por la ternura y el cariño de nuestra gente; por la rabia que causa la discriminación y el odio contra los latinos en general y los inmigrantes en particular; por los relatos de esperanza y superación que caracterizan a nuestra comunidad; por la casualidad. O por cómo la narrativa lo haya requerido. O por la curiosidad que nos causa darnos cuenta de que, después de todo, somos lo mismo.
La suma de las historias es la comunidad latina, en una imagen reconocible, que el lector podrá evocar al verse en el espejo.
Gente de Los Ángeles puede ser leída desde cualquier esquina, abriendo el libro en cualquier página.
Y como las columnas se escribieron a lo largo de tantos años, por fuerza refleja una comunidad en constante cambio. Que creció y que cae.
Quizás por eso estas pinceladas paisajísticas valgan para que en el futuro, un futuro diferente, recordemos quiénes fuimos.
‘Gente de Los Ángeles, Los latinos en Estados Unidos, una comunidad en crisis: su ascenso y su caída’, de 660 páginas, se puede conseguir en formato de tapa blanda o formato electrónico en los sitios de Amazon en EE.UU., México y otros países, Barnes and Noble y otras librerías digitales como Librerías Ghandi, Casa del Libro, Indigo, Everand, Planeta de libros USA, Bajalibros Argentina, GoodReads, Libelista, pocketbook.es, fnac.es y otros. Más puntos de venta se van agregando diariamente.