Las redadas deben de parar
El nivel de intimidación, humillación y violación a los derechos humanos en las deportaciones deben ser detenidas

Imagen de agentes migratorios en un operativo. Crédito: EFE
Si bien no son nuevas y por décadas las redadas y detenciones migratorias se han realizado en diferentes formas, independientemente del Partido Político que esté en el poder, lo realizado hoy por el Partido Republicano no tiene nombre en la historia reciente y se deben detener si queremos seguir siendo vistos como una de las mejores democracias a nivel mundial.
Cómo hijo de migrantes nacido en Oaxaca, pero que tuvo la oportunidad de crecer en la ciudad de Los Ángeles desde la edad de cuatro años, puedo decir que nunca, en por lo menos los últimos 30 años de mi edad adulta, había visto el nivel de abuso, intimidación y humillación a la comunidad latina que hoy despliegan los agentes de migración.
Desde la llegada de los agentes con armas largas para realizar un operativo migratorio, ya sea en una fábrica, en un estacionamiento de una iglesia o en la calle misma, los agentes desbordan tal nivel de intimidación que inmediatamente ponen en alerta y miedo a cualquier testigo o comunidad a la que llegan.
Y aunque ha dicho una y otra vez el presidente Donald Trump que las redadas únicamente se enfocan en las personas con antecedentes penales y en los inmigrantes más peligrosos, la realidad es que, en un gran número de videos grabados por la comunidad, es claro que el blanco de las redadas es la clase trabajadora latina (restaurantes, fábricas y granjas). En muchas ocasiones, los agentes llegan sin mostrar una orden judicial, simplemente invaden la propiedad privada, se meten a las fábricas y empiezan a cuestionar a los trabajadores, los persiguen y los detienen.
Ha habido casos donde las personas a las que las autoridades tratan de someter son estadounidenses, si, personas naturalizadas o nacidas en Estados Unidos que vociferan en ese momento su estado legal; pero eso parece no importar a los agentes, quienes siguen con el arresto y en muchas ocasiones terminan llevándose a las personas, sin importar si eran ciudadanos estadounidenses o inmigrantes con residencia legal.
Este tipo de abuso a los derechos humanos de las personas, no se había visto con tal cinismo, donde hasta se graban entre ellos para subirlo a las redes sociales y la gente pueda ver el nivel de autoritarismo, intimidación y violación a los derechos de las personas que detienen.
Aunque las autoridades siguen negando que ellos no utilizan el perfil racial para detener a sus víctimas, es claro que en muchas ocasiones simplemente detienen a las personas por su aspecto latino.
Recientemente se escuchó un caso donde los agentes le preguntan a la persona detenida por el nombre del hospital donde nació, en otras ocasiones, simplemente van por la calle y detienen a una persona que va caminando o en bicicleta, pero lo deja ir luego de que se dan cuenta que es ciudadano estadounidense.
Hemos llegado a un nivel de pánico y terror en las comunidades, que las personas latinas, ciudadanos o no, no quieren salir a las calles a caminar porque pueden estar en riesgo de ser arrestados. Todo eso ha dejado a la comunidad latina llena de miedo. En muchas ocasiones los trabajadores prefieren no ir a trabajar, salir de compras o llevar a sus hijos a la escuela. Inundando de terror no solo a los adultos, sino a toda la familia y el vecindario entero.
Eso no es vida, y mucho menos en un país que se jacta de ser una de las mejores democracias del mundo. Como ciudadano de este gran país, como migrante e hijo de migrantes no podemos permitir que esta situación siga llenando de miedo a nuestras comunidades y afectando nuestra democracia.
Si no detenemos ese nivel de humillación, abuso y terror que generan en nuestros vecindarios los agentes de ICE, con imágenes que recorren el mundo, simplemente estamos enviando un mensaje al resto de las naciones en general, que a Estados Unidos no le interesan los derechos humanos o defender a sus mismos ciudadanos o residentes, que con documentos o no, han aportado su granito de arena para fortalecer la economía de este país.
Es por eso que, por el bien de los migrantes, de los estadounidenses y del sistema democrático que tanto defendemos, este tipo de redadas deben de parar.
(*) José Ugarte es el subjefe del concejal de Los Ángeles Curren Price y un defensor de los derechos humanos y derechos civiles. Este artículo es un punto de vista personal y no representa las opiniones de la Ciudad ni de la oficina del Concejo.