Guatemala y Honduras firman acuerdos con EE.UU. para recibir extranjeros en calidad de refugiados
A pesar de los enormes desafíos que plantean sus economías, Guatemala y Honduras se comprometieron con EE.UU. a recibir refugiados

Crédito: Verónica G. Cárdenas | AP
Kristi Lynn Arnold Noem, secretaria de Seguridad Nacional (DHS), anunció que los gobiernos de Guatemala y Honduras firmaron acuerdos con Estados Unidos para recibir extranjeros en calidad de refugiados.
“Honduras, y ahora Guatemala serán países que acogerán a esas personas y también les otorgarán el estatus de refugiados.
Nunca hemos creído que Estados Unidos deba ser la única opción, que la garantía para un refugiado sea ir a un lugar seguro y protegido de cualquier amenaza que enfrente en su país. No necesariamente tiene que ser Estados Unidos”, señaló al concluir un viaje de trabajo llevado a cabo por Centroamérica.
Aunque la negociación alcanzada en teoría le permite a la administración encabezada por Donald Trump enviar a ambos países centroamericanos inmigrantes deportados para darles refugio temporal, la oficina de comunicaciones de la presidencia de Guatemala negó haber firmado acuerdos con cláusulas de fungir como terceros países seguros.
Lo cierto es que tanto Guatemala como Honduras tienen recursos limitados y economías tan débiles que ni siquiera logran generar estabilidad para sus ciudadanos y un amplio sector de estos se ven obligados a migrar sobre todo hacia Estados Unidos con el objetivo de conseguir una mejor vida.
Así que la versión de abrirles la puerta a solicitantes de asilo simplemente no concuerda con su realidad.

De hecho, el acuerdo alcanzado con Guatemala y Honduras se ajusta más al compromiso establecido con Donald Trump durante su primer mandato en la Casa Blanca, cuando junto con El Salvador, las tres naciones aceptaron asumir la posición de tercer país seguro como posible destino de extranjeros carentes de estatus legal deportados por Estados Unidos.
A diferencia de aquella ocasión, esta vez, el presidente Nayib Bukele estableció un negocio bastante redituable al aceptar —a cambio de una importante retribución financiera— recibir inmigrantes con antecedentes penales deportados por Estados Unidos para albergarlos en su Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT).
Cabe señalar que uno de los compromisos del presidente Donald Trump durante su campaña fue llevar a cabo la deportación de inmigrantes más grande de la historia y, como parte de su estrategia, trasladarlos a denominados terceros países encaja a la perfección.
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