Tesla en caída libre tras amenaza de Trump a Elon Musk
El presidente de EE.UU. ha sugerido investigar las ayudas federales recibidas por Tesla y SpaceX, provocando una caída en Bolsa y nuevas críticas del empresario

Sede de Tesla. Crédito: Tesla. Crédito: Cortesía
La tensión entre Donald Trump y Elon Musk, dos de las figuras más influyentes del escenario político y empresarial estadounidense, ha alcanzado un nuevo pico.
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En medio de una serie de acusaciones públicas, el presidente de Estados Unidos ha cuestionado abiertamente los subsidios que durante años han sostenido parte del negocio de Tesla y SpaceX, generando un efecto inmediato en los mercados: las acciones de Tesla cayeron casi un 4% en Wall Street.
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El conflicto, que ha venido escalando desde el inicio del nuevo mandato de Trump, estalló esta semana cuando el mandatario recurrió a su red social Truth para lanzar una advertencia directa: “Elon puede recibir más subsidios que cualquier ser humano en la historia, de lejos, y sin subsidios, Elon probablemente tendría que cerrar y regresar a Sudáfrica”.
Además de las críticas, Trump fue más allá al proponer una revisión oficial de los beneficios fiscales recibidos por las empresas del magnate: “Quizás deberíamos pedirle a Dogecoin que analizara esto a fondo. ¡¡¡Se ahorraría mucho dinero!!!”, escribió, en una frase cargada de sarcasmo que no pasó desapercibida ni para los mercados ni para el propio Musk.
La amenaza llega en un momento particularmente delicado para Tesla. Esta semana la compañía se prepara para revelar sus cifras de ventas trimestrales, las cuales ya se anticipan negativas.
Durante el primer trimestre, la marca reportó una disminución del 13% en las unidades entregadas, y para el segundo trimestre los analistas esperan un descenso cercano al 15%.
JP Morgan, uno de los bancos de inversión más influyentes, proyecta una caída de las entregas a 360,000 unidades, mientras que Deutsche Bank maneja una previsión aún más pesimista: 355,000 vehículos vendidos entre abril y junio.
Ambos coinciden en que Tesla enfrenta una desaceleración estructural en regiones clave como Europa y China, donde la presión de competidores como BYD y Xiaomi sigue creciendo.

Cuando Trump habla, todo tiembla
En medio de este panorama sombrío, los comentarios de Trump funcionan como catalizador para el nerviosismo de los inversores. En su mensaje, el presidente también recordó que “Elon Musk sabía, mucho antes de apoyarme con tanta vehemencia como presidente, que me oponía firmemente al mandato de vehículos eléctricos. Los coches eléctricos están bien, pero no todo el mundo debería estar obligado a tener uno”.
La postura de la Casa Blanca podría tener efectos concretos en la política fiscal. Actualmente, Tesla se beneficia de un crédito federal de $7,500 dólares por cada unidad vendida, un incentivo que podría desaparecer si prospera el proyecto de reforma fiscal que está siendo discutido en el Senado.
Musk no tardó en responder: calificó la propuesta como “increíblemente destructiva” y alertó sobre su impacto no solo en Tesla, sino en toda la industria de energías limpias.
“Elon está molesto porque el nuevo plan reduce incentivos para los vehículos eléctricos y otras formas de energía alternativa. Eso afectaría de forma directa a empresas como Tesla, que han capitalizado esos apoyos durante más de una década”, explicó una fuente cercana al Departamento de Energía.
Este posible recorte a los subsidios se suma a una tormenta perfecta para la compañía.

A la presión regulatoria y la caída de ventas se suma el desgaste reputacional de Musk, quien en mayo decidió abandonar su rol como asesor honorario del Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE.UU. (DOGE), luego de ser acusado de influir indebidamente en decisiones estratégicas.
“Elon ha sido una figura central en la promoción de vehículos eléctricos en EE. UU., pero su participación política ha generado un ruido que ahora pasa factura”, explicó un analista de RBC Capital Markets.
Lo que puede venir en medio de este conflicto
A pesar de las amenazas, no se ha anunciado aún una investigación formal contra Musk o sus empresas. Sin embargo, la presión mediática ya está instalada.
Expertos coinciden en que, más allá de la caída bursátil, el verdadero riesgo para Tesla sería un giro oficial en la política de subsidios, algo que podría recortar considerablemente su ventaja competitiva frente a los fabricantes tradicionales.
Según JP Morgan, Tesla cerraría 2025 con apenas 1,575 millones de unidades vendidas, por debajo de las 1,7 millones previstas. El banco advierte que “observamos un riesgo significativo para las perspectivas de entregas anuales, dado que el consenso exige un cambio drástico, a pesar de la probable reducción significativa a corto plazo de los subsidios a los vehículos eléctricos”.
En lo que va del año, las acciones de Tesla acumulan un retroceso del 16%, reflejo de un entorno desafiante que mezcla desaceleración comercial, competencia agresiva y un entorno político hostil.
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