‘Estamos pasando malos momentos’, afirman emprendedores en el Valle de San Fernando
Redadas migratorias afectan a dueños de negocios en Van Nuys

Negocios en Van Nuys Blvd. han experimentado una escasez de clientes ante las redadas. Crédito: Fotos: Isaac Ceja | Impremedia
Ricardo Fernández lee el periódico mientras espera que lleguen clientes a comprar fundas de celulares, pero después de semanas y semanas de redadas en el área de Los Ángeles los clientes no salen como antes.
“El negocio está muy bajo, hay negocios que han cerrado y el que está abierto está sobreviviendo nada más, porque no sabemos cuándo se va a acabar esta situación”, dijo Fernández que tiene 9 años con su emprendimiento en Van Nuys. “Lo sentimos por toda la gente que no tiene documentos… si no van a trabajar, no hay dinero, si no hay dinero no compran, si no compran de qué sobreviven los lugares como este, más tratándose de un área [mayormente] latina, entonces estamos pasando malos momentos”.

El migrante mexicano que tiene 73 años compartió que las ventas en su local han bajado por lo menos 50% y lo que gana al día solo sirve para pagar su alquiler y la gasolina que utiliza para ir a trabajar.
Hasta ahora, el negociante se ha mantenido positivo y espera seguir abriendo su local hasta octubre o posiblemente hasta el fin del año.
En bulevar Van Nuys la escasez peatones es evidente, hay mucho silencio y los negocios están prácticamente vacíos. El temor a los operativos es latente.
El Departamento de Seguridad Nacional declaró que la administración Trump ha arrestado a más de 300,000 “extranjeros ilegales” en 2025.
Además, el proyecto de ley “grande y hermoso” permitirá al ICE arrestar y deportar a aún más xtranjeros al proporcionar $14.4 mil millones para deportaciones, 10,000 nuevos agentes, 80,000 nuevas camas y un bono de contratación de $10,000 para nuevos agentes.
“Esto ayudará al ICE a lograr hasta un millón de deportaciones al año”, escribió el DHS en el comunicado del 20 de julio.
Obligados a cerrar
Hasta la fecha, por lo menos 10 locales en la cuadra de Victory y Van Nuys Blvd. han cerrado sus puertas, según negociantes en el área. Entre esos negocios se perdieron restaurantes de comida centroamericana y tiendas de ropa.
La cuadra no solo perdió negocios sino negocios latinos en un área donde representan la mayoría de la población.
De acuerdo con el perfil demográfico de Van Nuys por el Departamento de Planificación de la ciudad de Los Ángeles, los latinos representan el 50% de los residentes en la zona.
Un puño de dueños de negocios en la zona compartieron que los clientes prefieren hacer sus compras lo más rápido posible para evitar problemas.

Claribel Cavel, dueña del negocio Claribella’s Fashion, abrió su negocio hace tres años y después de las redadas noto la reducción de 50% en ventas. Además, le impactó ver el temor dentro de sus propios clientes.
“Entran rápido, quieren hacer una compra rápida porque no quieren tardar mucho tiempo”, dijo la emprendedora salvadoreña.
Cerca del negocio de Cavel queda Shucos Los Meros Meros, un restaurante de comida guatemalteca, donde uno de los dueños, William Cifuentes, compartió que sus clientes prefieren hacer sus pedidos por teléfono y recoger la comida rápido para poder regresar a casa. Ordenar en línea por aplicaciones de entrega de comida también se ha vuelto la norma para algunos de sus comensales.
“A veces ni quieren bajarse del carro, solo llaman y dicen ‘Aquí estoy afuera, me puedes traer mi orden’ y hay que hacerlo para apoyarlos, uno entiende”, dijo Cifuentes, que empezó el negocio hace 7 años con una lonchera que sigue trabajando.
El emprendedor recién tuvo que descansar a dos trabajadores y recortar las horas de los demás debido a la falta de ventas y necesidad de pagar el alquiler y los gastos del local que conllevan un total de más de $6,000 al mes.

“Me da tristeza ver que la gente no quiere andar en la calle, se quedan encerrados en su casa y todo eso es una cadena”, dijo el emprendedor guatemalteco. “No salen a trabajar hoy, no tienen dinero para su comida, no van a ir a un restaurante y nosotros tampoco vamos a tener dinero para ir a comprar aquí, ir a comprar allá, es una cadena”.
Dentro de la tienda de ropa, Redzone, Mauricio León trabaja normalmente los fines de semana y ha notado una inquietud en la comunidad ante las redadas.
“Hace apenas un par de semanas, nos preguntamos, dónde están todos”, dijo León. “Parecía un pueblo fantasma”.
A pesar de que se hizo ciudadano en 2017, el salvadoreño dice que aún no se siente cómodo salir si no tiene que trabajar.

“Mi familia y yo nos quedamos en casa la mayor parte del tiempo, así que nos cuesta mucho salir”, dijo León. “Es lo único que se puede hacer ahora mismo… es difícil porque, incluso siendo ciudadano estadounidense, siguen intentando sacarte de aquí. Todo se reduce al color de la piel”.
Para los vendedores ambulantes en la zona la situación es casi igual. Margarita Orozco que ha vendido en el área desde el 2018 dice que jamás había visto tan poca gente.
Cuando antes ganaba $150 al día ahora solo gana $20, lo que ha resultado en muchos nervios para la mexicana que se está atrasando en los pagos de su casa.

No obstante, la vendedora ambulante mantiene que hay migrantes como ella que vinieron al país para trabajar y ganarse la vida.
“No todos somos delincuentes ni terroristas, como dice el presidente”, dijo Orozco. “Él está muy equivocado”.
Cada día que trabaja Juan Carlos Ruiz camina entre 13 a 18 millas diarias mientras vende raspados y otras botanas.
El guatemalteco ha visto una reducción en ventas también, pero mantiene que no tiene otra opción que salir a trabajar.
“Si nos quedamos encerrados, pues quien nos va a pagar la renta, cómo vamos a comer y cómo vamos a sostener a nuestras familias allá en nuestros países”, dijo Ruiz.
No obstante, el vendedor ambulante dice que trata de mantenerse positivo ya que también teme lo que podría ocurrir.
“Me siento mal porque es un miedo que uno está cargando, no está uno tranquilo en la calle”, dijo Ruiz. “Esa libertad pues y esa paz que uno sentía antes, ya no está”.