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Tesla apuesta por Samsung para fabricar sus nuevos chips

Tesla eligió a Samsung como socio clave para fabricar sus nuevos chips AI6, esenciales para la conducción autónoma y futuros desarrollos tecnológicos

Sede de ventas de Tesla

Sede de ventas de Tesla. Crédito: Tesla. Crédito: Cortesía

Tesla y Samsung han firmado un acuerdo estratégico que podría cambiar muchas cosas en la actualidad del mundo automotriz.

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El fabricante de autos eléctricos dirigido por Elon Musk eligió a Samsung para producir su próxima generación de chips de inteligencia artificial, conocidos como AI6.

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Esta alianza no solo representa una inversión de $16,500 millones de dólares, sino que también impulsa la posición de Samsung frente a sus rivales en el sector de los chips lógicos.

Aunque inicialmente el acuerdo fue anunciado sin mencionar a Tesla, fue el propio Musk quien confirmó el vínculo en la red social X, describiendo la colaboración como de “importancia estratégica innegable”.

Producción en Texas y apuesta por autonomía

Los chips serán fabricados en la planta de Samsung ubicada en Taylor, Texas, desde julio de 2025 y hasta fines de 2033. Esta fábrica, que había tenido un inicio lento sin clientes de gran perfil, toma ahora un rol protagónico con este pedido de Tesla.

Según analistas como Ryu Young-ho, de NH Investment & Securities, el contrato “podría ser un catalizador clave para activar finalmente la operación comercial real de la planta”.

Samsung se encargará de fabricar el chip AI6, que será parte de los sistemas más avanzados de Tesla. Este nuevo componente estaría destinado a integrarse en su suite Hardware 6, que alimenta las capacidades de conducción autónoma total, y también podría utilizarse en desarrollos como el robot humanoide Optimus.

Por ahora, Samsung ya produce el chip AI4 para Tesla, mientras que el AI5 está siendo fabricado por TSMC, primero en Taiwán y luego en Arizona. La transición al AI6 en manos de Samsung supone un giro importante para Tesla en su estrategia de cadena de suministro.

Impacto financiero y reacción del mercado

Tras conocerse la noticia, las acciones de Samsung se dispararon entre un 6% y un 6,8% en la bolsa de Seúl. El mercado reaccionó con entusiasmo ante la posibilidad de que el acuerdo contribuya a mitigar las abultadas pérdidas que arrastra la división de semiconductores de Samsung Foundry. Solo en la primera mitad de 2025, esta unidad acumuló más de $3,600 millones de dólares en pérdidas.

Este contrato representa el mayor en la historia de Samsung Foundry, consolidando su apuesta por la fabricación de chips de vanguardia. En particular, se trata de chips con tecnología de 2 nanómetros, un terreno donde la firma surcoreana busca ganar espacio frente al dominio de TSMC, su principal competidor en este rubro.

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V4 Supercharger de Tesla. Crédito: Tesla.
Crédito: Cortesía

Un acuerdo con visión de futuro

Elon Musk no tardó en destacar su implicación personal en este proyecto. Según sus propias palabras: “Caminaré personalmente la línea para acelerar el ritmo de los avances, y Samsung acordó permitir que Tesla ayude a optimizar la eficiencia de fabricación”.

Además, fue enfático en afirmar que el monto de $16,500 millones de dólares es apenas el mínimo previsto, lo que deja abierta la puerta a que la inversión final sea significativamente mayor.

Este tipo de declaraciones refuerza la narrativa de Musk sobre el control directo en los aspectos más críticos del desarrollo tecnológico de Tesla.

A su vez, la estrategia parece estar orientada a diversificar los proveedores de componentes clave, reducir la dependencia de TSMC y reforzar el control vertical de la cadena de valor.

Ganancias compartidas en una industria clave

Para Samsung, el acuerdo con Tesla no solo significa un ingreso importante, sino también una validación de sus capacidades técnicas para producir chips avanzados en Estados Unidos.

Con la creciente presión geopolítica en torno a la producción de semiconductores, contar con operaciones dentro del territorio estadounidense es un elemento clave tanto para la confianza de los clientes como para las relaciones con el gobierno de ese país.

En el caso de Tesla, esta asociación le permite acelerar su hoja de ruta tecnológica hacia una conducción autónoma completa, al tiempo que establece un ecosistema de producción más estable y menos dependiente de proveedores asiáticos con sede en regiones más expuestas a tensiones internacionales.

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Supercargadores de Tesla. Crédito: Tesla.
Crédito: Cortesía

Un movimiento que cambia el tablero

Este acuerdo llega en un momento en que la industria automotriz y la tecnológica están cada vez más entrelazadas.

El futuro del automóvil pasa por el desarrollo de software avanzado, procesamiento de datos en tiempo real y sistemas de inteligencia artificial, y todo esto requiere chips cada vez más potentes y eficientes.

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