Mitos y verdades sobre el pelo de gato: ¿es causante de asma o toxoplasmosis?
El pelo de gato en sí mismo no es un riesgo significativo para la salud, pero sí puede ser un vehículo de alérgenos y parásitos

Personas alérgicas pueden experimentar irritaciones, pero el pelo no se aloja en los pulmones. Crédito: Shutterstock
El gato es una de las mascotas preferidas por los humanos, pero a la vez está revestido de un halo de misterio, al tanto de ser considerado hasta peligroso para la salud, por sus conductas y hábitos. Atrás no se queda el pelo de gato, que es más mito que peligro real.
Si bien es cierto que el pelo de gato puede causar alergias en algunas personas, no es el causante directo de enfermedades como el asma o la toxoplasmosis. El pelo actúa como un vehículo para alérgenos y, en algunos casos, parásitos, pero la exposición ocasional no es una amenaza grave.
Respecto al asma, el pelo en sí no causa esta enfermedad respiratoria. Las crisis asmáticas o alergias relacionadas con gatos son provocadas por proteínas presentes en la saliva, orina o caspa del gato que pueden quedar en el pelo, pero no por el pelo directamente. Personas alérgicas pueden experimentar irritaciones, pero el pelo no se aloja en los pulmones ni provoca asma per se.
Sobre la toxoplasmosis, es una infección causada por el parásito Toxoplasma gondii. Los gatos pueden ser hospedadores finales del parásito, pero no transmiten la enfermedad por el pelo. La transmisión más común a humanos ocurre por contacto directo con las heces infectadas del gato, o mediante alimentos y agua contaminados. El parásito se libera en las heces durante un período corto después de que el gato se infecta, y mantener higiene al limpiar el arenero evita el riesgo. El pelo del gato no transmite toxoplasmosis, ni puede causar esterilidad o aborto, que son creencias erróneas frecuentes.
Tenemos que las preocupaciones sobre que el pelo del gato provoque asma o toxoplasmosis carecen de fundamento científico. El manejo adecuado de la higiene y evitar contacto con heces infectadas son las medidas clave para prevenir estos riesgos de salud.
Mitos y realidades sobre el pelo de gato
Es importante precisar entonces cuál es la realidad y los mitos que rodean la proliferación de los pelos de gato en el hogar:
- Mito: el pelo de gato causa alergias graves y enfermedades.
- Realidad: las alergias a los gatos son causadas por proteínas presentes en la saliva, orina y glándulas sebáceas del gato, no por el pelo en sí mismo.
- Mito: el pelo de gato causa asma.
- Realidad: las alergias a los gatos pueden desencadenar síntomas asmáticos en personas susceptibles, pero no causan asma directamente.
- Mito: el pelo de gato transmite la toxoplasmosis.
- Realidad: la toxoplasmosis se transmite a través de las heces de un gato infectado, no por el pelo. La infección en humanos suele ocurrir por la ingestión de alimentos contaminados o agua, o por contacto con heces contaminadas.
. - Mito: el pelo de gato es peligroso para las mujeres embarazadas.
- Realidad: no existe evidencia científica que relacione el pelo de gato con problemas de fertilidad o complicaciones durante el embarazo. Es importante, sin embargo, tomar precauciones con las heces de gato durante el embarazo para evitar la toxoplasmosis.
- Mito: el pelo de gato puede causar cáncer.
- Realidad: el pelo de gato no está asociado con el desarrollo de cáncer.
Debemos destacar que la clave está en la higiene y en la precaución para personas alérgicas o embarazadas. El pelo de gato en sí mismo no es un riesgo significativo para la salud, pero sí puede ser un vehículo de alérgenos y parásitos.
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