Adiós inesperado: Volkswagen decidió recortar estos modelos
Volkswagen reestructura su oferta global y confirma la salida de dos modelos clave: el SUV eléctrico ID.5 y el emblemático Touareg, su todoterreno más veterano

El Volkswagen ID.5 dejará de producirse. Crédito: Volkswagen. Credit: Cortesía
En medio del actual entorno automotriz, que es cada vez más exigente y competitivo, Volkswagen ha comenzado a tomar decisiones difíciles. La marca, que en las últimas décadas se consolidó como un referente tanto en la gama popular como en segmentos más altos, ha puesto en marcha una nueva fase de racionalización en su catálogo global.
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Como parte de esta estrategia, el fabricante alemán ha decidido poner fin a la producción de dos de sus modelos más emblemáticos: el Volkswagen Touareg y el eléctrico ID.5.
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El anuncio no ha sorprendido a todos, pero sí ha despertado sentimientos encontrados entre fanáticos y seguidores de la firma. Mientras el Touareg representó durante más de dos décadas el lado más robusto, refinado y aventurero de la marca, el ID.5 fue uno de los primeros pasos de VW hacia una electrificación total.
El ID.5 se despide en silencio
Lanzado al mercado en 2021 como una variante coupé del ID.4, el Volkswagen ID.5 nunca logró establecerse como un superventas. Aunque compartía plataforma, tecnologías y mecánicas con su hermano más exitoso, su diseño más estilizado y su precio más elevado limitaron su impacto comercial.
Según el reporte del medio británico Autocar, el ID.5 dejará de producirse en 2027, tras apenas seis años de vida. Una decisión motivada en parte por su bajo rendimiento en ventas y en parte por la necesidad de Volkswagen de simplificar su gama eléctrica.
La marca ya había dado pistas de que los planes para su línea de modelos eléctricos estaban cambiando. “La nomenclatura ID. desaparecerá”, confirmó recientemente Thomas Schäfer, CEO de Volkswagen, al hablar sobre el futuro de la gama.
Y en esa misma intervención agregó: “ICE y EV están condenados a entenderse”. La nueva estrategia prevé que los modelos eléctricos adopten nombres tradicionales, como los ya conocidos Polo o Golf.
Así, con un producto como el ID.4 bien posicionado y más accesible, Volkswagen no ve sentido en seguir apostando por el ID.5, que ocupa prácticamente el mismo espacio dentro de la gama, pero con menos aceptación.
Touareg: una salida con nostalgia
Si la eliminación del ID.5 puede verse como una maniobra racional desde el punto de vista comercial, la salida del Touareg tiene un componente más emocional. Desde su llegada al mercado en 2002, este SUV grande ha sido un estandarte de la marca, un modelo capaz de codearse con gigantes como el BMW X5 o el Audi Q7.
Durante muchos años, el Touareg combinó lujo, capacidad todoterreno y una imagen sólida. Pero el tiempo y el mercado le han pasado factura. El aumento progresivo de su precio —llegando en algunos mercados a superar los $80,000 dólares en versiones tope— terminó por alejarlo del perfil de cliente típico de Volkswagen.
Las cifras de ventas han caído significativamente en los últimos años, y su espacio será ocupado, al menos parcialmente, por el Volkswagen Tayron, un SUV más moderno y adaptado a las nuevas necesidades del mercado. El Touareg se despedirá oficialmente en 2026, tras 24 años de trayectoria y sin un reemplazo directo anunciado hasta el momento.
Redefiniendo la estrategia eléctrica
Desde la llegada de Oliver Blume a la cabeza del Grupo Volkswagen, las prioridades del consorcio se han ajustado. El enfoque ha girado hacia una gama más centrada, con menos modelos solapados, un mayor control de costos y una electrificación más pragmática. Esta revisión estratégica afecta tanto a los productos de combustión como a los eléctricos.

Volkswagen fue uno de los pioneros europeos en lanzarse de lleno a la electrificación con su familia ID., pero los resultados iniciales no han estado a la altura de las expectativas.
Pese a liderar las ventas de vehículos eléctricos en Europa, en parte gracias a la desaceleración de Tesla, la compañía ha optado por corregir el rumbo.
El cambio de rumbo también apunta a una electrificación más gradual, donde los modelos eléctricos convivan con opciones híbridas y de combustión interna durante varios años más. Esta coexistencia permitirá a la marca mantener su rentabilidad mientras avanza hacia un portafolio completamente eléctrico, previsto para 2033.
Menos modelos, más impacto
Eliminar modelos no siempre significa retroceder. En este caso, Volkswagen parece decidida a concentrar sus esfuerzos en productos más exitosos, con mayor volumen de ventas y mejor retorno financiero.
Con el ID.2 en el horizonte como el próximo coche eléctrico accesible (y probablemente bajo el nombre Polo), y otros SUV como el Tiguan y el Tayron ganando protagonismo, el camino parece claro.
Además, con la producción repartida en distintos países, las decisiones de recorte ayudan también a optimizar la logística y a reducir costes estructurales.
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