Un caballo, un sueño: así nace el Bugatti Brouillard
Bugatti inaugura el Programa Solitaire con una creación única: el Brouillard, un coupé de 1,600 CV inspirado en el caballo favorito de Ettore Bugatti

El espectacular Bugatti Brouillard. Crédito: Bugatti. Crédito: Cortesía
Bugatti es sinónimo de historia, sofisticación y poder. Sin embargo, la nueva iniciativa de la marca va mucho más allá de lo convencional. Se trata del Programa Solitaire, una propuesta radicalmente exclusiva que redefine los límites de la personalización automotriz.
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La primera obra maestra nacida de este concepto es el Brouillard, un coupé que no solo rinde homenaje a la dinastía Bugatti, sino también a uno de los afectos más íntimos de su fundador: su caballo favorito.
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Este animal, cuyo nombre significa “niebla” en francés, inspiró a Ettore Bugatti por su elegancia, velocidad y nobleza. El Brouillard equino era capaz incluso de abrir su propio establo gracias a un ingenioso mecanismo creado por el propio Ettore. Hoy, esa misma mezcla de ingeniería, estética y sensibilidad ha sido transferida a un automóvil sin igual.
Un enfoque que revive la tradición carrocera
Lejos de ser una simple extensión del programa Sur Mesure, el Programa Solitaire marca un retorno a las raíces más artesanales de Bugatti. A comienzos del siglo XX, la casa colaboraba con carroceros para crear obras personalizadas sobre chasis Bugatti.
Jean Bugatti revolucionó esa práctica al llevar el diseño y la fabricación al interior de la marca, permitiendo nacimientos icónicos como el Type 57 SC Atlantic.
“El Programa Solitaire nos permite explorar con autenticidad las visiones únicas de nuestros clientes. Cada precioso Solitaire será único e inigualable”, declaró Hendrik Malinowski, Director General de Bugatti.

El Brouillard recupera ese espíritu, aplicando las técnicas contemporáneas de diseño, materiales y fabricación más sofisticadas del mundo.
Diseño escultural con alma de purasangre
Sobre la plataforma mecánica W16 de 1,600 CV, el Brouillard adquiere forma bajo la visión de Frank Heyl, Director de Diseño de Bugatti. Evitando las líneas rectas y afiladas, el diseño del vehículo apuesta por superficies curvas, inspiradas en la musculatura de un caballo entrenado.
Es un juego de proporciones clásicas, donde el tercio inferior se oscurece visualmente para dar ligereza a la silueta superior.
“Veía en Brouillard un reflejo de sus propias creaciones, curvas del cuerpo del caballo, flancos musculosos”, comentó Heyl. Esa filosofía se traduce en un vehículo que combina potencia bruta con una estética contenida, solemne y profundamente sofisticada.
Aerodinámica y potencia, integradas con elegancia
El trabajo aerodinámico en el Brouillard está completamente integrado a su carrocería escultural. Las tomas de aire se canalizan a través de radiadores especialmente diseñados para generar caídas de presión que mejoran la refrigeración. El alerón tipo “cola de pato” no solo aporta estabilidad, sino que potencia el perfil visual del coupé.
Un difusor trasero ampliado y un sistema de escape optimizado completan la evolución de la plataforma W16, que en este ejemplar llega a su máxima expresión.

Un interior de lujo absoluto con significado emocional
Si el exterior es escultura, el interior es alta costura. Los materiales seleccionados para el Brouillard combinan tradición e innovación. Se utilizan telas de tartán tejidas a medida en París, fibras de carbono verdes, aluminio mecanizado y parches de cuero únicos.
El techo de cristal genera una sensación etérea, casi espiritual, mientras que la columna central fluye del exterior al habitáculo, visible gracias al panel transparente. Cada elemento ha sido hecho a medida para el propietario del vehículo, un reconocido coleccionista de piezas Bugatti.
Los detalles son sorprendentes: los paneles de las puertas y respaldos llevan bordados con motivos ecuestres; la palanca de cambios está tallada en un bloque de aluminio y alberga una escultura en miniatura del caballo Brouillard.
El propietario del Brouillard no sólo colecciona autos Bugatti, sino también muebles diseñados por Carlo Bugatti y esculturas de Rembrandt Bugatti. Su encargo al Programa Solitaire fue claro: reunir toda la herencia artística y emocional de la familia Bugatti en un solo objeto. Y lo logró.
Cada pieza del vehículo refleja su pasión y conocimiento profundo por la marca. Esta obra es tanto un automóvil como una declaración artística y cultural.

Producción limitada: exclusividad garantizada
El Brouillard se presentará oficialmente durante la Semana del Automóvil de Monterey como la primera creación del Programa Solitaire. Este programa sólo permitirá la fabricación de dos unidades por año, asegurando un nivel de detalle y dedicación artesanal sin precedentes.
Cada encargo utilizará las tecnologías de propulsión y chasis actuales de Bugatti, pero el diseño exterior e interior será completamente nuevo, hecho a medida para el cliente. En el caso del Brouillard, eso incluye el motor W16 de 1,600 CV y un chasis de fibra de carbono y aluminio.
Aunque Bugatti no ha revelado el precio exacto del modelo, se estima que cada Solitaire podría superar los $8,000,000 dólares, dependiendo del grado de personalización.
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