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Inmigrante irlandés se autodeportó de EE.UU. por temor a ICE

La salida del ciudadano británico de territorio estadounidense significó un duro golpe para la familia, que ahora está separada

La redadas de ICE se han intensificado con la llegada de Trump a la presidencia.

La redadas de ICE se han intensificado con la llegada de Trump a la presidencia. Crédito: AP

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) ha deportado a aproximadamente 150.000 personas desde que el presidente Donald Trump asumió un segundo mandato en la Casa Blanca.

De acuerdo con la vocera del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, esta situación coloca a la administración en camino de registrar la mayor cantidad de deportaciones en más de una década.

Hay muchos inmigrantes en el país que tienen temor a ser arrestados por funcionarios de ICE y posteriormente deportados a sus países de origen u otros con lo que Trump ha establecido convenios para la detención de estos ciudadanos. Muchos, incluso, han decidido autodeportarse.

Tal es el caso de Matthew Morrison, un migrante irlandés, quien después de 4 décadas decidió devolverse a su país natal por el miedo a ser detenido por agentes de ICE, y ser enviado a un país que no fuera el suyo.

Morrison tomó la decisión de dejar atrás la vida que había construido en territorio norteamericano donde quedaron sus dos hijos y sus nietos, y se autodeportó, pensando en su seguridad y evitando pasar un mal rato en el país que vivió por más de 40 años.

Morrison nació en Irlanda del Norte y creció en Derry, una ciudad atravesada por tensiones religiosas y políticas. Al ser hijo de padres católicos, desde temprana edad, sufrió de discriminación, además de otras carencias que existían en el hogar.

Según contó el ciudadano irlandés al medio The Marshall Project, en su casa no tenían servicios básicos –como agua caliente y un baño interior– y vivían bajo constantes redadas de soldados británicos.

Cuando era joven participó en marchas y concentraciones por los derechos civiles, pero una de ellas terminó en tragedia, cuando el ejército británico asesinó a 15 manifestantes desarmados, para ese momento, solo tenía 16 años.

Posterior al suceso, decidió unirse al Ejército Republicano Irlandés (IRA) y cuando estaba en la universidad lo detuvieron por intentar matar a un policía, su condena fue de una década. Luego de ello, decidió emigrar a San Luis, Estados Unidos.

En territorio estadounidense se casó con Francie Broderick, una amiga que lo había apoyado durante su detención. Tuvieron dos hijos y construyeron una familia. A pesar de su situación, no pudo regular su estatus en EE.UU., donde se quedó más tiempo del que su visa de turista le permitía.

Trabajó como enfermero por más de 2 décadas, pero las condenas en su juventud le impidieron obtener la residencia. Al pasar los años, su salud se deterioró, consecuencia de derrames cerebrales que lo llevaron a usar bastón, a lo que se sumó el temor de ser deportado.

El 21 de julio decidió viajar junto a su esposa desde Cleveland hasta Dublin, en Irlanda. Sin embargo, esto ocasionó una compleja situación, difícil de asumir para la familia, que ahora está separada.

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