El Colectivo Son Real: 37 años de ponerle música a la lucha de los inmigrantes
Se formó con el propósito de tocar la música tradicional mexicana y latinoamericana con sus instrumentos y ritmos

El Colectivo Son Real de San Bernardino Community Service Center lleva más de tres décadas ofreciendo su música no solo para entrener sino para preservar la cultura mexicana y crear conciencia. Credit: Emilio García | Cortesía
El Colectivo Son Real del San Bernardino Community Service Center lleva 37 años poniendo música a la lucha de los inmigrantes en conciertos, festivales, eventos comunitarios, marchas, protestas y actos de solidaridad.
“Tocamos sones jarochos, istmeños (del Istmo de Tehuantepec), son jaliscience, son huasteco, redovas, polkas, música andina y de contenido social”, dice Emilio Amaya García, músico y activista pro inmigrante, quien es el director de la organización San Bernardino Community Service Center.
Pero lo sorprendente es que tocan hasta 20 instrumentos de diferentes regiones de México y Latinoamérica.
“ Yo toco el arpa, la jarana, la vihuela, la quena, las zampoñas, percusiones como el bongo, el charango para la música de Bolivia. Todos los integrantes tocamos diferentes instrumentos”.

Y detalla: “El son jarocho tiene una instrumentación determinada, en la parte del puerto se toca con arpa, jaranas pequeñas, requinto jarocho; el son huasteco, de la parte norte de Veracruz, Guanajuato y Tamaulipas se toca con una jarana, quinta huapanguera; el son istmeño ocupa requinto y dos guitarras; el son chontal (Oaxaca) se toca con una flauta, y diez o 20 tambores de diferentes tamaños. El tipo de instrumento depende de la región”.
Pero los que más emplean son: arpa jarocha, jaranas, requinto jarocho, violin, jarana huasteca, quinta huapanguera, vihuela, guitarra séptima, charango, quena, Zamponas, payas, tololoche, acordeón, bajo sexto, bombo leguero, congas,ttimbales, bongoes, entre otros.
Emilio narra que el grupo nació inspirado en Los Folkloristas, que tocaban múltiples instrumentos de música que no se encuentran con facilidad como la de los indígenas rarámuris de Chihuahua.

Cómo nacieron
“Tenemos nuestros orígenes en El Espacio Macondo, un lugar por la calle 8 cerca de la Vermont en Los Ángeles creado por los periodistas de La Opinión, José Luis Sierra y Raymundo Reynoso. En ese tiempo, La Opinión tenía un suplemento cultural de cuatro páginas muy interesante que promovía a los grupos alternativos”.
Fue en ese espacio donde los músicos como Emilio se encontraron y crearon El Colectivo Son Real en marzo de 1988.
“Más allá de la cuestión musical, queríamos hacer nuestra aportación a la preservación de nuestra cultura y tradición musical indígena y mestiza. En la letra de las canciones, siempre van los inmigrantes y su realidad”.
Dice que iniciaron el grupo con los hermanos Marcelino y Miguel Martinez y Martín Jacobo de Jalisco quien actualmente reside en el estado de Oregon.
“Cuando empezamos nos hicimos llamar Hechos La Mocha porque durante la revolución mexicano, el cabús (vagón del tren) donde viajaba Emiliano Zapata, se llamaba Hecho la Mocha; y como nosotros siempre andábamos apurados, le pusimos ese nombre”.
Así fue como arrancaron interpretando música de todas las regiones de México.
“El tipo de sones que tocamos va a depender de la ocasión. En noviembre, por ejemplo, vamos a participar en el encuentro de jaraneros de Los Ángeles; y ahí llevábamos las arpas; en otras ocasiones se ocupa el requinto jarocho; hay veces que nos invitan a las celebraciones de San Luis Potosí, y entonces llegamos con la jarana huasteca”.

Educar con la música
Explica que les gusta que sus presentaciones sean didácticas; y en la medida de lo posible, llevan los instrumentos de diferentes regiones.
“Eso da una idea de la riqueza que tenemos en México, porque no solo es el mariachi, los corridos y la música norteña. La música mexicana es mucho más amplia. Cada uno de los 32 estados de México tiene su propia tradición musical”.
Emilio platica que la mayoría de sus presentaciones son en eventos comunitarios, de organizaciones, recaudación de fondos, marchas y protestas de apoyo a la comunidad inmigrante.
“Tratamos de que nuestra música no solo sea para entretener sino que para que nuestra gente conozca por ejemplo sus derechos”.
Pero ese enfoque no impide que toquen en bodas, quinceañeras, cumpleaños y todo tipo de celebración.
“Hemos tocado hasta en divorcios, y tocamos la música que nos pidan. Si quieren música norteña llevamos el acordeón y el bajo sexto y el tololoche (un contrabajo de cuatro cuerdas); y en ocasiones, nos piden cumbias. Esa es la ventaja de ser un grupo multi instrumentalista. Tocamos de todo”.
Sin embargo, Emilio deja en claro que el Colectivo Son Real es un proyecto cultural y social del Centro de Servicios Comunitarios que dirige en San Bernardino para apoyar la lucha de la comunidad inmigrante.
“Cuando no teníamos fondos, a través de la música sosteníamos los servicios que proveemos, y grabábamos y vendíamos discos. Yo cuando comencé, durante la semana era voluntario, y el fin de semana, me iba de músico para pagar mis gastos”.

Las ganancias
Hoy en día, Emilio explica que los recursos que se obtienen de las presentaciones y la venta de discos del grupo se utilizan para financiar los servicios legales, sociales y educativos que nuestra organización ofrece en el área del Inland Empire.
Así que subraya que son parte de un esfuerzo para que haya cambios y lograr una reforma migratoria.
“Todos los músicos somos inmigrantes; y hay algunos que todavía no tienen documentos y están luchando”.
A 37 años de haber creado el Colectivo Son Real de San Bernardino, Emilio confiesa que su principal satisfacción es la siembra de semillitas y ser inspiración a grupos nuevos.
“Hemos formado niños que hoy son músicos consumados. Hemos logrado sembrar el legado para que nuestra tradición musical no se pierda; y es que como esa música no se vende, se deja de tocar”.
Por tanto, sostiene que no solo buscan mantener las tradiciones musicales de México y Latinoamérica sino que el Colectivo Son Real es una forma de resistencia y rebeldía.

Cuatro décadas de lucha
“Estoy cumpliendo 40 años desde que me incorporé a la lucha por los inmigrantes. Lo hice en 1985 con la Amnistía cuando yo andaba con mi guitarrita al sol”.
Emilio recuerda que como muchos inmigrantes llegó sin documentos a este país.
“Yo soy de Orizaba, México. Tenía 14 años cuando vine. Fui de los primeros niños no acompañados. Llegué a dormir en la Placita Olvera; y otro rato en la Plaza Pershing”.
El músico activista se siente exitoso de ser miembro fundador de San Bernardino Community Service Center y del Colectivo Real del Sol.
“Muchos miden el éxito en el dinero, yo lo mido en términos de llegar a tener un espacio para ser un vehículo de cambio social”.
Pero sobre todo se siente orgulloso de que como padres y abuelos a través de la música, inculcan tradiciones a sus hijos y nietos.
“A veces los problemas de identidad de nuestros niños y jóvenes, se dan porque no nos tomamos el tiempo de inculcarles los valores y tradiciones de nuestra cultura”.

Quiénes son
El Colectivo Son Real está integrado por Marcelino Martinez, Miguel Becerra, Emilio Amaya, Armando Castillo, Juan Reyes, Luis Chacon, Celestino Morales, Juan Copado, Martin Jacobo, David Quintero, Eddie Jara, Martin, Mauricio y Miguel Lizardi, Jose Tío Figueroa, Juan Figueroa, Mireya Figueroa.
El 19 de septiembre, de 6 de la tarde a 9 de la noche, el Colectivo Real del Sol ofrecerá un “desconcierto” (así le llama Emilio) en el Consulado de México de San Bernardino, en un evento abierto al público para celebrar sus 37 años de existencia.
“Aquellos que quieran contratarnos para sus fiestas o eventos, nos pueden llamar al 909-885-9500, 626-216-5219 o en el correo electrónico emilio.a@sbcscinc.org