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Te puede estar pasando: cómo el estrés puede ser factor de riesgo de diabetes

Cuando te estresas, el cuerpo libera hormonas como cortisol y adrenalina, lo que agrava la resistencia a la insulina

Te puede estar pasando: cómo el estrés puede ser factor de riesgo de diabetes

Tras episodios de estrés, las personas con diabetes empiezan a tener niveles de azúcar en sangre más altos. Credit: Pormezz | Shutterstock

El estrés no causa diabetes directamente, pero interfiere con la insulina y puede elevar los niveles de azúcar en sangre. El cuerpo libera hormonas como cortisol y adrenalina, lo que agrava la resistencia a la insulina, un problema de salud que impide que las células absorban la glucosa de la sangre y que provoca niveles muy altos de azúcar en sangre.

Cuando el estrés se mantiene de forma prolongada y no se trata, el riesgo de complicaciones vinculadas a la diabetes es aún mayor.

El estrés también puede impactar negativamente en el sueño, el estado de ánimo y la energía, lo cual genera un círculo vicioso en el que el cuerpo y la mente se ven constantemente exigidos, y la salud se deteriora de manera progresiva, acotan en notas de bienestar de Bupa Salud.

Estrés en personas diabéticas

Las repercusiones del estrés son variadas. En diabetes tipo 2, se observa un aumento en los niveles de azúcar, mientras que en diabetes tipo 1, puede haber fluctuaciones. Complicaciones a largo plazo incluyen problemas cardiovasculares y daño en órganos.

Los síntomas de señales de alerta del estrés incluyen cambios de humor, ansiedad, problemas de concentración y somnolencia, y para personas diabéticas, niveles elevados de azúcar son el signo más crítico de estrés.

Es por demás conocido que, tras episodios de estrés, las personas con diabetes empiezan a tener niveles de azúcar en sangre más altos. 

La relación que existe entre la salud mental, el estrés y la diabetes se produce en ambos sentidos, refiere el Centers for Disease Control and Prevention. Verbigracia, los problemas de salud mental que no se tratan pueden empeorar el pronóstico de las personas con diabetes, y esta enfermedad también puede ser causa de estrés, ansiedad, depresión y otros trastornos más.

Manejo del estrés y diabetes

Para manejar el estrés al tener diabetes, se recomienda una combinación de estrategias para mantener el equilibrio físico y emocional, además de asegurar un buen control glucémico. Algunas recomendaciones clave son:

  • Desafiar los pensamientos negativos y catastróficos, enfocándose en el momento presente y reafirmando la sensación de seguridad.
  • Realizar movimientos sencillos y actividad física regular, aunque sea caminar breves periodos, para ayudar a reducir el estrés.
  • Practicar técnicas de respiración profunda y meditación para calmar el sistema nervioso y estabilizar el ritmo cardíaco.
  • Tener un mantra o frase positiva que ayude a cambiar la percepción de la situación, como “es solo un número” al medir la glucosa.
  • Encontrar un lugar mental de calma mediante la visualización de escenas tranquilas.
  • Reservar tiempo personal para actividades placenteras que recarguen energías.
  • Hablar con el equipo de salud sobre el estrés y sentimientos relacionados, y considerar apoyo psicológico si es necesario.
  • Mantener hábitos saludables, como buena alimentación, dormir suficiente, y limitar consumo de alcohol y cafeína.
  • Establecer límites claros en las responsabilidades diarias y priorizar tareas para evitar sentirse abrumado.

Estas acciones pueden ayudar a manejar mejor el estrés que impacta el control de la diabetes, al reducir la ansiedad y mejorar el autocuidado diario, facilitando así una vida activa y saludable.

El estrés “normal” y el que afecta la diabetes

El estrés normal es una respuesta fisiológica temporal a situaciones desafiantes o que requieren adaptación, con liberación controlada de hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, y normalmente no causa cambios prolongados en la glucosa sanguínea.

En cambio, el estrés que afecta a la diabetes se caracteriza por ser crónico o intenso, elevando significativamente las hormonas del estrés, lo que dificulta la regulación de la insulina y provoca aumentos o fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre de forma sostenida.

El estrés emocional (ansiedad, preocupaciones) y el estrés físico (enfermedad, lesión) pueden empeorar el control glucémico en personas con diabetes, aumentando la resistencia a la insulina y elevando el azúcar en sangre más allá de lo normal.

Para diferenciar el estrés normal del estrés que afecta la diabetes, se debe observar la persistencia y la magnitud del impacto en los niveles glucémicos: si los niveles de glucosa suben de forma repetida con el estrés y son difíciles de controlar, puede ser un indicativo de que el estrés está afectando negativamente la diabetes. Llevar un registro del nivel de estrés y de la glucosa puede ayudar a identificar esta relación.

Así, la clave está en monitorizar cómo el estrés impacta los niveles de glucosa y controlar el estrés de forma activa para mejorar el manejo de la diabetes.

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