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¡Es una provocación! Científicos acusan a Trump de distorsionar información sobre el Tylenol, el autismo y las vacunas

El anuncio se produce en un momento de creciente desconfianza hacia las directrices de salud pública

¡Es una provocación! Científicos acusan a Trump de distorsionar información sobre el Tylenol, el autismo y las vacunas

Trump declara desde la Casa Blanca, junto a altos funcionarios de salud. Crédito: Mark Schiefelbein | AP

La administración de Donald Trump ha recomendado no utilizar acetaminofén durante el embarazo. Este anuncio fue realizado en un contexto de preocupación sobre las posibles conexiones entre el medicamento y el autismo, a pesar de la falta de evidencia científica que respalde tales afirmaciones.

“Tomar Tylenol no es bueno. Lo digo: no es bueno”, dijo rotundamente el presidente desde la Casa Blanca. Añadió que las mujeres embarazadas solo deben tomar Tylenol si tienen fiebre y no pueden aguantarla.

Diversos profesionales de la salud y legisladores han cuestionado la decisión del secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., por promover la teoría mientras busca cumplir su promesa de encontrar las causas fundamentales del autismo.

En este sentido, Bill Cassidy, presidente del Comité de Salud del Senado, ha calificado como “falso” el vínculo entre el acetaminofén y el autismo, instando a la administración a presentar datos que respalden sus afirmaciones.

“Hay muchos datos que demuestran que no es así, y yo diría que probablemente no sea válido”, dijo Cassidy.

Cambios en las recomendaciones médicas

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) actualizará la etiqueta de seguridad del acetaminofén, limitando su uso durante el embarazo. La Casa Blanca también ha propuesto el uso del medicamento leucovorina, una forma de folato, como tratamiento potencial para el autismo.

Se anunció que Medicaid cubrirá el medicamento para el autismo y los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) iniciarán ensayos clínicos para investigar el impacto de la leucovorina. Los NIH invertirán 50 millones de dólares en la investigación del autismo.

Hasta ahora el Tylenol (nombre comercial del paracetamol, acetaminofén) es uno de los pocos medicamentos de venta libre considerados seguros para tratar la fiebre o el dolor durante el embarazo. Los obstetras advierten repetidamente a las pacientes contra su empleo a largo plazo.

Cómo afecta no usar acetaminofén a la salud de la madre y el feto

La recomendación de no usar acetaminofén (paracetamol) durante el embarazo debe evaluarse con base en un balance beneficio/riesgo materno-fetal. Normalmente, el acetaminofén se considera uno de los analgésicos más seguros durante el embarazo, ya que los estudios de reproducción no muestran malformaciones ni efectos tóxicos significativos en el feto bajo un uso adecuado.

Impacto en la madre

  • El acetaminofén se utiliza comúnmente para tratar dolores y fiebre en embarazadas y generalmente no produce efectos indeseables con un uso controlado.
  • En casos de insuficiencia hepática seria o hepatitis viral, su utilización está contraindicado, por riesgo de daño hepático.
  • La madre debe usarlo bajo supervisión médica para evitar sobredosis o efectos adversos que puedan poner en riesgo su salud.

Impacto en el feto

  • Los estudios no muestran asociaciones claras con malformaciones ni efectos fototóxicos en el feto cuando se usa adecuadamente.
  • Algunos estudios sugieren que exposiciones prenatales prolongadas podrían asociarse con ciertos riesgos (como asma en la infancia), pero la evidencia no es concluyente para prohibir su uso.
  • Otros analgésicos, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), se relacionan con riesgos mayores como aborto espontáneo y problemas cardíacos o digestivos fetales, por lo que el acetaminofén suele ser la recomendación en lugar de AINE.

Impacto en la confianza pública

El anuncio se produce en un momento de creciente desconfianza hacia las directrices de salud pública. Expertos han expresado su preocupación por la falta de fundamentos científicos y la posible estigmatización de la comunidad del autismo.

Grupos de defensa de los derechos de las personas con discapacidad han destacado la necesidad de políticas que fortalezcan el acceso a servicios vitales.

Recordemos que Ann Bauer, una investigadora que estudia el Tylenol y el autismo, se sintió ansiosa en las semanas previas al tan esperado anuncio de la Casa Blanca sobre el autismo. Se lo veía venir.

“Me sentí mal del estómago”, dijo Bauer, preocupada de que Kennedy vinculara su estudio con teorías desacreditadas, provocando a médicos y científicos.

Recordemos que Kennedy Jr., activista antivacunas y principal funcionario de salud de Trump, está en el ojo del huracán por promover campañas adversas a la aplicación de dosis contra la COVID-15 y el sarampión, entre otras afecciones frecuentas en los norteamericanos.

Desde la Casa Blanca se defienden

Desde sectores de la oposición política argumentan que el mandatario nacional se volvió a poner la bata de médico, y retoma su época del COVID durante su primera gestión, esta vez compartiendo consejos médicos no comprobados sobre el autismo.

La presentación en la Casa Blanca recordó los primeros días de la pandemia de coronavirus, cuando Trump asistía a las reuniones informativas diarias y lanzaba afirmaciones extremadamente inexactas, incluida la famosa sugerencia de que inyectar desinfectantes podría ayudar a las personas.

Ahora, el presidente Trump, al abordar las críticas, desestima la oposición, argumentando que muchos grupos están financiados por la industria.

“Les inyectan tanta sustancia a esos preciosos bebés. Es una vergüenza. Parece que le inyectan a un caballo”, dijo Trump.

“Hay ciertos grupos de personas que no se vacunan ni toman pastillas y que no tienen autismo”, añadió, sin aportar pruebas.

Dijo que la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola debería administrarse en tres dosis separadas, ya que no presenta inconvenientes. Incluso, indicó que no se debe administrar la vacuna contra la hepatitis B a los bebés, describiéndola como una enfermedad de transmisión sexual, aunque los niños pueden contraerla por otros factores.

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