¿Bañarse en la mañana o antes de dormir en la noche?, un dilema eterno de higiene personal
Opiniones contrapuestas de microbiólogos y expertos en salud abren la brecha de las preferencias

Una actividad que se conjuga con la frescura y el bienestar. Crédito: Dmytro Buianskyi | Shutterstock
No es el dilema fundamental histórico de “ser o no ser”, pero es uno de los que nos merodea en la cabeza permanentemente: ¿Es mejor bañarse en la mañana en la noche antes de acostarse? La exploración para esta elección nos trae revelaciones importantes.
Los partidarios de hacerlo en las mañana argumentan que la ducha, frío o tibia, ayuda a despertar el organismo, y a sentirse frescos y listos para empezar el día.
Mientras que los que se bañan en la noche, antes de acostarse, expresan que los ayuda a eliminar la suciedad del día antes de meterse bajo las sábanas y sucumbir a un sueño reparador.
Claro, también están los que no se dan mala vida sometiéndose a una elección, sino que se duchan dos o hasta tres veces al día, e incluso lo que no lo hacen diariamente.
Pero ¿qué dice la ciencia sobre cuál de las dos opciones es realmente más beneficiosa?
Impacto en la salud
Bañarse cumple la tarea esencial de ayudar a eliminar la suciedad, la grasa y el sudor de la piel. Todos estos se acumulan a lo largo del día, junto con los contaminantes, el polvo y el polen del ambiente, por eso es importante la limpieza nocturna, pues si no, los residuos se depositan en las sábanas y la funda de la almohada. Además que tu piel queda llena de vida microbiana.
Si amplías cualquier centímetro cuadrado de piel, encontrarás entre 10.000 y un millón de bacterias viviendo allí. Se alimentan del aceite secretado por tus glándulas sudoríparas, recuerda la sección de salud de BBC Future.
Aunado que, aunque el sudor en sí mismo no huele, los compuestos sulfurosos producidos por bacterias como el estafilococo sí lo hacen; por lo tanto, ducharse antes de acostarse puede parecer la opción más higiénica.
Sin embargo, no siempre es así, y no hay consenso en ello.
Hay matices, y lo expuesto por Holly Wilkinson, profesora titular de Cicatrización de Heridas y Microbioma en la Universidad de Hull, en Reino Unido, lo deja claro: “Probablemente, sea más importante lavar las sábanas que ducharse por la noche (…) porque si te duchas y dejas las sábanas durante un mes, se acumularán bacterias, suciedad y ácaros del polvo”. La conclusión es que significa lo mismo que no bañarse durante la noche.
Sostiene que esto es un problema, ya que la exposición prolongada a las excreciones de ácaros del polvo aumenta el riesgo de alergias.
A esto se suma que si eres sensible a alérgenos como el polen, es probable que no lavar la ropa de cama también empeore los síntomas. Incluso, acostarte regularmente con sábanas sucias aumenta el posible riesgo de infecciones cutáneas.
Calidad del sueño
Defensores de las duchas nocturnas argumentan que estas los ayudan a dormir mejor, y existe evidencia que lo respalda.
Por ejemplo, un metaanálisis que comparó los resultados de 13 estudios reveló que tomar una ducha o un baño caliente de 10 minutos una o dos horas antes de acostarse acortaba significativamente el tiempo necesario para conciliar el sueño, recoge la BBC.
Se señala que es posible que elevar la temperatura corporal antes de enfriarla actúe como una señal circadiana que indica al cuerpo que se prepare para dormir.
Sí, pero no
Como no todo es absoluto, hay quienes son partidarios del baño matinal.
Primrose Freestone, microbióloga de la Universidad de Leicester (Reino Unido), prefiere ducharse por la mañana, ya que esto eliminará gran parte del sudor y los microbios acumulados durante la noche en la cama, permitiéndote empezar el día más fresca y limpia.
En cambio, “si te duchas por la noche, te acuestas limpio y fresco, pero seguirás sudando durante la noche”, a veces hasta por ocho horas.
Según Freestone, incluso en climas fríos, una persona sigue sudando hasta medio litro de sudor en la cama y deposita 50.000 o más células cutáneas, un campo de cultivo para los ácaros del polvo.
“De todos modos vas a crear un microambiente sudoroso que las bacterias de la piel absorben y producen un ligero olor corporal. Así que, al despertar por la mañana después de ducharte por la noche, todavía olerás un poco”, afirma.
¿Cucha fría o caliente?
La temperatura del agua de la ducha afecta significativamente la salud física y mental, con diversos efectos según se trate de agua fría, tibia o caliente.
Las duchas con agua fría mejoran la circulación sanguínea mediante la vasoconstricción y vasodilatación, fortaleciendo el sistema inmunológico y reduciendo la inflamación muscular, lo que acelera la recuperación física después del ejercicio. Además, el choque del agua fría estimula la liberación de noradrenalina y endorfinas, neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo, reducen el estrés y la ansiedad, y aumentan la alerta mental y la capacidad atencional. El agua fría también incrementa la oxigenación del cuerpo al acelerar la respiración y el ritmo cardíaco.
Bañarse con agua caliente relaja los músculos tensos y calman la mente, siendo recomendables para aliviar tensiones y favorecer el sueño profundo y reparador. El vapor ayuda a abrir vías respiratorias, beneficioso para resfriados o alergias. Sin embargo, el agua caliente puede resecar la piel al eliminar sus aceites naturales y puede empeorar condiciones como varices o edemas debido a su efecto vasodilatador.
Entretanto que el agua tibia ofrece un equilibrio, siendo suficientemente cálida para relajar sin causar irritación ni sequedad, ideal para personas con piel sensible o afecciones como el eccema.
¿Día o noche?
Finalmente, es probable que tu decisión tenga poca influencia en tu salud; se trata más bien de si prefieres estar fresco y limpio durante el día o por la noche.
Opiniones contrapuestas de microbiólogos y expertos en salud más bien abren la brecha.
“Si te duchas una vez al día, probablemente no importe a qué hora lo hagas”, dice Wilkinson.
La catedrática deja un colofón a tomar en cuenta: “Depende del tipo de trabajo que hagas; por ejemplo, si eres agricultor, probablemente querrás lavarte al llegar a casa al final del día, pero creo que mantener la cama limpia es más importante”.
Así que siempre que laves las zonas clave a diario, ducharte o bañarte dos veces por semana probablemente sea suficiente para mantener la salud y la higiene.
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