Surgen interrogantes sobre el plan de paz para Gaza de Donald Trump
Los detalles del plan de paz en Gaza son deliberadamente imprecisos, según los negociadores

Territorios Palestinos, Jan Yunis, 2025: familias esperan la liberación de prisioneros palestinos. Crédito: Deutsche Welle
Vago e indefinido: Así definen los expertos el plan de cese al fuego que el Gobierno de Estados Unidos ha logrado implementar en Gaza presionando tanto a Hamás como a Israel.
Algunos observadores, incluyendo a los principales mediadores, afirman que esta imprecisión fue deliberada y, de hecho, necesaria para lograr que ambas partes aceptaran cualquier tipo de acuerdo.
Por un lado, está Hamás, con base en Gaza, calificada como organización terrorista por varios países, y, del otro lado, el Gobierno de derecha de Israel. Otros argumentan que las definiciones ambiguas dejan demasiados detalles por negociar, y que la falta de claridad podría conducir a una reanudación de los combates.
“El hecho de que Israel y Hamás hayan acordado una primera fase de un plan de alto el fuego es un paso inicial importante”, declaró a DW en un comunicado Hugh Lovatt, jefe de investigaciones del programa de Medio Oriente y Norte de África del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR). “Sin embargo”, añadió, “es demasiado pronto para hablar de paz y aún hay cuestiones y preocupaciones significativas que deben abordarse. La clave para un alto el fuego exitoso es que los planes puedan realmente implementarse y que ambas partes cumplan con su parte del acuerdo.”
Lovatt señaló que aún se están debatiendo cuestiones como la desmilitarización de Gaza, la propuesta de una “fuerza internacional de estabilización”, las garantías internacionales y las intenciones a largo plazo del Gobierno israelí.
¿Se retirará completamente el Ejército de Israel?
El acuerdo de paz patrocinado por el presidente estadounidense, Donald Trump, establece que Israel no controlará ni anexará Gaza a su territorio, y que las tropas israelíes deben retirarse si se libera a los rehenes israelíes. Informes indican que las tropas israelíes se han retirado parcialmente en los últimos días, y los rehenes vivos restantes fueron liberados el lunes (13.10.2025).
La retirada militar inicial llega hasta lo que se denomina “la línea amarilla”, un límite dentro de Gaza. En esa línea, el Ejército israelí aún controla aproximadamente la mitad de la Franja.
Según el acuerdo de paz, el Ejército de Israel se retirará aún más cuando se cumplan otras condiciones. El próximo repliegue será hasta una “línea roja” una vez que se haya desplegado una “fuerza internacional de estabilización”. No se ha establecido un cronograma en el acuerdo de paz, por lo que no está claro cuándo ocurrirá todo esto.
Esa retirada final implicaría que las tropas israelíes vuelvan a patrullar la zona de seguridad entre Israel y Gaza que existe desde principios del siglo XXI. Israel sostiene que dicha zona es necesaria para su seguridad y la ha ampliado durante dos décadas.
Antes, la zona de seguridad estaba a 300 metros de la frontera, pero en el acuerdo de alto el fuego de enero de 2025, se definió como “de una profundidad de 700 metros hasta 1.100 metros dentro de Gaza”, según informó, en marzo pasado, la organización israelí sin fines de lucro Gisha, que aboga por la libertad de movimiento de los palestinos. Eso representa aproximadamente el 17 por ciento de la Franja de Gaza, y también implicaría la destrucción permanente de comunidades, así como la pérdida de acceso a tierras agrícolas, según Gisha.
¿Quién integra la ‘fuerza internacional de estabilización’?
El punto 15 del plan de paz establece que Estados Unidos cooperará con socios árabes e internacionales para desplegar una “fuerza internacional de estabilización” (FIE, o International Stabilization Force, ISF, en sus siglas en inglés) en Gaza. Esta fuerza trabajaría conjuntamente con Israel y Egipto para asegurar las fronteras de Gaza, además de entrenar y apoyar a una nueva fuerza policial.
Pero expertos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington, escribieron la semana pasada: “La creación de una fuerza internacional de estabilización con socios árabes y globales también enfrenta grandes obstáculos. A menos que haya un claro respaldo de elementos palestinos sobre el terreno (incluido Hamás, que se opone a la idea), es difícil imaginar que fuerzas árabes estén dispuestas a desplegarse allí.”
Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia dijo a periodistas que ese país estaba dispuesto a contribuir para una FIE, y Alemania ha dicho que proporcionaría fondos para ayudar, pero no personal, para crear dicha fuerza.
¿Cuál es el futuro de Hamás?
Medios informan que Hamás ya está retomando el control de la seguridad en la Franja de Gaza. Según informes, los combatientes de Hamás están luchando contra grupos rivales dentro de Gaza, algunos de los cuales presuntamente cometieron crímenes como saquear la ayuda humanitaria, y otros que habrían recibido apoyo de Israel.
En el avión hacia Israel, Trump dijo a periodistas que su gobierno había dado a Hamás “aprobación solo por un período de tiempo” para hacer esto con el fin de evitar mayores problemas sociales en el territorio devastado.
Mientras que el acuerdo de paz habla de la “desmilitarización completa de Gaza”, ofrece pocos detalles al respecto. Observadores han señalado que no hay criterios específicos sobre cómo debería ser esa desmilitarización, ni un cronograma para ello. Esto da a Israel y a Hamás margen para retrasar el proceso. Por ejemplo, Lovatt, del ECFR, señaló que Israel podría evitar retirarse hasta la línea roja hasta que haya una “desmilitarización completa”, pero nadie sabe realmente qué significa eso.
“Incluso si el liderazgo de Hamás acepta la exigencia de Israel [de desarme], muchos de sus combatientes probablemente se negarían a entregar sus armas y podrían pasarse a grupos más radicales”, escribió Lovatt en un análisis a principios de este mes.
Otros observadores señalan que Hamás es mucho más que un grupo armado. También es un partido político con una ideología basada en la resistencia a la ocupación israelí de los territorios palestinos, y probablemente seguirá existiendo como fuerza política.
El plan de paz hace referencia al Estado palestino y a la autodeterminación. Sin embargo, neutralizar la ideología de Hamás “requerirá un mayor compromiso de Israel para retirarse de Gaza y participar en negociaciones de paz entre Israel y Palestina”, dijo Lovatt.
¿Quién garantiza el cumplimiento del plan de paz?
La mayoría de los observadores coinciden en que, dado que el plan de 20 puntos carece de detalles, alguien debe asumir la responsabilidad de volverlo más concreto.
“Para apaciguar al ala derecha de su Gobierno y asegurar su propia supervivencia política, Netanyahu podría verse tentado a reanudar la guerra contra Hamás una vez que se libere a los rehenes”, escribieron expertos de dos centros de estudios, International Crisis Group y CSIS, en la revista Foreign Affairs, la semana pasada. “Para romper verdaderamente esta dinámica, EE. UU. deberá aplicar presión continua sobre Israel.”
Pero, como argumentó Emile Hokayem, investigador sénior del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, en el periódico británico Financial Times, esta semana, “el plan podría fracasar si EE. UU. se cansa o se distrae, o si se vuelve a dejar convencer por los sectores más radicales de Israel.”
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