Activista viaja más de cinco horas con una inmigrante y evita que la deporten
Felicia Rangel-Samponaro, líder de la organización The Sidewalk School for Asylum Seekers, acompañó a la afectada en todo momento

La jueza del caso pospuso la audiencia de la inmigrante hasta noviembre con el fin de que obtenga un abogado. Crédito: Shutterstock
Una mujer inmigrante, madre de dos hijos, a punto de ser deportada en Houston logró ganar tiempo en su proceso migratorio gracias a la intervención de una activista. La directora de una organización fronteriza viajó más de cinco horas para acompañarla en una audiencia decisiva ante la corte.
El caso, ocurrido esta semana en Texas, ha generado atención entre organizaciones humanitarias que trabajan en la frontera. Según informó la misma activista Felicia Rangel-Samponaro, a través de las redes sociales de su grupo, tomó la decisión de desplazarse por carretera después de recibir un mensaje de auxilio de una desconocida que temía ser separada de sus hijos.
Una llamada desesperada y un viaje inesperado
De acuerdo con lo publicado con Rangel-Samponaro, la historia comenzó cuando una madre centroamericana, sin abogado, el cual había abandonado el caso, y con una cita de deportación inminente, la contactó a través de redes sociales. La mujer, residente temporal en Texas, no contaba con recursos ni conocimientos legales para enfrentar la audiencia.

Felicia, directora de The Sidewalk School for Asylum Seekers, respondió al mensaje y decidió conducir más de cinco horas desde Brownsville hasta Houston. Durante el trayecto, intercambió mensajes con la mujer para tranquilizarla y explicarle cómo debía comportarse ante los agentes del ICE y la jueza migratoria.
El encuentro entre ambas ocurrió horas antes de la audiencia. Según el relato de Felicia, la inmigrante rompió en llanto al verla llegar: no esperaba que alguien desconocido cumpliera su promesa de acompañarla. Fue el inicio de una jornada que cambiaría el rumbo de su caso.
La fuerza de la presencia y un desenlace inesperado
En la audiencia, la jueza federal observó que la mujer no estaba sola. Felicia se sentó a su lado, tomó notas del proceso y pidió que se tradujera cada intervención para que la inmigrante comprendiera su situación.
De acuerdo con la publicación, esa simple presencia influyó en la decisión de la magistrada: aplazó la deportación y concedió más tiempo para que la mujer consiguiera defensa legal.
Rangel-Samponaro declaró después que su gesto “no fue un acto heroico, sino un acto humano”, y que “nadie debería enfrentar una corte migratoria sin acompañamiento”. Según explicó, cada día hay cientos de personas que acuden solas a audiencias donde las decisiones se toman en minutos y pueden cambiar su destino para siempre.

Felicia Rangel-Samponaro y su labor en la frontera
Felicia Rangel-Samponaro es cofundadora de The Sidewalk School for Asylum Seekers, una organización que brinda educación, atención médica y apoyo humanitario a familias que esperan asilo político en ciudades fronterizas de México como Matamoros y Reynosa.
Según Sojourners, su labor comenzó en 2019, cuando la crisis migratoria la llevó a establecer una escuela improvisada para niños varados en campamentos del lado mexicano.
Además de su trabajo educativo, Rangel-Samponaro acompaña a migrantes en audiencias judiciales y denuncia abusos en el proceso de asilo. De acuerdo con Los Angeles Times, su compromiso nace de una historia familiar vinculada a la migración: su padre fue hijo de migrantes mexicanos que cruzaron ilegalmente a Texas.
Hoy, su voz representa a una nueva generación de activistas que defienden el derecho a la dignidad en la frontera más vigilada del mundo.
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