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Compensarán con $7.5 millones a maestra que sufre caída en banqueta en mal estado

Un jurado determina que la ciudad de Whittier le tiene que pagar por las graves lesiones cuyas secuelas aún padece

Justine Gurrola logra justicia seis años después.

Justine Gurrola logra justicia seis años después. Crédito: Justine Gurrola | Cortesía

Más de siete años después de que la maestra en educación especial Justine Gurrola sufriera una aparatosa caída en una banqueta en mal estado en la ciudad de Whittier, California, que la mandó al hospital con graves lesiones, un jurado falló a favor de que se le compensará con $7.5 millones.

“Gracias a Dios que lo logramos. He sufrido mucho, y aún tengo daños en la muñeca, los brazos y la cabeza”, dijo Justine.

Aclaró que ella no demandó por el dinero, aunque reconoció que la compensación le va a servir para pagar los tratamientos y las cuentas médicas que aún enfrenta debido a las secuelas del brutal azotón contra el pavimento.

“Lo más importante es que la demanda va a servir para que la Ciudad de Whittier arregle las calles y no haya más gente lastimada. Para una persona mayor, una caída en una banqueta puede tener consecuencias dramáticas como la muerte. Por eso lo hice, para obligar a la Ciudad a dar mantenimiento a las banquetas y a los árboles”

Reconoció que se sentía contenta porque un jurado falló a su favor de la compensación.

“Pasó mucho tiempo para que se hiciera justicia, pero al final lo logramos”, dice Justine, quien recién tuvo una cirugía en la rodilla izquierda como consecuencia de las lastimaduras sufridas durante la caída.

Según los registros judiciales, el 25 de febrero de 2018, la maestra caminaba por la acera con su sobrino en Whittier, California, cuando de repente su pie chocó con una peligrosa elevación de la acera, lo que la hizo caer hacia adelante violentamente. 

Justine extendió el brazo para intentar amortiguar la caída, pero no pudo evitar derrumbarse de cara contra el cemento. El colapso fue causado directamente por las raíces de un árbol que empujaron el concreto de la acera desde abajo, lo que provocó que esta se elevara 5.5 cm del suelo.

Abogados de Justine Gurrola se toman la foto del recuerdo con el jurado. (Cortesía Trial Lawyers for Justice)

Tras la caída, su sobrino la ayudó a caminar a casa; y de ahí la llevó directamente a urgencias. Allí le diagnosticaron fractura de muñeca y codo, hematomas y abrasiones en la rodilla izquierda, un diente que le había partido el labio, fracturas nasales agudas y una tomografía computarizada cerebral reveló un hematoma en la parte frontal izquierda del cuero cabelludo. 

Posteriormente, le diagnosticaron un traumatismo craneoencefálico leve.

Fueron los abogados de la maestra, los que anunciaron que la Ciudad acordó el pago durante la fase de daños de un juicio con jurado por no arreglar una acera elevada que fue donde el accidente.  

El jurado decidió por unanimidad que la ciudad de Whittier tenía 100% de culpa por las lesiones que sufrió la maestra.

“La ciudad de Whittier incumplió su deber más fundamental de mantener seguros a sus residentes y se preocupó más por sus árboles que por su gente”, declaró Nick Rowley, abogado litigante de renombre nacional y cofundador de Trial Lawyers for Justice. 

“Durante años, la ciudad de Whittier ignoró un peligro conocido y no hizo nada para implementar un sistema de inspección, lo que permitió que las quejas se acumularan hasta que fue demasiado tarde y Justine Gurrola resultó gravemente herida”. 

Agregó que la seguridad pública no se limita a la policía y los bomberos; y no se trata de garantizar el mantenimiento de las vías públicas para prevenir lesiones o cosas peores.

“Esperar a que haya personas gravemente heridas o fallezcan para solucionar condiciones peligrosas de larga data es un error”.

Justine Gurrola (vestida de negro) junto a sus abogados. ((Cortesía Trial Lawyers for Justice)

El abogado Rowley agradeció al jurado que se tomaran un tiempo de sus vidas, trabajo y familias para servir y escuchar un juicio tan largo de cinco semanas. 

“Cada miembro del jurado pasó dos horas con nosotros en la sala después del juicio y nos comentó que ser jurado en este juicio fue una experiencia que les cambió la vida. Sin jurados, no tendríamos un sistema de justicia civil”.

Dijo que además tuvieron a James Blancarte, un gran juez. 

“Estamos eternamente agradecidos con nuestro jurado y el sistema de justicia civil”.

Los abogados expusieron que el caso de Justine cumplió con todos estos requisitos. 

“La ciudad de Whittier no contaba con un sistema de inspección y solo comenzó a implementarlo dos años después del incidente de la señora Gurrola, cuando el Grupo de Seguros de la ciudad exigió un sistema de inspección para renovar su seguro”. 

Del mismo modo, dijeron que  la ciudad no contaba con planes ni protocolos para realizar y documentar inspecciones periódicas de las aceras de su propiedad. 

“La Ciudad sabía que las raíces de los árboles representaban un problema y exigió que se reemplazaran los elementos dañados”, indicaron los defensores de Justine.

La directora de Recursos Humanos y Gestión de Riesgos de Whittier, Yolanda Martínez, testificó que la reclamación más importante contra la ciudad es la de “raíces de árboles que causan daños en las aceras”.

En los siete años transcurridos desde el incidente, la maestra ha consultado a numerosos médicos por las lesiones sufridas, incluyendo un traumatismo craneoencefálico que le provocó una pérdida significativa de volumen en los lóbulos frontal y temporal, lo que a su vez le causó pérdida de la función ejecutiva, la regulación emocional y la capacidad de memoria. 

Además de estas lesiones, también sufrió fracturas agudas de la nariz y fracturas en la muñeca y el codo izquierdos. Sus lesiones en ambas rodillas requirieron cirugía artroscópica. 

También sufre un traumatismo craneoencefálico leve, trastorno de estrés postraumático (TEPT), pérdida de memoria y alteraciones cognitivas.



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