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Tu sistema inmunitario puede estar envejeciendo a pasos acelerados (signos y recomendaciones)

Es posible contrarrestar el envejecimiento inmunológico, incluye importantes cambios en tu estilo de vida

Tu sistema inmunitario puede estar envejeciendo a pasos acelerados (signos y recomendaciones)

Existen síntomas evidentes que indican que tu sistema inmunológico está expuesto. Crédito: Yurii_Yarema | Shutterstock

Estudios recientes sugieren que el sistema inmune envejece más rápidamente de lo que se percibe, incluso en individuos sanos. Chris Rhodes, bioquímico y experto en longevidad, destaca que la efectividad del sistema inmunológico disminuye notoriamente a medida que pasan los años.

“El envejecimiento inmunológico, como todo envejecimiento, significa que nuestros sistemas inmunológicos comienzan a ralentizarse, cometen más errores y son menos eficaces para protegernos de las infecciones a medida que envejecemos”, dijo Rhodes a Fox News Digital.

“Después de los 35 años, nuestro sistema inmunológico se vuelve cada vez menos capaz de adaptarse a nuevos antígenos, alérgenos y otros estímulos inflamatorios”, alerta el especialista.

Signos de deterioro del sistema inmunológico

Los expertos advierten sobre síntomas que pueden indicar un sistema inmunológico envejecido, como: 1) aumento de infecciones y resfriados; 2) cicatrización lenta de heridas; y 3) respuestas reducidas a vacunas.

También fatiga, rigidez articular, dolores y molestias y brotes virales recurrentes podrían estar indicando un sistema inmunitario debilitado.

Estrategias para mantener la vitalidad inmunológica

Es posible contrarrestar el envejecimiento inmunológico mediante cambios en el estilo de vida. Entre las recomendaciones, se incluyen

Nutrientes y dieta:

Diversidad nutricional. Incorporar variedad de frutas, verduras y grasas saludables para mejorar la función inmune.

Suplementos. Utilizar cuidadosamente suplementos como vitamina D y omega-3 bajo supervisión médica.

Hábitos saludables:

Ejercicio regular. Promover un régimen que incluya tanto entrenamiento aeróbico como de fuerza para optimizar la salud inmune.

Sueño restaurador. Priorizar entre siete y ocho horas de sueño de calidad para mantener la efectividad del sistema inmunológico.

Importancia de la conexión social

Por otra parte, se recomienda tener un mayor contacto físico y recurrir hasta el humos y risa, que puedn aumentar la oxitocina, mejorando la regulación del estrés y la inflamación, lo que repercute positivamente en la función inmunológica.

A medida que la investigación sobre el envejecimiento del sistema inmunológico avanza, integrar estos enfoques puede contribuir a un envejecimiento saludable y prolongado.

Enfermedades más comunes en personas con sistema inmunológico envejecido

Las enfermedades más comunes en personas con un sistema inmunológico envejecido incluyen principalmente infecciones, cáncer y enfermedades autoinmunes. El proceso de envejecimiento del sistema inmune, conocido como inmunosenescencia, provoca una mayor susceptibilidad a infecciones respiratorias, urinarias, dérmicas, así como a infecciones por microorganismos intracelulares como el herpes, tuberculosis y legionella. Esto se debe a que el sistema inmune pierde eficacia en la eliminación y control de patógenos y microorganismos latentes.

Además, el envejecimiento inmunitario está relacionado con un aumento en la incidencia de cáncer, ya que la disminución en la actividad de células como las NK reduce la capacidad para controlar el crecimiento tumoral y las metástasis. También hay un incremento en la incidencia de enfermedades autoinmunes por un fallo en la tolerancia inmunitaria y un desequilibrio inflamatorio.

Entre las infecciones más frecuentes y graves en adultos mayores se encuentran la neumonía, la gripe, la endocarditis infecciosa y el tétanos, con una mayor tasa de complicaciones y mortalidad. La respuesta a las vacunas también es menos eficaz en esta población, lo que aumenta el riesgo de contraer estas enfermedades.

Cómo influye el estrés en el envejecimiento del sistema inmunológico

El estrés influye negativamente en el envejecimiento del sistema inmunológico principalmente cuando es crónico. Mientras que el estrés agudo puede tener efectos incluso beneficiosos, el estrés prolongado conduce a una desregulación de los sistemas nervioso, endocrino y metabólico, lo que altera la función inmunitaria. Este estrés crónico acelera el proceso de envejecimiento inmunológico, conocido como inmunosenescencia, que implica una disminución en la respuesta inmune, mayor susceptibilidad a infecciones, enfermedades autoinmunes, cáncer y otras enfermedades crónicas.

Entre los mecanismos implicados está la inflamación crónica (inflammaging), que es tanto causa como consecuencia de la inmunosenescencia. El estrés puede reducir la actividad de la telomerasa, una proteína que protege el ADN celular, acelerando así el acortamiento de los telómeros, un marcador biológico del envejecimiento celular. Esto hace que las células inmunitarias envejezcan más rápido y sean menos efectivas en su función.

En consecuencia, el sistema inmune pierde capacidad para adaptarse y proteger al organismo, aumentando la morbilidad y mortalidad relacionada con enfermedades en personas mayores.

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