Redadas devastan el Distrito de la Moda en Los Ángeles
Muchos negocios han cerrado y otros están por bajar sus cortinas para siempre este mes de noviembre
Los Callejones y el Distrito de la Moda en Los Ángeles se enfrentan a una crisis ante el desplome de las ventas. Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia
A partir de la redada de junio en la tienda Ambiance Apparel del Distrito de la Moda de Los Ángeles que llevó al arresto de decenas de trabajadores inmigrantes, las ventas se desplomaron al grado que muchos negocios han cerrado o están a días de bajar las cortinas de sus tiendas para siempre.
De la noche a la mañana, los clientes dejaron de llegar, incluso los comerciantes extranjeros que usualmente venían al Distrito de la Moda de Los Ángeles a surtirse para sus tiendas y boutiques en Latinoamericana ya no regresaron.
“La gente está espantada. A veces nos vamos sin venta. De repente hay gente, y de repente no llega nadie. Eso ha obligado a que muchos negocios hayan decidido cerrar, y otros se van a ir a finales de mes”, dice Bernabé Chávez de JJ’s Fairyland, una tienda al mayoreo del Distrito de la Moda, que ante la estrepitosa caída de las ventas, se ha visto forzada a vender al menudeo.
“Esto se ha complicado porque los dueños no quieren bajarnos la renta; y entonces hay más gastos de lo que se gana. Mi patrón ya cerró dos bodegas porque no le están saliendo las cuentas”, dice.

Bernabé platica que no solo los clientes locales no han regresado a comprar sino que sus clientes de Perú, México, Venezuela y otros países latinoamericanos ya no volvieron.
“Tal vez porque todo está muy caro, y con los aranceles todo ha subido más”.
Comenta que se supone que tradicionalmente noviembre es un mes muy bueno en ventas para el Distrito de la Moda, pero debido a las redadas en lugar de mayores ingresos, vienen más cierres de tiendas.
El Distrito de la Moda, una zona céntrica en Los Ángeles, conocida por su amplia variedad de tiendas de ropa y accesorios, solía estar a reventar los fines de semana, pero desde que comenzaron las redadas en junio, las ventas se vinieron a pique, y hay menos gente deambulando por sus aceras.

Carmelo Rincón, quien desde hace siete años, es empleado de una tienda de ropa que va a cerrar a finales de mes, dice que la gente inmigrante ya no salen a comprar porque tienen miedo de que los encierren y se les acabe el mundo.
“Viene uno que otro cliente, pero no es suficiente para seguir abiertos. Antes teníamos compradores de Colombia, Ecuador, Costa Rica y México, pero dejaron de venir”,
Dice que frente al colapso de las ventas, el primer paso que tomaron los propietarios fue reducir el personal, y luego empezar a planear sus cierres.
“Ya veníamos mal desde la pandemia, pero con sus redadas, Trump nos dio el tiro de gracia, y va a seguir. Yo voy a ver a dónde me voy a acomodar laboralmente porque este mes se me termina el empleo”, dice.

Son muchas las tiendas en el Distrito de la Moda que ya han bajado las cortinas, y se han retirado ante las bajas ventas.
“Desde que entró Trump, está muy difícil, muy mal. La gente no está comprando ropa. Ya han cerrado tres tiendas a mi alrededor, aquí por fuera, y dentro hay varias cerradas. Ni los clientes locales ni los de fuera llegan”, dice Isaias Cortez de la tienda American Bazi.
Cuenta que los clientes de Latinoamérica se están surtiendo ahora de Europa y Turquía, y se han olvidado de Los Ángeles.
“Nosotros esperamos mantenernos, pero hemos recortado personal, y muchas tiendas nomás les dan ciertas horas de trabajo a sus empleados, y eso que se supone que estamos frente a una temporada buena”.

En 2019, Verónica Rodríguez abrió su tienda de vestidos de gala y atuendos de disfraces para niñas, Princess Collection, y sobrevivió sin ayuda alguna del gobierno a la pandemia de covid-19, pero nunca esperó que las redadas la obligarían a cerrar.
“Ahora para Halloween, no vendí ni $1,600 en el mes de disfraces. Esta era la temporada cuando mejor me iba. Eso se acabó, y así ya no puedo seguir. Voy a cerrar para finales de noviembre”.
Dice que aunque su tienda era de mayoreo, ha tenido que recurrir a vender por pieza sus vestidos de fiesta temáticos, para no quedarse en la ruina.
“Tampoco nos ayudan los rumores de que los agentes de migración andan por aquí, cuando muchas veces no son versiones ciertas”.
Verónica dice que hasta una señora que por años vendía hot dogs en su carrito afuera de su tienda se ha ido, y ya no volvió. “No solo por el miedo a la Migra, sino porque ya no vendía nada”.
En los tradicionales Callejones, con sus vibrantes y coloridas tiendas de ropa y de todo tipo de artículos, las cosas no pintan mejor.
“Este viernes hay un poquito de gente, pero no es usual, algo pasó que salió un poco de personas, pero nos está yendo muy mal”, dice una comerciante de Los Callejones que prefiere no identificarse.

Cuando le preguntamos a José Barreras, comerciante de juguetes de Los Callejones, cómo andan las ventas, responde con otra pregunta.
“¿Cuánta gente ve pasar con bolsas en la mano? Son como 20; pero solo dos, llevan bolsas. Las ventas están muy mal. ¡Esto parece un panteón!”, exclama.
Añade que la gente no quiere salir a comprar. “O gastan o pipirin (comida). Prefieren comer”.

Dice que lo que antes de las redadas les ayudaba mucho para mejorar sus ventas, era la gente que llegaba de otros estados.
“Como el presidente ya no quiere que viajes con tu pasaporte ni las personas quieren exponerse viajando en carro, ya no vienen”.
Pero ante el vendaval, José dice que mientras Dios le preste vida, va a seguir luchando por sacar adelante su pequeño negocio en Los Callejones.
“Eso sí les digo, estamos en modo de sobrevivencia”.

Aunque no se ha sabido de redadas masivas en el Distrito de la Moda, después de la ocurrida en junio, los comerciantes reportan que ha habido detenciones de manera individual en las aceras del área, y constantemente se observa la presencia de vehículos de la Migra en los alrededores.