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Recortes en la financiación de los NIH han afectado a más de 74,000 personas inscritas en 383 experimentos

Los recortes han llevado a pacientes a perder acceso a tratamientos, y muchos han visto cómo sus ensayos clínicos se retrasan o cancelan

Recortes en la financiación de los NIH han afectado a más de 74,000 personas inscritas en 383 experimentos

Vaccine Research Center (VRC) of National Institutes of Allergy and Infectious Diseases. Crédito: grandbrothers | Shutterstock

Más de 74,000 personas se han visto perjudicadas por los recortes de financiación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), afectando a 383 estudios que investigan tratamientos para enfermedades críticas.

Esto ha generado interrupciones en ensayos clínicos importantes, desde la investigación del cáncer hasta enfermedades infecciosas. Los investigadores descubrieron que estos recortes afectaron de manera desproporcionada los esfuerzos para combatir enfermedades como la gripe, la neumonía y la COVID-19.

Los recortes han llevado a pacientes a perder acceso a tratamientos, y muchos han visto cómo sus ensayos clínicos se retrasan o cancelan. La falta de financiación representa un obstáculo para la obtención de evidencias científicas sobre la efectividad de nuevos tratamientos, reseña Associated Press (AP).

Un informe reciente publicado en la revista JAMA Internal Medicine indica que la pérdida de investigaciones perjudica a los pacientes que podrían haberse beneficiado de un posible nuevo tratamiento.

Pérdida de confianza en instituciones médicas

Las interrupciones en la financiación podrían erosionar la confianza de los pacientes en las instituciones médicas. Expertos advierten que la incertidumbre sobre la sostenibilidad de los ensayos podría disuadir a futuros participantes de involucrarse en investigaciones.

La administración del Departamento de Salud y Servicios Humanos defiende la reorientación de prioridades en los NIH. Sin embargo, científicos y expertos expresan su preocupación por cómo estas decisiones, influenciadas por agendas ideológicas, perjudican la salud pública y la misión de los NIH.

Efectos a largo plazo de los recortes

Los recortes en la investigación médica a largo plazo tienen efectos profundamente negativos y diversos.

En primer lugar, reducen la cantidad de científicos que pueden realizar investigaciones, ya que disminuyen los apoyos para doctorados y la financiación para nuevos proyectos científicos. Esto frena la continuidad de la investigación sobre temas médicos y enfermedades importantes, causando interrupciones en estudios clínicos activos que son esenciales para desarrollar tratamientos y avances médicos, especialmente en áreas críticas como el cáncer pediátrico, la diabetes, el VIH y enfermedades raras.

Además, estos recortes afectan la innovación médica porque reducen las subvenciones que financian investigaciones básicas clave que dan origen a patentes farmacéuticas y formación de científicos para la industria biomédica.

También impactan negativamente a las universidades, especialmente las públicas con menos recursos, desmantelando infraestructura científica y limitando la formación de futuros profesionales.

La reducción de fondos afecta la vigilancia epidemiológica y respuesta a enfermedades emergentes, poniendo en riesgo programas de prevención y vacunación esenciales, lo que puede incrementar la incidencia de enfermedades prevenibles.

Finalmente, se correlaciona con impactos económicos negativos, ya que recortar un 25% el gasto en investigación y desarrollo podría equivaler a una caída económica significativa.

Información sobre tratamientos que se cancelan

Cuando se cancelan los ensayos clínicos, hay varias alternativas para obtener información sobre los tratamientos que se estaban evaluando:

  • Contactar a los investigadores y promotores del estudio para obtener información oficial y actualizaciones sobre la cancelación y posibles datos recogidos hasta ese momento.
  • Consultar al Comité de Ética de la Investigación y a las autoridades reguladoras, que deben ser informados sobre la interrupción prematura; estas entidades pueden ofrecer información o recomendaciones.
  • Revisar publicaciones científicas o comunicados oficiales que puedan derivarse de datos preliminares o parciales del estudio cancelado.
  • Explorar portales de pacientes, aplicaciones móviles o plataformas en línea dedicadas a los ensayos clínicos, que pueden proveer detalles sobre el tratamiento, estado del ensayo, y opciones alternativas.
  • Hablar con médicos especialistas u otros proveedores de salud que puedan tener acceso a información actualizada o experiencia clínica relevante.
  • Participar en registros nacionales de voluntarios para investigaciones clínicas, que pueden facilitar acceso a estudios similares o alternativos.
  • En algunos casos, se pueden buscar tratamientos aprobados o en uso clínico con características parecidas a los evaluados en el ensayo cancelado.

Además, la comunicación clara y oportuna con los pacientes es esencial para proporcionar información sobre la cancelación, procesos alternativos, y el manejo continuo de su salud, lo que puede incluir el uso de tecnologías para mantener a los pacientes informados y facilitar el seguimiento de su tratamiento.

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