Verstappen gana en Qatar y llegará a la última carrera del año en la F1 con posibilidades de campeonato
McLaren paga caro su estrategia y el título se definirá en Abu Dabi
El neerlandés Max Verstappen celebra su victoria en Catar. Crédito: Darko Bandic | AP
Max Verstappen salió de Lusail con una victoria que revitalizó por completo la lucha por el campeonato. El neerlandés aprovechó cada oportunidad que ofreció el Gran Premio de Qatar y cruzó la meta por delante de Oscar Piastri y Carlos Sainz, en una carrera en la que McLaren quedó atrapado en un laberinto estratégico desde la vuelta 7. Ese error abrió la puerta para que Verstappen recortara puntos clave y dejara la clasificación al rojo vivo de cara al cierre del año.
La arrancada fue intensa. Oscar Piastri defendió bien la pole, mientras Verstappen superó a Lando Norris para ponerse segundo. Detrás, Antonelli, Sainz y Alonso escalaron posiciones a costa de un George Russell que perdió tracción en los primeros metros.
Norris intentó devolver el golpe, pero cuando los neumáticos del Red Bull entraron en temperatura, la ventaja del neerlandés se volvió evidente.
El safety car que lo cambió todo y la caída de McLaren
El punto de quiebre llegó en la vuelta 7. Un choque entre Nico Hülkenberg y Pierre Gasly activó el safety car y provocó la primera gran revolución del día. Casi todos entraron a cambiar neumáticos, salvo los McLaren y Esteban Ocon, una decisión que luego resultó fatal para las aspiraciones de la escudería británica. Para colmo, Hülkenberg recibió una sanción por adelantarse en la salida, generando aún más movimientos en el orden de carrera.
Sainz salió beneficiado, colocándose cuarto. Alonso, mientras tanto, se mantuvo sexto. McLaren logró conservar la punta con Piastri y Norris, pero con un detalle clave: tenían neumáticos más desgastados que Verstappen, un problema particularmente delicado en un trazado exigente para las ruedas delanteras como Lusail.
El plan en Woking era simple: correr al máximo y construir ventaja antes de su parada obligatoria. Pero Verstappen nunca les perdió la pista. En la vuelta 23 ya estaba a menos de ocho segundos, oliendo la sangre.
Piastri fue el primero en detenerse. Su parada de 3,1 segundos le permitió volver por delante de Alonso. Norris hizo lo mismo un giro después y consiguió mantenerse delante del español. Pero al completar las paradas, la carrera había cambiado: Verstappen quedó líder, Sainz segundo, Antonelli tercero y los McLaren a contrarreloj desde atrás.
La presión aumentó con el paso de las vueltas. Piastri adelantó a Antonelli y Norris trató de no descolgarse demasiado. Pero el neerlandés, ya con dos cambios de neumáticos hechos, tenía la carrera en la palma de la mano.
A partir de la vuelta 42, Verstappen estaba encima de Norris y en zona de DRS. Mientras tanto, un trompo de Fernando Alonso lo relegó temporalmente, aunque luego recuperaría una posición tras el pinchazo de Isack Hadjar.
Los McLaren hicieron su segunda parada, y Verstappen heredó de forma definitiva el liderato en la vuelta 45. Piastri quedó a más de 15 segundos, y Sainz se aferró con determinación al tercer lugar. Antonelli también resistió hasta que el desgaste lo venció, cediendo ante Norris, que al menos logró rescatar el cuarto puesto.
La tabla del campeonato quedó completamente ajustada: Norris mantiene el liderato con 408 puntos, pero Verstappen se colocó a solo 12 (396) y Piastri se quedó a cuatro del neerlandés (392). Un final explosivo para un año que parecía decidido hace semanas.
La definición será en Abu Dabi, donde cada decisión, cada giro y cada milésima tendrán un peso enorme. El campeonato está más vivo que nunca.
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