El simple error puede estar provocando que no disfrutes toda la velocidad de tu WiFi
Utilizar la red de 2.4 GHz es un error que muchos usuarios suelen cometer al momento de querer navegar en Internet a la máxima velocidad
Utilizar la red de 5 GHz permitirá que navegues a la máxima velocidad posible y que no sufreas de cuellos de botella innecesarios Crédito: Shutterstock
A todos nos ha pasado. Contratas el plan de fibra óptica más rápido del mercado, te compras un router que parece una nave espacial y te sientas emocionado a ver esa serie en 4K o a descargar un juego pesado. Pero entonces, ocurre la tragedia: la rueda de carga gira eternamente, la videollamada se pixela y sientes que tu internet va a pedales. Antes de llamar enfurecido a tu operador o tirar el router por la ventana, detente un segundo. Es muy probable que estés cometiendo un error tan simple como fácil de solucionar.
El culpable no es tu proveedor de internet ni tu computadora; el problema podría ser que te estás conectando a la red equivocada. Sí, aunque parezca increíble, la mayoría de los routers modernos emiten dos señales diferentes, y elegir la incorrecta es como intentar llenar una piscina olímpica con una pajita: por mucho flujo de agua (velocidad) que tengas contratado, el canal simplemente no da abasto. Hablamos de la eterna batalla entre la banda de 2.4 GHz y la de 5 GHz.
¿2.4 GHz o 5 GHz? La diferencia entre una autopista y un camino de tierra
Para entender por qué tu internet se siente lento, primero hay que entender cómo viajan los datos por el aire. Imagina que el WiFi es una carretera. La banda de 2.4 GHz es la carretera vieja, la de toda la vida. Tiene una gran ventaja: sus ondas son largas, lo que significa que atraviesan paredes y techos con facilidad. Por eso, si estás en el jardín o en el sótano, lejos del router, esta red suele ser la única que llega. Sin embargo, tiene un problema enorme: es lenta y está congestionada. No solo tiene menos carriles para los datos, sino que comparte espacio con el microondas, el teléfono inalámbrico y el Bluetooth. Es un atasco constante.
Por otro lado, la banda de 5 GHz es una autopista moderna de seis carriles. Sus ondas son más cortas y rápidas. Tienen más dificultad para atravesar muros de hormigón (su alcance es menor), pero la cantidad de datos que pueden transportar es inmensamente superior.
Mientras que la red de 2.4 GHz suele tener un tope práctico de velocidad que ronda los 50-100 Mbps en condiciones reales, la red de 5 GHz puede aprovechar casi toda la velocidad de tu fibra, superando fácilmente los 500 o 600 Mbps si tu dispositivo lo permite. Si estás pagando por 1,000 Mbps y usas la red de 2.4 GHz, estás tirando dinero a la basura.
El cuello de botella que nadie te explicó
Aquí es donde entra el concepto técnico que te está amargando la vida: el cuello de botella. Tu fibra óptica llega a casa a la velocidad de la luz (literalmente), entra en tu router y está lista para volar. Pero si tu celular, laptop o consola se conecta a la red de 2.4 GHz, estás forzando a todo ese caudal de información a pasar por un embudo estrecho. No importa lo rápido que sea el servidor de Netflix o lo potente que sea tu tarjeta gráfica; la conexión física inalámbrica te está limitando.
Muchos usuarios no se dan cuenta de esto porque los routers suelen nombrar las redes de forma muy parecida. A veces verás “MiCasa-WiFi” y “MiCasa-WiFi-5G”. Si por costumbre o desconocimiento te conectaste a la primera hace dos años y guardaste la contraseña, tu dispositivo seguirá conectándose ahí automáticamente, ignorando la red rápida que tiene justo al lado.
Estás conduciendo un Ferrari en primera marcha sin saberlo. Y lo peor es que, en edificios de apartamentos, la banda de 2.4 GHz está tan saturada por los routers de los vecinos que las interferencias hacen que la experiencia sea aún peor, provocando lag en los juegos y cortes en el streaming.
Cómo comprobar y solucionar tu conexión ahora mismo
La solución es ridículamente sencilla, pero requiere que prestes atención a los ajustes de tu dispositivo. Agarra tu teléfono o ve a tu ordenador y abre la lista de redes WiFi disponibles.
- Busca el nombre: Si ves dos redes con nombres similares, fíjate si una termina en “5G”, “5GHz” o “Plus”. Esa es la buena. Conéctate a esa red inmediatamente.
- Configuración automática: Algunos routers modernos usan “Band Steering” (o Smart Connect). Esto significa que emiten un solo nombre de red y el router decide “inteligentemente” si te da 2.4 o 5 GHz. El problema es que a veces deciden mal. Si tienes acceso a la configuración de tu router, lo ideal para usuarios avanzados es separar las redes con nombres distintos para forzar tú mismo la conexión a la red de 5 GHz cuando estés cerca del aparato.
- La regla de oro: Usa la red de 5 GHz para todo lo que requiera velocidad: Smart TV, consolas, PC de trabajo y tu teléfono principal. Deja la red de 2.4 GHz (la lenta) únicamente para dispositivos de domótica como bombillas inteligentes, robots aspiradores o enchufes WiFi, que no necesitan velocidad pero sí alcance y compatibilidad.
Hacer este pequeño cambio te tomará menos de un minuto, pero la diferencia en rendimiento será instantánea. Pasarás de esperar a que cargue un video de YouTube a verlo en 4K sin interrupciones. A veces, la tecnología no necesita reparaciones costosas, solo necesita que elijamos el carril correcto.
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