Trump perdió el primer debate. ¿Qué hará para recuperarse?

Trump afronta el desafío de ampliar su apoyo más allá de la base que hasta ahora lo ha seguido fielmente pese a su retórica y sus desaciertos en la contienda

WASHINGTON.- Salvo los partidarios del republicano, Donald Trump, y quienes habitan en su “burbuja”,  la mayoría de los expertos cedió este martes el “primer asalto” a su rival demócrata, Hillary Clinton, cuando queda una estrecha ventana de 42 días para que el magnate empresarial pueda recuperar terreno.

El primer debate presidencial, anoche en la Universidad Hofstra en Hempstead (Nueva York), demostró que la experiencia no se improvisa y que la retórica que funciona bien con la base no necesariamente da resultados frente a una audiencia mayor y frente a votantes independientes.

La tarea de Trump era lucir “presidenciable” y aunque comenzó bien y de forma mesurada en los primeros treinta minutos –no la llamó por el mote de “corrupta”-, en la hora restante del debate recurrió a interrupciones e incoherencias, y demostró su escasa preparación para el encuentro.

Partidarios de Clinton observan el primer debaet presidencial en The Abbey bar & restaurant en West Hollywood, California.
Partidarios de Clinton observan el primer debaet presidencial en The Abbey bar & restaurant en West Hollywood, California.

Según la empresa Nielsen, el debate atrajo a poco más de 80 millones de televidentes -sin incluir varias opciones de difusión en tiempo real por internet-, batiendo la cifra de 67 millones que generó el primer debate de 2012 entre el presidente Barack Obama y su rival republicano de entonces, Mitt Romney.

La cifra récord anterior fue de 80 millones en 1980, durante el debate entre el presidente Jimmy Carter y su rival republicano y eventual presidente, Ronald Reagan, en una época sin internet y con una oferta de muchos menos canales.

Fue ante esta audiencia que Clinton logró lo que ninguno de los 16 precandidatos presidenciales republicanos pudo durante las primarias: hacer tambalear a Trump. De paso, ha mitigado la ansiedad de los demócratas por las cerradas encuestas en estados clave como Ohio, Pensilvania, Iowa y Virginia.

Para salvar cara, Trump tuiteó hoy encuestas que, según él, lo declararon ganador. Sólo que no mencionó que esas encuestas por internet no son científicas.

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Sólo un puñado de legisladores republicanos, entre ellos el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, cree que  Trump “cumplió con las expectativas” frente a una Clinton que se apoyó en “una defensa bien ensayada del estatus quo”.

“Veo que ante nosotros emerge el potencial de lo que podemos ofrecer como un gobierno republicano unido, que es una solución a los grandes problemas de  nuestro país”, argumentó Ryan ante los periodistas.

Pero el líder conservador, Adolfo Aguilar, dijo a la cadena Telemundo que su lectura del debate es que Trump tuvo un desempeño “desastroso” que no le ayuda con las mujeres ni con los independientes.

¿Qué hará ahora?

Frustrado, Trump dejó entrever que en el próximo debate presidencial, el 9 de octubre en St.Louis (Missouri), mostrará los dientes y, para torear a su rival, posiblemente abordará las infidelidades del expresidente Bill Clinton.

Pero, según observadores, la “artillería” de Trump para los dos debates presidenciales que restan -el otro será el 19 de octubre en Nevada- tiene que incluir respuestas precisas y detalladas sobre su plan de gobierno, y seguir cuestionando la integridad de Clinton.

Allan Lichtman, profesor y analista político de American University, se ha apoyado en una fórmula que no le he fallado desde 1984 para vaticinar que Trump ganará el voto popular en noviembre próximo, pero también dejó margen a que éste pierda debido errores autoinfligidos.

Mi fórmula predice que el partido que controla la Casa Blanca perderá. Sin embargo, debo advertir que Donald Trump es un candidato que ha roto esquemas históricos y la victoria se le puede escurrir de las manos“, dijo a este diario Lichtman.

Foto TIMOTHY A. CLARY/AFP/Getty Images
Foto TIMOTHY A. CLARY/AFP/Getty Images

“Anoche Trump mostró muchas de las formas en que Trump se desvía de una candidatura normal: le costó mucho decir la verdad en muchos asuntos; se volvió a negar a divulgar su declaración de impuestos, y ofreció poco o ningún dominio de detalles de política. Además trató de forma degradante a Clinton como mujer”, observó el experto.

Ha sido una campaña electoral atípica, en la que Trump hasta ahora prácticamente ha dictado sus propias reglas, y ha hecho caso omiso de los votantes latinos. Si en 2012, ambos partidos y sus aliados invirtieron $23 millones en anuncios en español, este año la campaña de Trump no ha gastado un sólo centavo en éstos.

Los candidatos presidenciales Donald Trump (R) y Hillary Clinton D) se estrechan las manos y se dirigen a saludar a la audiencia y al moderador Lester Holt al terminar el primer debate presidencial en Hofstra University, Nueva York.
Los candidatos presidenciales Donald Trump (R) y Hillary Clinton (D) se estrechan las manos y se dirigen a saludar a la audiencia y al moderador Lester Holt al terminar el primer debate presidencial en Hofstra University, Nueva York.

Tanto en las encuestas como en el debate de anoche, Trump demostró dificultad para sumar apoyo entre las mujeres y las minorías, dos de los bloques electorales que contribuyeron a la victoria del presidente Barack Obama en 2008 y 2012 y que ahora se decantan más por Clinton.

La ex Miss Universo venezolana, Alicia Machado,  fue objeto de ataques de Trump en 1996 por su sobrepeso y, 20 años más tarde, se ha convertido en aliada de Clinton.  Anoche, Clinton la mencionó como ejemplo del historial misógino de Trump.

En conferencia telefónica, Machado, de 39 años, repitió sus ataques contra Trump y prometió continuar haciendo campaña por Clinton.

I received my passport ! I’m ready to vote For my country for you @HillaryClinton for my daughter For women workers pic.twitter.com/U5lSwWxiHc

— Alicia Machado (@machadooficial) September 27, 2016

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Si bien Clinton puso a Trump contra las cuerdas, su actuación no fue un “knockout”, y su desafío para los dos debates que restan, el 9 y 19 de octubre próximos, será mantener el impulso logrado, máxime cuando las encuestas siguen mostrando una contienda muy reñida.

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