Los cinco momentos que marcaron el adiós de Luis Enrique

¿Qué motiva la salida del tercer mejor entrenador del Barcelona en su historia tan sólo detrás de Pep Guardiola y Johan Cruyff?

Barcelona

Luis Enrique está cansado de la presión que supone dirigir al Barcelona. Crédito: David Ramos | Getty Images

La noticia era ya un secreto a voces en los pasillos de La Masía y el Camp Nou. Sin embargo Luis Enrique Martínez sorprendió anunciando su marcha del FC Barcelona al término de la presente temporada, a tres meses de la definición de La Liga.

En tres años al frente del banquillo ‘culé’ Luis Enrique ha ganado todo y su hándicap de ocho de diez títulos posibles lo dice fuerte y claro. Es ya el sexto entrenador con más partidos oficiales dirigidos en la historia del equipo blaugrana y ostenta un porcentaje envidiable de efectividad, un 76% de victorias. No obstante, el peso de dirigir a uno de los mejores equipos del mundo puede doblar hasta al más templado. Con Luis Enrique lo hizo. La suerte está echada.

Estos son los cinco momentos que marcaron el adiós de este emblema.

1. Ese primer momento en el que Luis Enrique pensó que la exigencia del banquillo azulgrana era mucha y desgastante. Quizás lo sabía al llegar, pero fue antes del parón invernal cuando el asturiano se planteó en serio si renovar o no.

2. A pesar de los triunfos, los buenos resultados, y el hecho de ser líder por primera vez en el curso, la persecución al Madrid desde las primeras jornadas de esta campaña ha sido incesante y por tanto desgastante, así como la búsqueda del equilibrio con Messi, dentro y fuera de la cancha.

3. El difícil carácter del timonel blaugrana no ayudó. Su relación con la afición más crítica del barcelonismo se ha recrudecido, sobre todo después del paseo que el Paris Saint Germain les dio por el Parque de los Príncipes en la noche negra de París. Los abucheos llegaron.

4. Su tirante relación con la prensa tuvo un punto culminante cuando –según algunos informes- quiso agredir físicamente a Jordi Grau de TV3 en la zona mixta del Parc des Princes, tras el fatídico 4-0 en Champions League.

5. Ninguna historia de triunfo, ningún récord, ningún campeonato y ningún reto próximo puede con el desgaste y la presión a la que está sometido un hombre que se dice cansado, y máxime, por un ritmo autoimpuesto para buscar la excelencia.

Todo tiene un límite y el de Luis Enrique, llegó.

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