Crece brecha en acceso a cobertura médica en EE.UU.
Informe destaca la profunda diferencia salarial entre los estadounidenses y las dificultades para obtener servicios adecuados de salud
Washington – Los estadounidenses en hogares con salarios bajos o moderados tienen más probabilidades de carecer de cobertura médica y un acceso adecuado a servicios de salud, en comparación con familias adineradas, según un estudio divulgado hoy por el grupo Commonwealth Fund.
El análisis indica que el 57 % de los estadounidenses con salarios anuales inferiores a $29,726 para una familia de cuatro personas carecieron de cobertura médica en algún momento el año pasado y un 35 % no contó con un plan médico durante al menos dos años.
El centro de estudios hizo la encuesta en línea, la primera de toda una serie, con el objetivo de analizar en los próximos años el impacto de la reforma de salud de 2010 tanto en el acceso como en la calidad de los servicios médicos en EE.UU.
Por ahora, los investigadores han concluido que la reforma de salud tiene el potencial “de reducir, si no eliminar por completo, las profundas desigualdades salariales que existen en la actualidad en el sistema de salud de EE.UU”.
Entre otros elementos, la reforma sanitaria ha ampliado la cobertura médica a 2.5 millones de jóvenes entre 19 y 25 años de edad, ha eliminado los límites en la cobertura, y ha exigido que las aseguradoras de salud ofrezcan cuidados preventivos sin costo adicional al paciente, agregó.
Según el estudio, el 36 % de los adultos en familias con ingresos moderados, es decir entre $29,726 y 55,875 para una familia de cuatro, careció de seguro médico durante 2011, y al 18 % le faltó durante al menos dos años.
Sólo el 12 % de familias con ingresos de al menos $89,400 para una familia de cuatro personas no tuvo seguro médico durante el año, y sólo el tres por ciento padeció ese problema durante un mínimo de dos años.
El estudio dejó en claro que la cobertura médica, además del nivel de ingresos salariales, tuvo un “efecto significativo” en lo que se refiere al acceso a cuidado médico, incluyendo servicios de medicina preventiva.
Así, apenas el 10 % de personas de 50 años de edad o mayores, sin seguro médico y con bajos ingresos, se sometió a exámenes preventivos contra el cáncer de colon, en comparación con el 50 % de ese mismo grupo demográfico pero con seguro de salud.
El 56 % de los adultos con salarios más altos no tuvo problemas para acceder a ese tipo de exámenes preventivos.
Entre las mujeres de 40 a 64 años de edad pobres y sin seguro médico, sólo el 32 % recibió una mamografía, en comparación con el 66 % de las mujeres de bajos recursos pero con seguro médico y el 74 % de las que reportaron mayores ingresos, según el documento.
La vicepresidenta del Commonwealth Fund, Sara Collins, principal autora del estudio, explicó que las personas de recursos bajos o moderados son las que afrontan un mayor riesgo de carecer un seguro médico como beneficio de su empleo y de no poder costearse por su cuenta el cuidado de salud.
“Como consecuencia, los problemas de acceso al cuidado médico se concentran de forma desproporcionada en las familias de ingresos bajos o moderados”, enfatizó Collins.
El estudio confirma lo que para muchos en EE.UU. es una realidad cotidiana- quienes carecen de seguro médico son los que más suelen recurrir a salas de urgencia para recibir tratamiento preventivo.
Acuden allí para obtener alguna receta médica, porque no tienen un médico de cabecera o porque no tienen opciones más asequibles, en mayor proporción que las que sí tienen seguro médico.
En estos casos, los programas de asistencia médica como “Medicaid” y el Programa de Seguro de Salud para Niños (CHIP, en inglés) ayudan a cerrar la brecha al ofrecer cobertura a los niños en el 63 % de las familias de ingresos bajos y el 38 % de las de ingresos moderados.
Aunque el estudio no lo precisa, buena parte de las familias hispanas figura entre las que perciben ingresos bajos o moderados y son las que más dependen de empleos que les ofrezcan seguro médico.
La mayoría de los elementos de la reforma sanitaria entrará en vigor en 2014, y los expertos esperan que ésta ayude a mejorar la cantidad y calidad de los servicios médicos para personas de bajos ingresos.
El estudio se llevó a cabo entre 2,134 personas de 19 a 64 años, entre el 24 de junio y el 5 de julio de 2011, y tuvo un margen de error de más o menos tres puntos porcentuales.