Editorial: Mercaderes rapaces de la educación
Los estudiantes quedan sin protección
Hace un mes un tribunal federal de apelaciones ratificó un acuerdo extrajudicial de $25 millones de dólares entre la Universidad Trump y sus estudiantes, que la demandaron por fraude.
La lección que el presidente Donald Trump parece haber sacado de esta experiencia es eliminar la vigilancia federal de las instituciones educativas con fines de lucro como la suya. Anular el control de las organizaciones comerciales que endeudan a sus estudiantes con promesas que no pueden cumplir.
Un reporte reciente del The New York Times, revela como la secretaria de Educación, Betsy DeVos, dejó de lado la prioridad de la pasada administración de supervisar este sector educativo. Por el contrario, lo está ayudando, al contratar para su agencia a gente que trabajó en estas instituciones.
Se repite la dinámica rapaz de este gobierno que perjudica al consumidor. Es el lobo a cargo de cuidar las ovejas.
El gobierno de Obama reforzó la unidad que supervisa las universidades con fines de lucro ante las acusaciones de fraude. Se las acusaba de tergiversar los beneficios para enrolarse, los índices de empleo y de ofertas laborales para sus graduados y que muchos de sus estudiantes se quedaran con una deuda grande y sin título.
Todo comenzó con el derrumbe de la Universidad Corinthian. Otras universidades con fines de lucro como DeVry fueron investigadas. DeVry pagó $100 millones en 2016 para saldar una demanda que la acusaba de engañar con anuncios de empleos y salarios falsos.
Ahora un exdecano de DeVry, Julian Schmoke, lidera la división que vigilaba el comportamiento de las universidades con fines de lucro. Solo quedan allí tres personas cuya misión es atender las solicitudes para el perdón de las deudas. Schmoke es solo uno de varios exadministradores de instrucción privada que hoy ocupan cargos que representan un conflicto de interés.
El Departamento de Educación hoy está a cargo de proteger al sector privado universitario.
Una decisión anterior de DeVos limitó la anulación de deuda estudiantil ordenada por la administración Obama. Ya no se comparte información sobre las empresas intermediarias de préstamos estudiantiles a la Agencia de Protección al Consumidor Financiero. Afroamericanos y latinos representan un gran porcentaje de estos estudiantes.
Ellos son los engatusados con promesas falsas de empleo para enrolarse en estudios que no terminan, los dejan endeudados y ahora desprotegidos. La publicidad de estas universidades está orientada en gran parte a estas comunidades.
El deseo de superación implica muchas veces un esfuerzo especial. Hay adultos que sacrifican tiempo y dinero para tener esa oportunidad. El Departamento de Educación debe ayudarlos para que tengan éxitos en vez de ser cómplices de quienes los estafan.