El número de personas mayores sin hogar en L.A. aumenta en un 22 %, pillando desprevenidos a los funcionarios
La respuesta de la ciudad y el condado al envejecimiento de la población indigente ha sido demasiado lenta
Mientras que la población sin hogar de L.A. ha caído un poco recientemente, el grupo de edad de 62 años en adelante se ha disparado un 22%, a casi 5,000 personas. Y las autoridades no han sabido reaccionar a tiempo.
Tanto la ciudad como el condado han sido lentos al responder al envejecimiento de la población sin hogar. Los crecientes costos de vivienda de L.A. están conduciendo cada vez más a las personas a la falta de vivienda por primera vez a edades avanzadas, a menudo por enfermedad o pérdida de empleo. Según Brandi Orton, directora de relaciones gubernamentales de St. Barnabas Senior Services y directora general de Los Angeles Aging Advocacy Coalition, “de tres a cinco personas al mes caen en la indigencia a finales de su vida”.
En 2016, el alcalde Eric Garcetti lanzó Purposeful Ageing Los Angeles, una iniciativa para mejorar las vidas de las personas mayores en la ciudad. Pero el sistema de servicio para personas sin hogar no está vinculado a viviendas y programas para personas mayores, según apunta Mike Neely, un ex comisionado sin hogar que ahora forma parte de la Comisión del Condado de L.A. para mayores.
Los refugios son inadecuados para los débiles y discapacitados, y la vivienda de emergencia se centra en las familias que atraviesan un período difícil, que pueden recuperarse financieramente y seguir adelante, mientras que muchas personas mayores viven con ingresos fijos y limitados. “¿Cómo se puede esperar razonablemente que un individuo que tiene casi 80 años sobreviva a menos que tengamos instalaciones especializadas?”, se plantea Neely.
Christina Miller, directora de proyectos de personas sin hogar de la ciudad, se muestra más positiva. Según ella, antes incluso de que aumentara la población, la ciudad y el condado ayudaban a personas mayores sin hogar con “intervenciones específicas”, incluida capacitación laboral, protección contra el maltrato, asistencia legal, asistencia monetaria y costos de mudanza.
Se han abierto instalaciones de cuidado de recuperación, se han reservado camas refugio para personas mayores y un proyecto piloto comenzó este año a enviar equipos de alcance a cuatro centros para personas mayores. Sin embargo, muchas personas mayores sin hogar afirman que la ayuda que han recibido es insuficiente. Para ellas, es fundamental permanecer en sus comunidades, cerca de los médicos, el transporte y las redes sociales.
Un informe del personal afirma que “a diferencia de otras subpoblaciones, como jóvenes en edad de transición, víctimas de violencia doméstica, familias con niños, veteranos y mujeres, no ha habido una revisión y evaluación formal de las necesidades de los adultos mayores“. Hay, por tanto, mucho trabajo por hacer.