Golovkin se olvida del llamado estilo mexicano y Canelo logra la gran victoria que necesitaba
GGG consigue tener a Álvarez en el centro del ring y se topa con un guerrero que sabe responder en otro tremendo duelo
Las Vegas.- Saúl “Canelo” Álvarez y Gennady “GGG” Golovkin serán recordados por brindar peleas de entrega, de calidad y sobre todo muy, pero muy cerradas. La diferencia en la revancha tal vez fue el famoso “estilo mexicano” del kazajo, o mejor dicho, haberse olvidado del mismo.
A diferencia del combate del año pasado que terminó en empate en el que Golovkin siempre fue hacia al frente, esta vez él se quedó en medio del cuadrilátero, y fue el mexicano quien en ocasiones fue más agresivo. Tras 12 rounds intensos, de buenos golpes de ambos, pero sin caídas, “Canelo” obtuvo una decisión mayoritaria para quitarle lo invicto y el campeonato mundial de los medianos a Golovkin.
Un juez anotó el pleito empatado (114-114), pero los otros dos vieron vencedor al tapatío 115-113 para darle a Álvarez la gran victoria que su carrera necesitaba, en contra de un gran campeón en su mejor forma como lo es “GGG”, quien no pudo imponer un nuevo récord de 21 defensas exitosas consecutivas de los medianos.
La decisión resulta discutida, porque hubo algunos rounds difíciles de anotar, en los que Golovkin (38-1-1) impuso su excelente jab, y Álvarez (50-1-2) metió su efectivo gancho de izquierda al cuerpo o a la cabeza. El pleito luego de ocho rounds estaba para cualquiera (La Opinión tenía empatada la pelea antes del noveno asalto).
Hasta ese momento, Golovkin logró cortar la ceja izquierda del mexicano con un uppercut en el cuarto round, con Álvarez sacudiendo a su rival con una derecha volada en el quinto.
Al sonar la campana del round 9, ambos peleadores, como si lo hubieran tenido en su guión, salieron a tirar golpes, tal vez sintiendo que era momento de ganar los rounds del campeonato. Golovkin pareció sacar la mejor parte del noveno y del décimo, cuando mostró enorme actividad, aunque “Canelo” se quitó la mayoría de los intentos con magníficos movimientos de cintura y cabeza. Eso también cuenta.
En el penúltimo asalto, el pelirrojo se recuperó con solidez ante un agotado campeón de 36 años de edad (ocho más que su oponente). Un golpe duro al cuerpo seguido por una derecha le aseguraron a Álvarez el round. Y todo quedó en el aire para el round 12. Fueron tres minutos de intercambio en los que los peleadores dieron todo lo que les quedaba. Mientras Golovkin pudo conectar algunos golpes, la bravura de Álvarez para responder siempre guiado por su izquierda le hizo ganar el round en dos de las tres boletas de los jueces.
Nuevamente, tras 36 minutos de batalla, todo parecía muy igualado. Y aquí está la clave: si en la pelea de 364 días antes los jueces vieron empate con un Golovkin más agresivo y Álvarez más defensivo, entonces tiene sentido que anoche ante 21,965 espectadores en la Arena T-Mobile, la decisión fuera para “Canelo”; una decisión de boxeo, aunque tal vez lo más justo hubiera sido otro empate.
Si las heridas en los rostros de ambos peleadores sirve como indicador, Golovkin salió del ring lastimado como nunca en su carrera, especialmente alrededor de los ojos. Álvarez, salvo la cortada bien tratada en su ceja izquierda, mostró de nuevo su quijada de hierro y se fue con el rostro mayormente limpio.
Golovkin volvió a ser el peleador consistente y fuerte de siempre, pero Álvarez pareció tener un mejor plan, supo responder cuando lo necesitó y recibió el beneficio de ser la máxima estrella el boxeo actual. Le faltaba una victoria como ésta y la ha logrado.
Al final, los peleadores que se ofendieron en meses pasados, se dieron un abrazo respetuoso. Imperó el deportivismo tras una pelea a la altura de las expectativas.