‘Narcomantas’ amenazan a guatemaltecos
Una "narcomanta" colocada ayer en el departamento de Petén advirtió a las autoridades guatemaltecas que realizarán ataques a civiles si continúan con la persecución en contra de sus integrantes
GUATEMALA, (EFE). – Una “narcomanta” colocada ayer por supuestos miembros del cartel mexicano de narcotraficantes y sicarios Los Zetas en el departamento de Petén advirtió a las autoridades guatemaltecas que realizarán ataques a civiles si continúan con la persecución en contra de sus integrantes.
“A las autoridades civiles y militares y población en general parenlen (detengan) persecución contra la raza o empezaremos a matar. Vamos a lanzar granadas en discos y centros comerciales en Petén (…) porque esto es territorio ‘Z’ no queremos una guerra contra el Gobierno esto es una advertencia. Z200”, señala el apócrifo instalado frente a un escuela.
El gobernador de Petén, Henry Amézquita, dijo a medios locales que junto a los jefes del Ejército y la Policía Nacional Civil (PNC) de ese departamento han iniciado las investigaciones para determinar el origen de la “narcomanta” y atribuyó las mismas a “grupos que quieren desestabilizar”.
Según Amézquita, las acciones de Los Zetas pueden ser “una represalia” por la captura, el lunes en ese departamento, de un supuesto líder de ese grupo criminal identificado como el guatemalteco Gustavo Colindres.
El ministro de Gobernación, Mauricio López, dijo a periodistas que la captura de Colindres, alias “Rochoy”, se registró en el municipio de Poptún, donde se desempeña como jefe de logística de una célula de Los Zetas.
El pasado 12 de marzo, varias “narcomantas” fueron colocadas por miembros de Los Zetas en transitados bulevares de la capital guatemalteca, en las que manifiestan apoyo a la propuesta del presidente de este país, Otto Pérez Molina, de despenalizar las drogas.
En las “narcomantas”, también firmada por “Zeta 200”, el supuesto jefe de la cédula de ese cartel mexicano que opera en Guatemala, también se expresan a favor de la lucha en contra de las pandillas juveniles conocidas como “maras”, a las que las autoridades responsabilizan de gran parte de los crímenes que a diario se registran en este país.