Cinco claves para entender la escalada de Trump en inmigración

La campaña de reelección de 2020 presiona a Trump a mostrar resultados respecto a su política migratoria

Al presidente Trump le molestan señalamientos de que su discurso es retomado por supremacistas.

Al presidente Trump le molestan señalamientos de que su discurso es retomado por supremacistas. Crédito: Win McNamee | Getty Images

WASHINGTON – El presidente Donald Trump, ha dado señales esta semana de que planea endurecer su política migratoria, con una purga en su equipo y un abanico de posibles nuevas medidas que rozan los límites del derecho nacional e internacional.

Estas son las claves para entender en qué consiste el giro migratorio de Trump y por qué llega ahora, pasado el ecuador de su primer mandato.

1. ¿Qué motiva la escalada migratoria de Trump?

Trump lleva dos años alertando de una supuesta crisis en la frontera, y en febrero incluso declaró una “emergencia nacional” para financiar su muro. Pero hasta ahora, las cifras de indocumentados palidecían comparadas con las de finales del siglo XX y con la oleada de menores y familias que recibió EE.UU. en 2014.

Esa situación ha empezado a cambiar con los datos de llegada de indocumentados a la frontera sur de EEUU en febrero y marzo, que son los más altos para esos meses en 12 años.

Trump se siente legitimado por unas cifras que por fin encajan con su discurso, pero al mismo tiempo esos datos “demuestran que sus políticas de línea dura, diseñadas para disuadir a los inmigrantes, no han funcionado”, explicó a Efe una experta en inmigración del laboratorio de ideas Wilson Center, Rachel Schmidtke.

Con su campaña de reelección en 2020 a toda vela, Trump necesita “que parezca que está haciendo todo lo posible para reducir la inmigración“, agregó Schmidtke.

El propio Trump opinó esta semana que “la frontera va a ser un tema (de campaña) increíble”, y hoy confirmó que se plantea trasladar a indocumentados a “ciudades santuario”, cuyas políticas protegen a esos inmigrantes, para ilustrar su diferencia con la oposición demócrata.

2. ¿Qué medidas está tomando Trump?

El presidente está remodelando su equipo de inmigración, guiado por una aparente frustración con aquellos asesores que le dicen que es ilegal hacer lo que le gustaría para frenar la llegada de indocumentados a la frontera.

La renuncia el domingo de la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, tuvo que ver con la voluntad de Trump de retomar la separación de familias inmigrantes, y el mandatario también se plantea reemplazar al abogado general de ese Departamento.

Además, Trump ha ordenado suspender toda la ayuda exterior a El Salvador, Guatemala y Honduras, debido a su insistencia en que esos países “envían” a propósito a criminales a EE.UU., una acusación que esta semana dirigió también contra Colombia.

3. ¿Qué otras medidas se plantea tomar?

La mayoría de las opciones que baraja la Casa Blanca persiguen un mismo objetivo: disuadir a los indocumentados de solicitar asilo en Estados Unidos.

Bajo la ley de EEUU, quienes entran y piden asilo tienen derecho a una audiencia en un tribunal de inmigración, siempre que superen una primera entrevista para evaluar si tienen un “miedo creíble” de persecución en su lugar de origen.

La Casa Blanca sopesa encargar esa entrevista a agentes de la Patrulla Fronteriza, en lugar de a funcionarios especializados en asilo, con la idea de que eso derivará en menos indocumentados que superen el estándar legal del “miedo creíble”.

El Gobierno también se plantea reducir el número de permisos de trabajo para solicitantes de asilo o hacerles esperar un año para obtenerlos, en vez de los 150 días que se exigen ahora.

Además, Trump ha amenazado con enviar aún más militares a la frontera con México -ya hay unos 6.000-, y el Pentágono estudia utilizarlos para construir campos de detención para indocumentados, según NBC News.

4. ¿Volverá Trump a separar las familias de indocumentados?

Trump negó esta semana que esté pensando en reanudar esa polémica práctica, que antes de ser frenada en junio por un juez resultó en la separación a cientos de niños de sus padres, como consecuencia de la política de procesar criminalmente a los adultos indocumentados.

Pero, según informaciones de prensa, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) aún se plantea impulsar una medida llamada “elección binaria”.

Esa política obligaría a elegir a los indocumentados entre aceptar voluntariamente ser alejados de los niños, o consentir que se encierre indefinidamente a los menores con ellos.

Optar por esa segunda opción implicaría consentir que se prive a los niños de su derecho legal a no ser detenidos durante más de 20 días, garantizado en el llamado “Acuerdo Flores” de 1997 en EE.UU.

La Casa Blanca lleva meses estudiando esa medida sin llegar a implementarla, lo que apunta a que podría preferir otra vía.

La alternativa podría estar en una medida que la Casa Blanca ya tiene redactada y que modificaría el “acuerdo Flores” por la vía ejecutiva, para permitir que se detenga a los menores junto a sus familiares hasta que se resuelvan sus casos de asilo.

5. ¿Saldrán adelante estas medidas?

Esta semana, un juez de San Francisco (California) paralizó la que hasta ahora había sido la mayor embestida de Trump al proceso de asilo: su práctica de enviar a México a los indocumentados para que esperen allí su audiencia migratoria.

Esa decisión recordó a Trump los límites legales de sus políticas migratorias, y cualquier intento de modificar el “acuerdo Flores” o separar de nuevo a las familias podría acabar en los tribunales.

“El asilo es un derecho reconocido internacionalmente, y Estados Unidos tiene sus propias leyes sobre asilo y protección de menores. Las políticas diseñadas para sortearlas podrían fracasar en las cortes”, resumió Schmidtke.

Aun así, Trump no ha perdido todas las batallas judiciales: el pasado junio el Tribunal Supremo le permitió mantener en pie la tercera versión de su polémico veto migratorio a los ciudadanos de varios países, casi todos de mayoría musulmana.

El éxito de Trump a la hora de colocar a jueces conservadores en tribunales federales del país, incluido el Supremo, puede convertirse en la mejor baza de su misión migratoria.

Por Lucía Leal


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