Su padre fue deportado. Tras graduarse, esta joven cruzó el puente a México para abrazarlo
Su padre fue deportado cuando ella tenía tan solo cuatro años
Una joven recién licenciada de la escuela secundaria acudió este fin de semana en Texas a abrazar a su padre, aún vestida con su toga de graduación, al puente internacional que separa Estados Unidos de México.
El hombre fue deportado cuando su hija tenía cuatro años. La madre, Luis Ruiz, y la niña, Sarai Ruiz, decidieron entonces trasladarse desde Wisconsin, donde vivía la familia, a Nuevo Laredo, en México pero junto a la frontera con Texas, para poder seguir junto al hombre, según explicó al diario The Laredo Morning Times.
Cada día, la joven, de nacionalidad estadounidense, cruzaba la barrera para estudiar en la escuela secundaria Hector J. Garcia. El pasado viernes, finalmente se graduó, y publicó un emotivo mensaje en la red social Facebook.
“He intentado con todas mis fuerzas no llorar cuando saludábamos a nuestros padres, sabiendo que sólo mi madre estaría allí”, escribió la joven en inglés, “sabía que mi padre nunca me vería desfilar para recoger mi diploma, pero pensé en sorprenderle cruzando el puente para que me pudiera vez con la toga y el birrete de graduación”.
“Tengo que decir que toda mi vida me he preguntado si mi padre me vería cuando me graduara”, añadió la joven, “empezó no viéndole el Día del Padre, luego siguió con una espiral de emociones negativas al poder verle sólo una vez al año… y luego las cosas cambiaron cuando me mudé a Nuevo Laredo”.
“Hoy puedo decir que, aunque hayamos perdido tiempo juntos como padre e hija, siempre le estaré agradecida por su sacrificio, por poner en riesgo su vida muchas veces sólo por verme de nuevo”, concluyó, añadiendo en español: “Gracias por todo papá”.
La joven planea ahora estudiar Psicología y Gobierno en la universidad de Texas en Austin. “Sé que será difícil para mis padres que me vaya a otra ciudad, pero mi madre dice que debo perseguir mis sueños y que ellos me apoyarán en todo lo que haga”, explicó al citado diario.
Hace dos semanas, otra joven, Erica Alfaro, recién graduada en la Universidad estatal de San Diego (California), posó con su toga y birrete, junto a sus padres, en un campo de fresas en Carlsbad (California), uno de los lugares donde ellos trabajan 10 horas al día, siete días a la semana, para pagarle su educación.
Por Bruno G. Gallo