Filtración de inteligencia
La discusión sobre las filtraciones de inteligencia a la prensa debate el equilibrio que debe haber entre el derecho a la información del ciudadano y la necesidad de mantener en secreto cuestiones relacionadas a la seguridad nacional. Y este caso es un ejemplo excelente para analizar.
Un reporte reciente del The New York Times reveló la autorización de la Casa Blanca a una acción de sabotaje cibernético al proyecto nuclear iraní y al programa de uso de aviones drones, de control remoto, para combatir el terrorismo. En el artículo hasta se llega a mostrar al presidente Obama seleccionando personalmente la persona/blanco de los ataques.
Hay muchos motivos en Washington para hacer una filtración de información reservada, un hecho que se registra en cada Administración. Hay razones políticas, como sondear la reacción ante una idea, avanzar una agenda o hacer quedar bien o mal a otra persona; como de información, dar a conocer el funcionamiento del Gobierno que todos elegimos.
Creemos que el artículo del Times cae en la segunda categoría. El uso de computadoras y drones es nueva parte importante en la estrategia encubierta estadounidense. Y en el caso de los aviones, controvertido por las bajas civiles que causa. Estos son cambios que deben ser conocidos y merecen ser debatidos. Como, por ejemplo, si es correcto que una sola persona -el presidente de Estados Unidos- tenga la autoridad para decidir a quién debe matar la próxima misión del drone.
Hay otras cosas que se saben, como la información de un doble agente que infiltró a Al Qaeda en Yemen, que sí tienen un efecto muy dañino a los protagonistas y al futuro de acciones similares.
Las filtraciones de inteligencia son un delito muy serio con un castigo apropiado y es natural que se lance una investigación para ver de dónde surgieron. Para algunos es equivalente a traición; sin embargo, a lo largo de la historia se ha demostrado que es una herramienta útil de información para los ciudadanos ante la obsesión del secreto de los gobiernos.