Casos de lavado de dinero del narco son críticos
Cuando se trata de arrestar a narcotraficantes y desmantelar un red de crimen organizado, es algo rara —y difícil de procesar— una investigación en contra de una operación de caballos de carrera en Estados Unidos que supuestamente lava dinero para uno de los más poderosos cárteles de narcotráfico en México.
narcotráfico en México.
A diferencia de la mayoría de los arrestos relacionados con narcotráfico, la columna vertebral de los casos más sofisticados de lavado de dinero es un sendero de papel complicado de seguir —con montones de registros bancarios, fiscales y de propiedad— cuyo rastreo normalmente tarda años. Pero golpear a la delincuencia organizada donde más le duele —el flujo de dinero— es la forma más efectiva para acabar con las redes criminales, dicen los investigadores.
“El dinero es mucho más valioso para el traficante que las mismas drogas”, dijo John Kirby, un ex fiscal federal en San Diego que trabajó en casos de lavado de dinero en contra del cártel de los Arellano Félix, entre otros. “Si uno quiere perjudicar a estas personas, esa es la manera de hacerlo, porque ese es el producto final. Eso es lo que realmente quieren. Y si uno puede intentar quitárselo, eso es un golpe de verdad”.
Durante 10 años en la fiscalía federal, Kirby dijo que enjuició a cientos de narcotraficantes. “Tuve ocho buenos casos de lavado de dinero. Estos son difíciles”.
Perseguir el flujo de dinero del crimen organizado no es una táctica nueva. Las mismas leyes contra organizaciones criminales que se utilizan contra los cárteles mexicanos actualmente, son las que se usaban en contra de la mafia en la década de 1970. El lavado de dinero fue tipificado como un delito federal con una pena máxima de 20 años por cada cargo en 1986, en la medida que las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley reconocieron que incautar las drogas no era suficiente para detener a los traficantes.
En este caso, los agentes federales hicieron redadas el martes en un haras en Oklahoma, un hipódromo en Nuevo México y algunos sitios en Texas debido a que, supuestamente, el hermano de un líder del cártel de los Zetas usaba la operación de crianza de caballos para lavar dinero. Se invirtieron millones de dólares en la operación, que compró, entrenó, crió y corrió caballos de cuarto de milla por el suroeste estadounidense, según los cargos.
Ocho personas fueron arrestadas, incluyendo a José Treviño Morales y su esposa en Oklahoma. Dos de sus hermanos y otros cuatro sospechosos siguen prófugos.
“Ese caso será un modelo, un plano que servirá durante largo tiempo de cómo necesitamos atacar estas técnicas criminales del siglo XXI”, dijo Douglas Leff, que fue jefe de la unidad de Decomiso de Activos y Lavado de Dinero del FBI antes de volver recientemente a Nueva York. El espera que haya más casos debido a una ley mexicana de 2010 que dificulta el depósito de dólares en cuentas de ese lado de la frontera. Lo que significa que los cárteles harán más lavado de dinero en Estados Unidos, agregó.
“Si podemos seguir el dinero con éxito, será la avenida que nos lleve a lo más alto de la cadena alimenticia en lugar de llegar a alguien de nivel medio”, dijo Leff, que invirtió algo de tiempo en el caso desde el cuartel general de la agencia.
La investigación sobre el negocio de caballos empezó en enero de 2010 con datos proporcionados por un informante en México de que dos Treviño en la cúpula de la organización de Los Zetas eran los verdaderos compradores detrás de dos caballos de cuarto de milla vendidos en más de 1,1 millones de dólares en una subasta en Oklahoma City, según registros de la corte. El Servicio de Rentas Internas (IRS) tenía su propia investigación sobre José Treviño, y los investigadores se fusionaron en febrero de 2011.
Normalmente, el efectivo es contrabandeado de vuelta a México y entra en el mercado cambiario para una primera lavada. Entonces, los hermanos Treviño reclutaban empresarios mexicanos para enviar pagos o hacer cheques por los caballos comprados en Estados Unidos para que las transacciones parecieran legítimas.
Ellos les reembolsaban el dinero en efectivo. En otras ocasiones, trabajadores de Los Zetas que distribuyen cocaína en Dallas le daban efectivo directamente a José Treviño —al menos una vez en un Wal-Mart a las afueras de Dallas— recortando el viaje de vuelta a México, según los registros de la corte.
Esta serie reciente de casos no es señal de un cambio de táctica, sino más bien el arco natural de complejas investigaciones criminales que se inician por incautar un cargamento de cocaína en una carretera en Texas o bien recibir información de algún banco.
“Si podemos descubrir la forma en que se mueve el dinero en realidad y eliminar una fuente importante de recursos, los lastimamos”, dijo Leff. “Eso paraliza los mismos cárteles”.