Salvadoreño con TPS y visa U, obtiene residencia de EEUU
Dos arrestos en su historial complicaron al proceso, pero al final pudo probar que merecía ser residente
Leonel Duarte Navas, un salvadoreño que estuvo por años amparado con el Estatus de Protección Temporal (TPS), y posteriormente con una visa U tras ser víctima de un atraco, recibió la residencia permanente de los Estados Unidos.
Se trata de un caso que aparentemente se ve fácil, pero no lo fue, porque Leonel tenía en sus antecedentes, dos arrestos que hicieron que su proceso de residencia se tomara más tiempo. Sin embargo, la espera valió la pena ya que la mañana del 13 de enero fue sorprendido por su abogada Mitzi Cárdenas con su tarjeta de residencia.
“Estoy muy feliz. Ahora podré ser dueño de mi propio negocio”, dice Leonel de 54 años de edad.
La historia como inmigrante de Leonel comenzó a finales de la década de los años 80 cuando emigró al país. Aquí en Los Ángeles se casó y tuvo cuatro hijos que hoy tienen 24, 22, 16 y 14 años.
“No recuerdo si fue el año 2000 o el 2001 cuando recibí el TPS”, dice Leonel. De lo que sí está seguro es de que estuvo protegido 18 años por este programa.
Un evento inesperado que pudo costarle la vida, lo ayudaría más tarde a cambiar de estatus.
Fue una noche del año 2003, cuando al regresar de su trabajo y mientras bajaba de su auto en el este de Los Ángeles, un hombre lo atacó y le robó su vehículo.
“No me lesionó, solo me corté un dedo en el forcejeo cuando yo me defendí en un momento de desesperación para salvarme. Días más tarde, la policía recuperó el vehículo. Solo me robaron las herramientas de trabajo”, dice.
Leonel se dedicaba a trabajar en diversas áreas de mantenimiento. En la actualidad, es el encargado de mantenimiento de una Iglesia Cristiana en Los Ángeles.
No fue sino hasta nueve años después de la agresión cuando supo que por medio del asalto a mano armada que sufrió, podía calificar para recibir una visa U, lo que podía abrirle un camino para la residencia.
“En Carecen, me ayudaron a solicitar la visa U en el año 2012. Como al año y medio, en el 2014, me la dieron por cuatro años, con una extensión de un año”, comenta.
Dos años antes del vencimiento de dicha visa, decidió ir a ver al abogado en migración, Eric Price porque el defensor que lo había ayudado en Carecen ya no estaba trabajando para esa organización no lucrativa.
La oficina de Price lo ayudó con los trámites para su residencia.
Pero no fue tan fácil como se podría esperar para alguien que ya tiene una visa U, un alivio que el gobierno entrega a quienes son víctimas de un crimen serio y colaboran con la policía.
Le permite al beneficiario, obtener un permiso de trabajo y ser protegido de una deportación.
Un caso difícil
La abogada Mitzi Cárdenas de la firma legal de Eric Price dice que el proceso de residencia no fue fácil porque el salvadoreño tenía dos arrestos en su pasado que databan de los años 1988 y 2000.
“La visa U te perdona todo, pero la residencia es otra cosa. Ahí te investigan más”, dice.
“Nosotros sabíamos que esos antecedentes iban a ser problema, pero lo que ayudó a Leonel fue que no recibió condenas por ninguno de esos arrestos”, precisa.
Además, observa, que se esforzaron por demostrar a migración el lado positivo de la historia de Leonel.
“Lleva más de 30 años en el país, tiene cuatro hijos nacidos aquí, siempre ha pagado impuestos. Al final, su conducta moral y el que nunca lo hubieran condenado, nos ayudaron para probar que merecía la residencia”, indica la abogada Cárdenas.
Leonel dice que sus problemas con la ley se dieron porque trató de defenderse en una agresión previa que sufrió a los pocos años de haber llegado al país.
“Cuando yo vine a ver a los abogados, tuve que regresar a la Corte y obtener los documentos que probaban que las acusaciones en mi contra, fueron desechadas”, observa.
La abogada Cardenas menciona que fue un caso difícil, pero valía la pena intentarlo.
“Es importante que en este tipo de situaciones cuando hay antecedentes, el inmigrante busque un abogado con experiencia”, aconseja.
Y recuerda a quienes tienen la visa U, que antes de los tres años del vencimiento deben solicitar la residencia o pedir una extensión. “De otro modo, si dejan que se les expire la visa U, tendrán que empezar de nuevo el proceso desde solicitar la certificación policiaca de sus casos”, indica.
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Fe y esperanza
Leonel dice que él siempre tuvo fe y confianza en lograr su residencia. “Agarrado de la mano de Dios y cooperando con los abogados con toda la documentación que me pedían, siempre espere lo mejor”, agrega.
Ahora su mayor anhelo es abrir su propio establecimiento de compra y venta de grúas y otros vehículos.
Además le gustaría viajar a El Salvador para reunirse con su familia a la que no ha visto durante 33 años.