Big Ben resuena por los Juegos Olímpicos (videos y fotos)
Sus campanas sonaron por 3 minutos, suceso que no ocurría desde 1952 cuando murió e rey Jorge VI.
Londres (EFE).- El Big Ben hizo sonar hoy sus campanadas de forma ininterrumpida durante tres minutos con motivo del inicio, hoy, de los esperados Juegos Olímpicos de Londres.
Al alegre sonido emitido desde la majestuosa torre del reloj de las Casas del Parlamento de Londres se unieron, a las 7.12 horas, las campanas de cientos de iglesias y otros edificios de todo el país para marcar el arranque de los Juegos.
Las campanas del Big Ben repicaron 40 veces durante tres minutos sin parar tras haber obtenido un permiso especial del Palacio de Westminster.
Según los medios británicos, el Big Ben no hacía sonar sus campanadas fuera de su rutina habitual desde el 15 de febrero de 1952, cuando lo hizo con motivo del funeral del rey Jorge VI.
Además del emblemático reloj londinense, uno de los puntos más visitados anualmente en la capital británica, también se escucharon campanas de bienvenida a los Juegos Olímpicos, a esa misma hora, en la Asamblea Nacional de Gales, en el castillo de Stormont, sede del Parlamento norirlandés y en el Parlamento escocés.
Cuando tan solo quedan horas para que comience la esperada cita, la antorcha olímpica realizará su último tramo antes de la ceremonia de inauguración de los JJOO, diseñada por el cineasta británico Daniel Boyle, que arrancará de forma oficial a las 20.00 horas.
El fuego de Olimpia recorrerá un tramo por el río Támesis, a bordo del Gloriana, el navío de remos que ya encabezó el espectacular desfile fluvial que se celebró el pasado junio con motivo de la celebración de los 60 años en el trono de la reina Isabel II.
Tras 70 días, la antorcha llegó a Londres anoche a bordo de un helicóptero de las Fuerzas Armadas británicas, que la trasladó hasta la histórica Torre de Londres, a orillas del río Támesis.
LONDRES (AP/EFE).- Una ciudad cosmopolita que no necesita presentación, pero que tiene la tarea de levantar el ánimo nacional y mundial en medio de una dolorosa recesión económica, inaugura hoy los Juegos Olímpicos de 2012 con una ceremonia que se avizora espectacular.
Pese a las expectativas de una fiesta maravillosa, Londres tiene un desafío mayor: que la ceremonia sea tan memorable como la realizada hace cuatro años en un Beijing dispuesto al derroche, y en un mundo que tenía entonces menos preocupaciones económicas y que quedó asombrado.
Londres, con los nervios de punta
La capital británica se distinguirá y, como ha ocurrido a lo largo de los siglos, hará algo distinto. En Beijing, la inauguración incluyó a 2,008 personas que tocaron los tambores en referencia al año en que se realizaron aquellos Juegos.
Destacó también el encargado de encender el pebetero, quien pareció flotar por encima del estadio conocido como el “Nido de Pájaro”.
Londres exhibirá 70 ovejas, 12 caballos, 10 pollos y nueve gansos “seleccionados por el cineasta galardonado con el Óscar, Danny Boyle, además de la friolera de 10 mil personas, entre actores, bailarines y trabajadores, para desplegar una visión dinámica, humorística y vibrante de lo que se considera típicamente británico, así como de la historia y futuro del país, frente a un público que seguramente llegará a mil millones de televidentes.
La capital británica no es la misma ciudad de hace siete años, cuando le fue otorgada la sede de los juegos. Su serenidad y confianza han quedado estremecidas por los disturbios del año pasado y por los atentados terroristas que mataron a 56 personas apenas un día después de que su candidatura olímpica resultó triunfadora sobre la de París, en 2005.
En Londres, los Juegos Olímpicos encuentran una metrópolis extensa y de inmenso valor histórico, que vive y respira el deporte, y que tiene quizás una población más globalizada y diversa que cualquier otra ciudad del planeta, pero que aún goza y necesita la atención que generan los Juegos para garantizar su futuro como una de las capitales mundiales.
Para reflejar el significado de Gran Bretaña, incluso con algunos de sus defectos, Boyle recurrió a todo: desde William Shakespeare hasta la cultura pop, la literatura, la música y las fuentes de inspiración que no sólo seducirán a los “anglófilos”, sino a la gente de cualquier país.
Un segmento involucra al actor Daniel Craig como James Bond, mientras que el exBeatle Paul McCartney cantará e invitará al público a que se le una con su voz. El espectáculo “Islas de Maravilla”, de Boyle, celebrará las tierras verdes y apacibles de pastizales, granjas, cabañas, juegos de cricket y cantos de aves. Pero también el pasado industrial del país, más oscuro.
Este enfoque no constituye una sorpresa en un cineasta que ha mostrado la imagen de los adictos escoceses a la heroína en Trainspotting o de los indios pobres en Slumdog Millionaire.
Además de los miles de atletas y participantes en el espectáculo, unos 60 mil espectadores llenarán el Estadio Olímpico. Líderes políticos de todo el mundo, la realeza europea y numerosas celebridades estarán ahí.
Sin tener nada que ver en la fiesta, la colombiana Mónica González se invitó igual y, envuelta por una música contagiosa, empezó a mover sus caderas con una técnica artesanal.
Lo que otrora era un acto formal, el izamiento de las banderas en la Villa Olímpica se convirtió en Londres en un espectáculo circense, musical y teatral del que de a poco van tomando parte todas las delegaciones.
Colombia ya había alzado su bandera y González, que llegó en la noche del miércoles, atraída por la música se sumó como espectadora a los izamientos de ayer y del que tomaron parte Argentina, Cuba, Ecuador y Paraguay, entre otros países.
“Estoy tratando de entender de qué se trata la obra”, dijo la atleta de 29 años, quien en sus terceros Juegos Olímpicos participará en los 200 metros.
“Pasaba cerca, escuché música y todo ese ruido y me paré”, agregó la colombiana, mientras acompañaba con un movimiento suave de su cuerpo una música de rock electrónico.
“Me gustan el rock, la salsa y el merengue; me gusta toda la música”.
Salvo algún muy breve discurso de bienvenida, la ceremonia está a cargo de un grupo de jóvenes actores disfrazados de payasos que simularon un circo en el que bailaban y cantaban entre las delegaciones, en este caso en un día en el que el sol asaba las cabezas.
Tras eso, le abrieron paso a su “reina”, que ingresó en una carroza, mientras algunos “soldados” con zancos trataban de clavar sus cabezas en el cielo.
Entonces, la reina da un discurso a sus “súbditos”, en el que les explica que no importa que hayan ganado o no, y de inmediato empieza a sonar una versión de We Are the Champions (“Somos los campeones”) del grupo de rock Queen, y muchos en las delegaciones se ponen a cantar o a bailar.
Una buena motivación para el luchador cubano Gustavo Balart.
“Quieren hacernos creer que todos somos campeones, pero no es así. Un campeón se lleva la medalla a su país y yo a eso vine”, agregó el cubano, quien al término de la ceremonia se puso en pose de luchador y se sacó fotos con los actores.
Por no haber llegado, o bien porque están en entrenando, no hubo grandes figuras en los actos de ayer, en el que por ejemplo estuvieron ausentes el cubano Dayron Robles, campeón olímpico en los 110 metros con vallas; y los argentinos Manu Ginóbili (basquetbol) y Juan Martín del Potro (tenis).
Las probabilidades de que llueva sobre Londres hoy, al inicio de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, a las 12.00 p.m., son del 40 por ciento, aunque irán disminuyendo con el paso de las horas, según la Oficina británica de Meteorología.
La ola de calor que ha azotado partes del Reino Unido durante los últimos días llegará a su fin y podría dar paso a un tiempo más inestable, con riesgo moderado de chubascos para hoy.
Después de soportar esta semana temperaturas de hasta 30 grados centígrados, la capital británica mira ahora al cielo por temor a la llegada de nubarrones que podrían empañar la ceremonia diseñada por el cineasta británico Daniel Boyle.
Según la Oficina de Meteorología, el riesgo de lluvia a las 10:00 a.m. dos horas antes del inicio de la ceremonia, es del 40%, aunque las probabilidades se reducen al 20%, una hora después del comienzo del evento, que durará alrededor de tres horas y media.
Los expertos prevén además un viento de 9.66 kilómetros por hora durante la ceremonia.