Turistas siguen la ‘Ruta del Vino’ en Baja Califonia

La región se proyecta como la nueva 'Toscana'

Cava de quesos en la Ruta del Vino, en el Valle de Guadalupe, la única  de este tipo en Latinoamérica.

Cava de quesos en la Ruta del Vino, en el Valle de Guadalupe, la única de este tipo en Latinoamérica. Crédito: Suministrada

En tan sólo una década, una amplia región al norte de Baja California, donde se produce un 90% del vino de México, ha logrado colocarse como la “nueva Toscana”, en Latinoamérica.

Hay quienes, incluso, han comenzado a llamar al Valle de Guadalupe, en el Municipio de Ensenada, como “el nuevo Valle de Napa”, la zona vinícola por excelencia, en California.

Y es que aún cuando su producción es apenas de alrededor de 2 millones de cajas por año, ésta ha crecido rápidamente en la última década y el vino mexicano se encuentra ya en 38 países y varias de sus vinateras han ganado premios internacionales.

En el año 2000, el gobierno de Baja California generó el concepto turístico que hoy se conoce como la Ruta del Vino, la cual conecta a la ciudad de Tecate, al norte, con Ensenada, al sur, pasando por los valles de Guadalupe, San Antonio de las Minas, Santo Tomas, San Vicente y el Valle de Ojos Negros, donde se pueden explorar más de 50 bodegas.

La creciente popularidad del área ha aumentado la cantidad de hostales y sitios de alojamiento disponibles en la región. La Bruma, por ejemplo, es un proyecto de alto nivel que incluirá un hotel boutique, una bodega de vinos por Hugo d’Acosta, cuatro variedades de viñedos, un centro cultural y mucho más. El proyecto, que debe estar terminado en unos tres o cuatro años, es un paso más hacia la transformación del Valle de Guadalupe en el tipo de región en la que se ha convertido Napa.

El concepto del vino está íntimamente relacionado con la historia de Baja California, por la época de las misiones en la península, dominicos franciscanos y jesuitas, en su costumbre traían el cultivo de la uva, la cual se siguió dando en alrededores de Tijuana, Ensenada y Tecate.

En la Ruta del Vino se ofrece al visitante una amplia gama de atractivos y servicios que van desde las más pequeñas vitivinícolas familiares hasta los productores a gran escala; pequeños restaurantes campestres hasta la más fina mesa, así como sitios para acampar, balnearios, centros artesanales, museos comunitarios, un sitio misional, hoteles tipo Bed & Breakfast, boutiques de Vinos, galerías de arte, cultura indígena y sitios naturales.

Este proyecto es la mayor apuesta del gobierno del estado para activar la industria turística de la cual dependen casi 109 mil empleos para los bajacalifornianos y representa un 11.48% del Producto Interno Bruto (PIB) de Baja California, explica el secretario de turismo el estado, Juan Tintos.

En los últimos años el sector se ha visto afectado por diversos factores como la crisis económica nacional e internacional, así como la percepción negativa de extranjeros hacia México, señala Tintos.

Para revertir este impacto, el gobierno del Estado ha invertido en calles y carreteras; capacitación a la gente de la región que trabaja en la industria turística para que atiendan bien a los visitantes.

En 2010 y 2011 se detuvo la caída del turismo y en 2012 se registró la mejor Semana Santa Vacacional de los últimos cinco años con un incremento en la ocupación hotelera del 30% en Ensenada.

En marzo se inaugura en Tijuana el Centro Metropolitano de Convenciones y se invirtieron 46 millones de pesos (3.5 millones de dólares) en la construcción del primer museo del vino que será inugurado en las próximas semanas.

“La idea es llevar un enfoque integral atendiendo aspectos de planeación, uso del agua, carreteras, equipamiento con áreas publicas y el área de difusión y promoción con recorridos y paquetes”, dice Tintos.

El año pasado 729 mil personas visitaron la Ruta del Vino, la cual fue reconocida a nivel nacional como “la mejor ruta turística de México”.

“El turismo que estamos buscando en primer lugar es el de California”, dice Tintos. Una encuesta realizada el año pasado mostró que los hispanos veían a Baja California como un lugar seguro para visitar, pero querían saben más sobre lo que este destino tiene para ofrecerles.

Sin embargo, hasta ahora la gran mayoría de turismo que llega a la Ruta del Vino es nacional, por lo que el reto es atraer visitantes de Estados Unidos, China y Japón.

Hasta el momento, para 2012 se tienen programados 80 eventos en esta región que van desde degustaciones y catas de vino hasta conciertos de artistas a la orilla de la playa de Ensenada o en los alrededores de los viñedos.

Uno de los más importantes, La Vendimia, la fiesta anual de cosecha de las uvas, se lleva a cabo durante las dos primeras semanas de agosto y todos los años produce un lleno completo de las habitaciones disponibles en Ensenada y el Valle de Guadalupe, de acuerdo con la Asociación de Hoteles de Baja California.

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