Convocatoria que finaliza coubicación de escuelas chárter causa estrés en las familias en momentos de crisis
La semana pasada recibí la noticia de que Maestros Unidos de Los Ángeles (UTLA) enviaron una carta a los líderes del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, (LAUSD) solicitándoles terminar la coubicación de las escuelas chárter en las instalaciones de las escuelas públicas.
Para quienes enviamos a nuestros hijos a las escuelas públicas chárter la noticia no podría haber llegado en un peor momento, pues es la única constante en nuestras vidas durante esta situación de gran incertidumbre para tantas familias. El coronavirus está afectándonos de tantas formas que solo pensar en agregar una preocupación más a las controversias actuales a través de UTLA es inimaginable ahora.
Los cierres escolares han sido difíciles para mis hijos. Ellos extrañan el poder compartir con sus amigos y maestros, a pesar de que sus escuelas están ofreciendo clases en línea. Además, vivir en un apartamento alquilado pequeño es difícil para los niños. Las escuelas ofrecen actividades y ayudan con la comida y la cena, sin embargo, como están las cosas en la actualidad, planear la siguiente comida es un reto. Nuestra hija mayor también dejó el lugar que alquilaba en el norte de California y se regresó a casa durante la pandemia.
Los factores estresantes financieros son importantes. Durante los últimos 11 años, mi esposo y yo hemos sido dueños de una pequeña tienda de suministros para fiestas pequeñas sobre Whittier Blvd. en el Este de Los Ángeles; el cual ha mantenido a nuestra familia, nos ha permitido enviar a nuestra hija mayor a la universidad y apoyar su sueño de asistir a la Escuela de Leyes UC Hastings en San Francisco. Mientras fue estudiante del LAUSD; ella asistió a una escuela chárter local, a la cual atribuimos su éxito académico. Nuestros dos hijos menores están siguiendo sus pasos de proseguir con sus estudios superiores y actualmente asisten a Esperanza College Prep, una escuela chárter coubicada en el campus Hilda Solis Learning Academy.
Hasta hace poco, todo parecía ir como lo habíamos planeado, más, sin embargo, nadie hubiera podido predecir que nuestras vidas cambiarían tan drásticamente de un día para otro como resultado de una pandemia mundial.
El reciente anuncio del gobernador exigiendo el cierre de todos los negocios no esenciales sugería la obligación de cerrar nuestra tienda. Las fiestas de cumpleaños, bodas y quinceañeras programadas para marzo y abril, todos los eventos destinados a reunir a la familia, los amigos y las comunidades habían sido cancelados. No habría más alquileres de artículos para fiestas y, por lo tanto, ninguna venta.
Mientras tanto, tenemos contratos de alquiler y arrendamientos que debemos honrar mientras perdemos nuestra principal fuente de ingresos. Además, y como una inmigrante con una solicitud de ciudadanía permanente, estoy preocupada de si solicito al gobierno ayuda durante este tiempo de necesidad podría afectar mi capacidad para el proceso de naturalización, así que es mejor esperar.
Estamos haciendo lo posible con lo que mejor sabemos hacer, estar juntos para ayudarnos unos a otros. Le ayudo a mi prima, una madre soltera, cuidando a su hijo pequeño mientras ella trabaja y nos ayuda. También cuido a mi madre de 73 años que vive sola. Nuestras vidas han dado un giro completo debido al COVID-19.
Con el pensamiento y los esfuerzos enfocados en nuestras necesidades inmediatas, un debate sobre las escuelas coubicadas y una moratoria parece fuera de lugar en vista de los grandes temas que enfrentamos, la pérdida de un empleo y/o casa, o quizá peor, la posible pérdida de un ser querido.
Por otra parte, cuando pienso en todo el trabajo que ha llevado el éxito de esta escuela pública chárter, no tengo palabras para expresar cómo me sentiría si la escuela fuera retirada de su ubicación actual. Sería devastador para mí y para todos los padres que dependemos de la institución y su riguroso plan de estudios, indispensable para que nuestros hijos obtengan un sólido programa de preparación para la universidad, el cual necesitan para lograr sus metas. El cerrar la escuela sería igual que cortarles las alas a nuestros hijos y no permitirles aprender a volar.
Si UTLA actúa con sus demandas inoportunas e insensibles, en este momento de crisis, tendrá como consecuencia mayor estrés e impacto en las familias como la mía que estamos tratando de satisfacer nuestras necesidades básicas. En lugar de exigir los cierres por capricho, la UTLA podría utilizar el tiempo en construir puentes y otras oportunidades para apoyar a todas las familias.
Isabel Pulido es madre de dos estudiantes que asisten a Esperanza College Prep en el Este de Los Ángeles y de una estudiante de leyes de Escuela de Leyes UC Hastings de San Francisco. Ella es propietaria de una pequeña empresa y es inmigrante de Guadalajara, Jalisco, México.