Copas menstruales: ¿son confiables para tu salud?

La copa menstrual es una alternativa a los tampones que muchas mujeres han adoptado en los últimos años, pero que otras aún miran con sospecha dado que no confían en su efectividad. En los siguientes apartados nos dedicaremos a abordar la auténtica utilidad de la copa menstrual respecto al sangrado de la menstruación.

¿Cómo usar la copa menstrual?

Según un artículo de la BBC, lo más importante es encontrar la copa menstrual que mejor se adapte a nuestro cuerpo, lo que no debería ser problemático dada la diversidad de marcas de copas menstruales en el mercado. Sin embargo, también es importante mencionar que el tamaño de la copa menstrual no tiene nada que ver con el tamaño del flujo.

Dobla la copa e introdúcela en el interior de la vagina, habiéndote cerciorado de que ella está limpia y seca. Cuando esté ubicada, la copa se desplegará en tu interior, creando un sello de succión contra el sangrado característico de la menstruación.

Para quitar la copa menstrual, solo tienes que apretar la parte inferior de la copa para retirarla. Vacía su contenido, y enjuaga o limpia la copa con agua. Entre usos, lo más recomendado es que la esterilices a manera de prevenir toda posible infección.

Ventajas del uso de la copa menstrual

Uno de los principales beneficios asociados a la copa menstrual es que es reutilizable, lo que la diferencia respecto a los tampones, que no deberían ser reusados después de 1 uso. La copa menstrual puede ser esterilizada y limpiada para poder usarla muchas veces.

Por otro lado, las copas menstruales recogen más sangre que los tampones y las toallas sanitarias, lo que las hace más efectivas contra la menstruación.

Por último, como es reutilizable, la copa menstrual representa un ahorro económico para tu bolsillo a diferencia de los tampones, que deben ser adquiridos de manera continua dado que son desechables.

Como vemos acá, la copa menstrual  es útil para abordar y contener la menstruación, por lo que es una alternativa confiable y cómoda que, en teoría, no son perjudiciales para tu estado de salud.