Presta atención a cómo preparas tus verduras, podrías estar ganando unos kilos de más
Es cierto que algunas verduras son más calóricas que otras, pero aún es más importante el cómo las preparas para consumirlas
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La fibra contenida en la verdura es un alimento fundamental para la microbiota intestinal Crédito: Shutterstock
Las verduras deben ser un grupo de alimentos presente en la mayoría de tus comidas. Las espinacas en su tortilla, las verduras crudas con salsa en el almuerzo y el brócoli asado en la cena son algunos ejemplos de formas fáciles en las que las verduras pueden ser parte de cada plato. Nos aportan proteínas, vitaminas y minerales esenciales para el cuerpo, así que conviene tenerlas cerca.
Si bien estas preparaciones crudas y ligeramente cocidas mantienen muchos de los nutrientes importantes que se encuentran en las verduras, este no es el caso de muchas otras recetas y refrigerios centrados en ellas.
El aceite, la sal, el azúcar, el queso y el empanado son solo algunos de los ingredientes comúnmente utilizados para potenciar el sabor y la textura de las recetas de verduras, convirtiéndolas a menudo en platos ricos en calorías. De hecho, estas características pueden hacer que su verdura favorita sea mucho menos saludable y podría estar provocando kilos no deseados.
Verduras en tempura
Las verduras son muy sanas y muy ligeras sí, pero si están rebozadas, pues no tanto. De hecho, las verduras en tempura pueden aportarnos unas 200 calorías y un alto porcentaje de grasa.
Chips vegetales
Los chips de verduras se han puesto de moda y parecen lo “más” entre el picoteo saludable, pero no es así. Lo primero que debemos tener en cuenta es que son verduras fritas, cosa que no es la opción más ligera. Una porción de chips vegetales tiene más grasas saturadas y calorías que una de patatas fritas.
Además, contienen conservantes, aditivos y, al ser verduras deshidratadas, han perdido la mayoría de sus vitaminas y minerales.
Ensaladas light
No todas las ensaladas son ligeras. Si a una ensalada le añadimos pollo rebozado, cebolla frita, salsa, aceitunas, maíz, etc., será ensalada, sí, llevará lechuga, también, pero no será poco calórica.
Salsas vegetales
También se han puesto de moda las salsas de vegetales y hortalizas para untar en pan. Sin embargo, estas salsas no difieren mucho en calorías y grasas saturadas de la mayonesa envasada, por ejemplo.
Pisto envasado
El pisto es una combinación de verduras en la que pueden variar los ingredientes y en la que la salsa de tomate suele ser la protagonista. Si hacemos nuestro propio pisto con el tomate casero, las calorías no suponen un gran problema, pero si recurrimos al pisto elaborado y envasado, debemos saber que no es la opción más “sana” ni menos calórica, ya que el tomate suele tener colorantes, conservantes y aditivos que también añaden calorías innecesarias a las verduras.
Pastel de zanahoria
Las zanahorias ralladas se ven eclipsadas por los ingredientes menos saludables del pastel de zanahoria. Otra fuente de vitamina C y hierro, las zanahorias también contienen luteína, un antioxidante que puede ayudar a la salud ocular. Sin embargo, una vez cocidos, es probable que la vitamina C y la luteína se degraden, lo que conduce a una menor disponibilidad de estos nutrientes cuando se consumen.
La pérdida de estos valiosos nutrientes durante la cocción le resta valor nutritivo a las zanahorias, pero los ingredientes tradicionales del pastel que se usan hacen que este sea un plato que no es especialmente amigable para los objetivos de pérdida de peso. El azúcar, la harina, el aceite, así como el azúcar y el queso crema utilizados para hacer el glaseado, hacen que el pastel de zanahoria sea uno de los usos menos saludables de las zanahorias y que también puede generar kilos de más.
Gratinado de verduras
Tal vez haya probado en un restaurante o ha preparado en su casa algún “gratinado” que por lo general incluye un plato con una costra dorada de pan rallado y/o queso derretido. Si bien son deliciosos, es una preparación rica en calorías.
A menudo los vegetales gratinados se mezclan con una combinación de crema espesa, queso y mantequilla antes de hornearlos, por lo que es un plato poco amigable si quieres perder peso.
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