Le pesan los minutos

'No', la cinta chilena de Pablo Larraín y protagonizada por Gael García Bernal, nominada al Oscar, nunca logra ir más allá que una correcta descripción de la campaña publicitaria que generó el plebiscito organizado por Augusto Pinochet en 1988

Gael García Bernal da vida a René Saavedra en el filme 'No', que hoy llega a los cines de la ciudad.

Gael García Bernal da vida a René Saavedra en el filme 'No', que hoy llega a los cines de la ciudad. Crédito: Sony Pictures Classics

La campaña publicitaria que generó el referéndum que Augusto Pinochet permitió en el Chile de finales de los años 80, y en el que se dio la opción a los ciudadanos del país suramericano de elegir entre más años bajo su mando o abrirse a la democracia, forma el eje central de la obra de Antonio Skármeta que ha adaptado al cine el guionista Pedro Peirano (La nana) bajo la dirección del cineasta chileno Pablo Larraín (Post Mortem) y que hoy llega a los cines de la ciudad.

¿Cuál es su resultado? No es fácil de describir.

Porque No, que es el filme en cuestión (y ha sido clasificado R) detalla con notable acierto los pormenores, no solo de ambas campañas —la favorable a Pinochet y la liderada por las principales fuerzas democráticas del país—, sino también las relaciones personales de sus principales responsables.

Por un lado está René Saavedra (Gael García Bernal), un joven publicista de éxito, que es contratado para crear los comerciales en favor del No, y por otro, su jefe, Lucho Guzmán (Alfredo Castro), un veterano del negocio, convencido de que la situación de Chile ya está bien tal como está.

De ese enfrentamiento pseudo-paternal, de ese cara a cara entre el viejo y el nuevo Chile, es de donde No ofrece sus mejores instantes melodramáticos, potenciados por una introspectiva actuación de García Bernal y una sabia interpretación de Castro (el mejor de la función).

No obstante, en el libreto de Peirano se incorporan numerosos argumentos paralelos, que, una de dos, deberían haber sido reducidos para tan solo dejar clara su presencia, o simplemente podrían haber sido eliminados.

Por ejemplo, la relación de Saavedra con su exesposa (una irritada y, en ocasiones, irritante Antonia Zegers: no es su culpa, el papel es insufrible) interfiere constantemente en el metraje, sin poco más que aportar salvo la idea (semi) censurable que una madre tiene todo el derecho del mundo a poner su ideología por encima de su familia (Saavedra, por su parte, sabe bascular los desafíos de su profesión —y el reto de un proyecto histórico— con su papel de padre).

Larraín deja que la cámara acompañe a los personajes y sus situaciones sin entrometerse demasiado, lo que es, por supuesto, su opción. Eso resta fuerza visual al conjunto, impide que el cuadro escénico dicte sentencia, en favor de unos diálogos parlanchines que devoran el plano.

Sin ánimo de comparar, el también verborreico Lincoln de Steven Spielberg nunca dejó que los actores y sus intercambios dialécticos se apoderaran de la pantalla; aunque el director de Jurassic Park no puede ser acusado de planificar con histrionismos visuales, tampoco dejó de prestar atención a la movilidad de la cámara.

Y qué decir de Argo, donde política y un acontecimiento histórico deviene un thriller de suspenso, al igual que en 1974 logró Alan J. Pakula con su magistral All the President’s Men, filme con el que No mantiene ciertos elementos en común.

Es de esa combinación de géneros y de la visión que aporta el director, de donde surge el entretenimiento.

No no es una obra teatral, ni un documental (quizás debería haber sido esto último).

Es una película que sí, se toma libertades narrativas acertadas, lo cual nunca es criticable (por ejemplo, en realidad René Saavedra fueron dos publicistas, y estos nunca trabajaron en la misma compañía que el encargado de la campaña por el Sí).

Pero en su ánimo por dar espacio a todos los implicados y a cada una de sus posiciones, se queda a medio camino de ser el verdadero triunfo que, como desprenden numerosos destellos a lo largo de sus dos horas, podría haber sido.

En esta nota

Chile criticacine GaelGarciaBernal moviereview Pinochet
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain