El flujo de residentes del sur de California que se muda a Tijuana crea problemas en la frontera
Propietarios de vivienda solo quieren alquilar a estadounidenses
En las últimas décadas muchos residentes del sur de California se han mudado al tramo de la costa entre Tijuana y Rosarito en Baja California donde encuentran el mismo nivel de vida que tenían en Estados Unidos pero a una fracción del costo que pagaban al norte de la frontera, pero con ellos llegan también algunos problemas.
El nivel de vida que una persona encuentra en Los Ángeles por $7,045 esta semana, lo puede encontrar en Tijuana por $2,795, de acuerdo con la asesora Numbeo de Estados Unidos.
Pero un operador de casa de cambio en Tijuana comentó a La Opinión que incluso “ese promedio de $2,795 es alto, porque la paridad de cambio hoy es de 18.60 pesos por dólar; si usted hubiera venido hace un mes sería $2,500 o un poco menos”.
Los precios al consumidor incluida la renta en Los Ángeles son 152 por ciento más altos en esa urbe que en Tijuana; el alquiler de vivienda es 344 por ciento más alto en Los Ángeles que en Tijuana; los comestibles son 108 por ciento más caros, los restaurantes 97 por ciento.
La renta promedio de un departamento mediano en Los Ángeles es esta semana de $2,786 mensuales, en Tijuana va de $398 a $650 en las zonas más cotizadas.
La presidenta de la Asociación de Profesionistas Inmobiliarios de Tijuana (APIT), Laura Paola Olascoaga Díaz, dijo a La Opinión que “hasta recientemente la idea de las personas que se mudaban de Estados Unidos era gastar menos para mantener el mismo nivel de vida que tenían, pero ahora buscan mejorar ese nivel”
“Ahora tenemos muchos estadounidenses que se mudan para estar mejor, no para seguir como estaban”, dijo la experta, “por ejemplo, si pagaban $3,000 al mes por un pequeño departamento en San Diego o Los Ángeles, prefieren mantener ese pago de vivienda pero por una casa grande, en una muy buena ubicación residencial”.
Problemas para los tijuaneneses
Pero con el flujo de personas que se mudan desde EEUU han aumentado los potenciales fraudes tanto a quienes se mudan en busca de vivienda como de parte de ellos.
El más sentido es que al aumentar la demanda de viviendas que se pagan en dólares, la carestía también cruzó la frontera, y las unidades disponibles están cada vez menos al alcance de los residentes locales.
El poder adquisitivo local en Los Ángeles es 152 por ciento más alto que en Tijuana, pero mientras esos ingresos son los comunes para los angelinos, son menos las persona que tienen mayores ingresos en Tijuana. Esto lleva a que muchos propietarios de vivienda en renta prefieran tener inquilinos únicamente estadounidenses o que trabajen en Estados Unidos.
Un anuncio en redes sociales desató un debate hace una semana porque tenía entre los requisitos para rentar una casa en la colonia Altamira “contar con trabajo en Estados Unidos proporcionando comprobante de ingresos o carta membretada de la empresa”.
Un requisito como ese es especialmente ofensivo para personas como Guillermo Camacho, un operador de maquinaria en Tijuana que durante tres meses ha buscado vivienda.
“El problema es que muchos de San Diego se vienen para acá y los que rentan los prefieren a ellos, porque piensan que al trabajar en el gabacho no les va a faltar el dinero, y por eso a nosotros no nos queda más que buscar y buscar”, dijo Camacho.
El delegado de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Julio Felipe García Muñoz, explicó que es legal que se hagan contratos en dólares en Baja California, pero tampoco hay una regulación que ofrezca equidad entre los residentes de ambos lados de la frontera.
“Nosotros, en la asociación, tratamos de sensibilizar a los propietarios que rentan casas y departamentos; les hacemos ver que el hecho de que trabajen en California no quiere decir necesariamente que sean buenos para pagar, así como los residentes locales tampoco necesariamente van a ser malos inquilinos”, dijo la agente inmobiliaria Olascoaga Díaz.
Dijo que en ocasiones ocurren fraudes porque los residentes del sur de California se emocionan y, sin tomar tiempo para averiguar, por ejemplo, hacen depósitos a números de tarjetas desde tiendas de conveniencia, pero en otras los arrendadores locales con buena fe tienen malas experiencias al rentarle a residentes de California.
“Llegan a desmantelar las viviendas y se van sin pagar”, dijo Olascoaga Díaz, “por eso mi primera recomendación para quienes quieran mudarse desde Estados Unidos es que se asesores con profesionales inmobiliarios, que tienen un negocio establecido, una dirección y horario donde saben que les pueden encontrar”.
Martín Segovia, un contador que decidió mudarse al sur de San Diego para evitar largas filas de autos para cruzar la frontera a trabajar, explicó que tuvo una mala experiencia con inquilinos estadunidenses y ahora prefiere rentar su casa en Tijuana a locales.
“Me habían mostrado documentos de que eran dueños de un negocio en San Diego y al principio todo iba bien, aunque eran muy exigentes con que arregla esto o pinta la sala de blanco, cosas así; pero como al medio año comenzaron a atrasarse con la renta”, de $850 mensuales, dijo.
Aunque el contrato decía que si dejaban de pagar un mes, tenían que dejar la casa, se escondían, y la única forma en que Martín podía actuar contra ellos era contratar un abogado que fuera lo representara en tribunales, y para eso tuvo que cruzar de nuevo a menudo la frontera.
“Al final pagué más por abogado que lo que me debían de renta, pero lo peor fue cuando se fueron, se llevaron hasta las ventanas, el calentador de agua, la estufa, el refrigerador”, y en San Diego sí tuvieron un negocio, pero hacía años que lo habían cerrado.